CARMELO ENCINAS. DIRECTOR DE OPINIÓN DE '20MINUTOS'
OPINIÓN

La "derechita" de San Telmo

Moreno, nuevo presidente de Andalucía con los votos de Cs y Vox.
Moreno, nuevo presidente de Andalucía con los votos de Cs y Vox.
EP
Moreno, nuevo presidente de Andalucía con los votos de Cs y Vox.

No será un cambio de régimen, como ampulosamente se ha dicho. Tampoco será comparable con la Transición democrática que impulsó Adolfo Suárez, como llegó a sugerir en su discurso de investidura, pero cuando Juan Manuel Moreno Bonilla acceda este viernes al primer despacho de San Telmo comenzará sin duda un nueva era en Andalucía.

Treinta y seis años ininterrumpidos de hegemonía socialista han marcado de forma determinante el ecosistema político de la región, su paisaje institucional y sobre todo su paisanaje. Por muy tranquilo que pretenda ser el cambio, como anunció el nuevo presidente, la ejecución será necesariamente dramática. A partir de este viernes se desatará un tsunami en el que miles de cargos afines al PSOE serán cesados e inmediatamente sustituidos por otros próximos a los partidos del pacto. Para los afectados de una u otra forma no habrá tranquilidad alguna, ni tampoco será tranquila la legislatura.

La izquierda desbancada de su, hasta ahora, bastión más sólido hará una oposición dura, como ya escenificó desde el minuto cero. El aliento prestado por el PSOE a la manifestación convocada por las organizaciones feministas frente al Parlamento andaluz anticipa esas maneras. Sean del signo que sean, siempre recelo de las protestas frente a los parlamentos porque parecen cuestionar la legitimidad de sus representantes y, en consecuencia, la del sistema democrático. Pero aquella manifestación fue legal y pacífica, ni hubo escrache ni kale borroka, como se acusó. El feminismo militante debería, no obstante, evitar la polarización poniendo el foco sobre Vox o lo engordarán aún más por el simple principio de acción reacción.

A pesar de su apoyo en la investidura, es más que probable que la ultraderecha le cause al flamante presidente más dolores de cabeza que la propia izquierda. Los de Abascal entienden su irrupción en Andalucía como una palanca táctica para extender sus planes de ‘conquista’ al resto de España, y siempre disputando el electorado al PP. Un partido del que se escindió y al que etiquetó públicamente como «la derechita cobarde». El hoy presidente de la Junta hubo de llegar lejos en sus maniobras de apareamiento con esa derechona que asimismo se dice «brava» y a la que no aplicará , según anunció en su discurso, «cordones sanitarios».

En lo personal tengo la mejor opinión de Juan Manuel Moreno Bonilla. Es cierto que nunca me pareció un candidato potente ni carismático, y los penosos resultados que obtuvo el 2 de diciembre así lo han constatado, pero siempre lo tuve por un político serio, leal y honesto, y me indigna ver a algunos de los suyos que se mofaban por detrás palmearle ahora el hombro. Es, como dicen en su tierra, «buena gente», y confío en que sea mejor presidente que candidato. Las circunstancias le pusieron en la tesitura de sacar adelante un acuerdo a tres en el que la segunda pata ni siquiera quería mirar a la tercera. Moreno Bonilla se lo jugaba todo en ese pacto. Hoy tiene las llaves de San Telmo y el reto de una legislatura compleja  en la que la "derechita" tendrá que lidiar con la derechona.

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