Iván Redondo y 'la sorpresa de julio'

Iván Redondo.
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Iván Redondo.

Apasionado de las campañas electorales de Estados Unidos, Iván Redondo se refería en sus charlas, siempre en pequeños grupos, al efecto de lo que allí se conoce como la ‘sorpresa de octubre’, un hecho inesperado capaz de cambiar el rumbo de los comicios. El hasta ahora todopoderoso asesor del presidente Sánchez tuvo su propia sorpresa pero en marzo, cuando la moción de censura fallida de Murcia cambió las previsiones y ha acabado afectando a algunos de los que estuvieron en ese plan, en mayor o menor medida. El hombre sin carné que ayudó a Sánchez a recuperar la secretaría del PSOE y a auparse a La Moncloa con una moción de censura relámpago se ha convertido ahora en la noticia principal de la remodelación de un gobierno de cuyas carteras no formaba parte.

El camino de Iván Redondo (San Sebastián, 1981) hacia la cúspide del poder se fraguó como ‘fontanero’ del PP. Asesoró a Antonio Torres, alcalde de Sariñena, una pequeña localidad oscense, a Xavier García Albiol o Antonio Basagoiti pero adquirió relevancia pública en Extremadura, donde forjó la imagen que llevó a José Antonio Monago a convertirse en alternativa del PSOE. El experimento extremeño duró una legislatura. Redondo cambió el rumbo y ligó su destino al de Pedro Sánchez. A su lado, ha acumulado un poder inédito y una aureola de consejero imbatible.

"Sus adversarios le reprochaban que hubiera formado un gobierno paralelo y la falta de comunicación, y esperaban que un error de bulto cambiara su suerte"

Sus adversarios le reprochaban que hubiera formado un gobierno paralelo y la falta de comunicación, y esperaban que un error de bulto cambiara su suerte. Su forzada entrada en la comisión del CNI, junto a Pablo Iglesias, colada de refilón en un decreto de medidas contra la pandemia fue declarada nula por el Tribunal Constitucional en mayo. Diez días antes, las elecciones en Madrid, con la rotunda victoria del PP, constataron el fracaso de la operación urdida en marzo.

La estrategia de Redondo, basada en el relato y la escenografía, con imágenes presidencialistas como la de Pedro Sánchez trabajando en el Falcon, ha topado con la realidad que ha impuesto la pandemia. Sánchez necesita recomponer los puentes entre La Moncla y el partido, como sugieren los cambios en el gabinete, y rearmarse para dos años decisivos hasta la batalla final de las próximas generales. En cuanto a Iván Redondo, si algo ha demostrado el chico que leía los discursos de Felipe González mientras sus compañeros jugaban al fútbol es que es capaz de conseguir las metas que se propone. Y que su capacidad de reinventarse es infinita.

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