Así cumplió Alejandro su sueño de ser guía turístico: "Las personas con discapacidad no solo podemos trabajar de limpiadores"

Alejandro Torrubia es guía turístico en Zaragoza.
Alejandro Torrubia es guía turístico en Zaragoza.
Cedida / Plena Inclusión
Alejandro Torrubia es guía turístico en Zaragoza.

Según datos del INE, apenas una de cada cuatro personas con discapacidad intelectual tiene un empleo remunerado. Además, la inmensa mayoría de ellos trabaja en los típicos puestos que se espera que puedan desempeñar, como limpieza, jardinería o de reponedores en supermercados.

Para acabar con estas cifras de empleo y, sobre todo, para romper con estereotipos e ideas preconcebidas, Plena Inclusión, con el apoyo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y los Fondos Next Generation, decidió emprender un proyecto piloto basado en el empleo personalizado. 

Las cifras, presentadas hace unos días, hablan por sí solas: un 73% más de horas trabajadas y un 45% más de contratos formalizados. Datos que esconden algo mucho más importante, una mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual.

Así lo manifiesta Alejandro Torrubia, que gracias a este programa ha conseguido trabajar en lo que más la apasiona: compartir sus conocimientos de historia y arte con los turistas de la ciudad de Zaragoza. Desde el año pasado ejerce de guía en Zaragusta, una empresa que ha confiado en su talento mucho más que en sus limitaciones, “he cumplido mi sueño”, nos contaba feliz.

Un apasionado de la historia desde niño

Alejandro tiene 34 años, discapacidad intelectual y hace unos años lo diagnosticaron con síndrome de Asperger. Además, tiene algunos problemas de psicomotricidad, por eso no puede realizar tareas manipulativas.

Lo que sí ha podido hacer siempre es leer, algo que le apasiona, sobre todo lo que tiene que ver con la cultura y la historia, "desde pequeño siempre me ha gustado todo lo que son las culturas antiguas del Mediterráneo. Hace muchos años me encantaba el antiguo Egipto, luego me aficioné mucho a la Antigua Grecia, me gusta mucho el arte antiguo, la Edad Media... y particularmente todo lo relacionado con la historia del Reino de Aragón, de la corona de Aragón. Es una pasión que tengo desde pequeño. También me gusta mucho viajar, aprender de los sitios a los que voy…"

Desde que tengo este trabajo, estoy muy contento. Lo que yo pensé que era imposible, ir al final ha acabado haciéndose realidad

Debido a las horas que ha pasado leyendo, ha adquirido muchísimo conocimiento a lo largo de los años, un conocimiento que soñaba con compartir, pero era solo eso, un sueño que estaba fuera de su alcance… o al menos eso pensaba.

Por eso, paralelamente a cultivar su pasión, se dedicó a prepararse para trabajar de otra cosa, "en Barcelona, antes de vivir en Zaragoza, había hecho prácticas de auxiliar de administrativo, porque yo había hecho un programa de garantía social, y esas prácticas fueron sin cobrar. Después, cuando vine a Zaragoza, estuve trabajando en Plena varios años de administrativo", cuenta.

Ya en plena Inclusión Aragón se dieron cuenta de su talento y decidieron aprovecharlo, así que, como sabe catalán, le mandaron traducir a esta lengua las novelas de 'La vida de Pedro Saputo', de Braulio Foz, "las historias de un personaje que viaja por distintos puntos de Aragón, le van sucediendo cosas… me ofrecieron traducir el libro a lengua catalana", recuerda.

Tradujo tres de cuatro libros que tiene la serie y, después, le ofrecieron entrar en el programa piloto de empleo personalizado, "primero hablé con Clara, que llevaba la coordinación de este programa de empleo personalizado en Aragón. Seleccionaron a cientos de personas en toda España, 30 en Aragón, y una de ellas era yo". 

A partir de entonces, empezaron las encuestas, los tests… todo con el objetivo de encontrar el trabajo perfecto para Alejandro, "nos hicieron un cuestionario para ver qué trabajos podíamos y nos gustaría hacer, porque la idea es que no fueran los típicos trabajos que les ofrecen a las personas con discapacidad intelectual: de limpiadores, reponedores, jardineros… sino otros más adaptados a gustos, necesidades…".

Los de Alejandro, cómo no, tenían que estar relacionados con su gran pasión: la cultura, la historia de distintas civilizaciones, "empezamos a mirar en muchos sitios: en bibliotecas, Zaragoza Turismo… pero en estos sitios pedían tener un alto grado inglés, estudios universitarios… y que yo no lo tengo", recuerda.

Fue una pequeña decepción, pero ni él ni Clara cesaron en su empeño y consiguieron dar con Zaragusta, "esto fue en abril, y en mayo ya estaba haciendo unas prácticas. Me explicaron qué hacía un guía, fui de observador a varias visitas y en junio empecé a trabajar. Desde entonces estoy muy contento, porque lo que yo pensé que era imposible, ir al final ha acabado haciéndose realidad", asegura feliz.

Alejandro Torrubia ejerciendo de guía turístico en Zaragoza.
Alejandro Torrubia ejerciendo de guía turístico en Zaragoza.
Cedida / Plena Inclusión

Desde entonces ejerce como guía, un trabajo que adora y que nos explica con entusiasmo, "el trabajo que estoy haciendo ahora es de guía de visitas turísticas por Zaragoza. No es en Zaragoza Turismo, sino en una empresa privada de turismo que se llama Zaragusta y que organiza visitas turísticas por la ciudad. Yo trabajo haciendo visitas turísticas con visitas, vienen grupos…"

Alejandro, además de ejercer de guía se implica mucho, e incluso propone ideas, "yo hago tres rutas: la de las catedrales, la mudéjar y otra sobre las heroínas de la guerra de la Independencia. Esta, además, la propuse yo, y consiste en rescatar a heroínas como Agustina Aragón, la casta Álvarez, a la condesa de Bureta… sobre mujeres que habían quedado olvidadas a lo largo de la de la historia".

Una vida plena, autónoma y mucho más feliz

Para Alejandro es mucho más que un trabajo. Es, por supuesto, una forma de ganarse la vida, pero es también sentirse realizado, útil, un chute de autoestima necesario para todas las personas, pero más aún para las que escuchan a menudo que no pueden cumplir sus sueños, "estoy muy contento. Desde que tengo este trabajo, mi vida ha cambiado muchísimo, porque lo que yo pensaba que solo iba a ser un sueño ha terminado haciéndose una realidad. Yo siempre me he querido dedicar a explicar, porque a mí me gusta mucho todo lo que es el arte, la historia, la cultura… y he conseguido trabajar en lo que siempre ha sido mi sueño. Además, tener un trabajo significa para mí tener una estabilidad en la vida, independencia, poder salir con amigos, valerme por mí mismo. Sin trabajo no podría hacer las cosas que me gustan, y menos aún tendría una estabilidad económica". 

Pese a nuestras limitaciones, podemos desarrollar un empleo, que además nos guste y se adapte a nuestras necesidades

Alejandro no puede estar más agradecido con la oportunidad, "lo valoro mucho y estoy muy, muy agradecido a todos los que me han dado la oportunidad, sobre todo a Clara, que es la que me ha dado mucho apoyo y me ha estado ayudando en todo el proceso". 

Ahora Alejandro solo añora que, al igual que él, otras personas con discapacidad puedan, no solo trabajen, sino que tengan la misma oportunidad que él de cumplir sus sueños, "aún hay muchos prejuicios, poca gente piensa que las personas con discapacidad no solo pueden hacer de limpiadores, sino que pueden desarrollar trabajos que se adapten a sus gustos y a sus necesidades".

"En mi caso, además, yo nunca podría dedicarme a trabajos manipulativos o a la industria manipulativa, porque tengo una lesión cerebral de nacimiento que me afecta a la psicomotricidad" cuenta.

Para terminar, le gustaría que las empresas, y a la sociedad en general, que confiaran más en las personas con discapacidad porque "pese a nuestras limitaciones, podemos desarrollar un empleo, que además nos guste y se adapte a nuestras necesidades. Y, por favor, que no haya un desprecio, porque todavía ocurre que la gente piensa que no podemos valernos por nosotros mismos o tenemos que ir siempre acompañados", dice con tristeza.

Él, mientras tanto, seguirá dejándose la piel y mejorando cada día en un empleo que adora y en el que cree que puede aportar mucho, "creo que aporto mucho conocimiento, todo el conocimiento que tengo. Cada día quiero que vean que, a pesar de mis dificultades, puedo realizar mi trabajo perfectamente. Además, he aprendido y mejorado mucho: me abro más a la gente -que antes me costaba mucho-, vocalizo mejor, lo sé explicar… yo creo que la gente se lleva una buena impresión y una buena imagen de mí, porque me ponen muy buenos comentarios". 

Cuando vayáis a Zaragoza de visita, no dudéis en preguntar por él, estará encantado de compartir todo lo que sabe de la ciudad con vosotros

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