Consuelo Sanz: "Hay muchas personas con discapacidad a las que les gustaría trabajar y no les dan la oportunidad"

Consuelo Sanz. Capaces Cepsa
Consuelo Sanz. Capaces Cepsa
Consuelo Sanz. Capaces Cepsa
Consuelo Sanz. Capaces Cepsa

Según el último informe del INE sobre el Empleo de las Personas con Discapacidad, la tasa de actividad para estas personas se sitúa en el 36,4%, 41,6 puntos menos respecto a la población sin discapacidad, y la tasa de empleo registró un 23,8%, 44,8 puntos menos que el resto de la ciudadanía.

Si analizamos, además, las diferencias dentro de los distintos tipos de discapacidad, se observa que existe también una brecha entre las consideradas discapacidades físicas o sensoriales y la discapacidad intelectual y la psicosocial (salud mental). 

En estos dos últimos casos, aunque es cierto que las tasas de actividad van mejorando, la inserción laboral es aún más complicada, pues, por ejemplo, solo el 35% de las personas con discapacidad intelectual están activas.

Para aumentar estas tasas, todavía muy bajas, no basta con cubrir una cuota que, además, muchas empresas se saltan, sino que hay que apostar por iniciativas como las de la Fundación Juan XXIII, que emplea a más de 500 personas con discapacidad a través de distintos programas.

Allí encontramos a Consuelo Sanz, de 58 años, una mujer que, a pesar de su discapacidad, lleva toda la vida trabajando. Siempre en empleo protegido, en centros especiales de empleo, pero nunca le ha faltado el trabajo.

En la actualidad, y desde hace ya ocho años, realiza su trabajo en la Fundación Juan XXIII, desde hace dos, en Juan Senior, un área de la misma Fundación destinada a dar continuidad a los empleados de la entidad que ya van cumpliendo años, pero que pueden desarrollar todavía multitud de tareas y trabajos adaptados a sus capacidades, como regalos solidarios u otras tareas manuales, un trabajo que realizan con mucha dedicación y en los que falta ni un detalle, "este proyecto empezó en la pandemia", explica Consuelo, "para sacarnos del ERTE. Antes estuve en la sección de marketing haciendo revistas para empresas. Yo me encargaba de comprobar las direcciones, clasificarlas, etc.", nos cuenta. 

Cuando fuimos a conocer a Consuelo estaban llevando a cabo un encargo de 140.000 lápices con una especie de cápsula encartada en la parte trasera que ‘encerraba’ semillas y tierra volcánica, una tarea minuciosa que realizan poniendo mucha atención a los detalles, como hacen siempre con cualquiera de los encargos, porque han hecho de todo, "jabones, regalos para bodas, para empresas… todo hecho a mano y muy personalizado. Hemos hecho muchas otras cosas, como poner etiquetas a latas de refrescos, montar tests de embarazo… y hasta meter multas en los sobres", explica.

Mucho más de un trabajo

Trabajar es un derecho, un derecho que reivindicar cada día, especialmente el día del trabajo, pero para las personas con discapacidad, trabajar significa mucho más. Es su modo de vida, como el de todo el mundo, pero sobre todo, un medio de vida que les permite ser autónomos, tomar las riendas de su propia vida y encontrar un hueco en la sociedad. Consuelo insiste mucho en que para ella trabajar significa "tener mi propio dinero, para poder irme de vacaciones con mis amigos, con mi familia… para mí supone autonomía e independencia".

Además, es la principal razón por la que, a pesar del madrugón, no le cuesta levantarse cada mañana y coger el metro hasta su puesto de trabajo en la fundación, "me levanto con ilusión por venir, y para mí eso es muy importante, porque me gusta mucho lo que hago. Es un trabajo muy variado en el que hacemos cosas muy distintas", cuenta Consuelo.

fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: CAPACES CEPSA. Entrevista trabajador con discapacidad. Fundación Juan XXIII
Consuelo Sanz realiza su trabajo en la Fundación Juan XXIII
Sergio García 

Para el día del trabajo, Consuelo quiere aprovechar para pedir empleo para todo el mundo, pero especialmente para aquellas personas con discapacidad que todavía no han tenido la oportunidad de demostrar lo que valen, como ha podido hacer ella "es cierto que yo empecé a trabajar muy pronto, en cuanto pude. Primero en un taller en Arganda y luego he ido a diferentes empresas, siempre en centros especiales de empleo. En todos los sitios que he estado, siempre cuesta un poco al principio, pero siempre acabas aprendiendo, aunque en Juan XXIII es donde más contenta estoy. Tenemos mucho apoyo y se portan muy bien con nosotros… me emociono siempre al pensarlo", nos confesaba.

Somos perfectamente capaces de trabajar como cualquier persona, y si las empresas no tienen prejuicios, lo podrán comprobar

Para que todas las personas con discapacidad tengan las mismas oportunidades que ella, Consuelo cree que algunas empresas tendrían que cambiar de mentalidad, "a muchas aún les cuesta contratar a personas con discapacidad, y no lo entiendo… Primero, porque todos somos personas y tenemos el mismo derecho que todos los demás a trabajar; y segundo, porque somos perfectamente capaces de trabajar como cualquier persona, y si las empresas no tienen prejuicios, lo podrán comprobar. Sabemos trabajar en condiciones, ¡nos los curramos, vaya! Todos nos merecemos una oportunidad. Y hay muchas personas que les gustaría trabajar, y no les dan la oportunidad", dice convencida. 

Ella lo tiene claro, va a aprovechar la oportunidad hasta el final. A la espera de que le revisen el grado de discapacidad, que puede que se le suban -lo que le permitiría jubilarse antes-, prefiere trabajar todo lo que pueda, "yo quiero seguir trabajando, no tengo un afán por jubilarme ya, tengo energía para rato", asegura.

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