Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El tontico fluido

-No contéis conmigo. Yo fluyo. Aún no sé si iré.
-No contéis conmigo. Yo fluyo. Aún no sé si iré.
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-No contéis conmigo. Yo fluyo. Aún no sé si iré.

Es un primo lejano del estoico, es un estoico de chicle. El tontico fluido lleva un tiempo dando la tabarra con dejar que todo fluya, que suceda como tenga que suceder. Elude responsabilidades y está hechizado por un verbo que tampoco da para tanto. Hay muchos sinónimos del verbo fluir en ideologías y religiones desde que el mundo es mundo. El tontico fluido ha descubierto el Mediterráneo.

Hay mucha literatura, tratados de psicología y libros de kiosko de aeropuerto que tratan sobre la fluidez con cierta alegría. La psicología de la felicidad fue un torbellino que arrasó con todo hace ya alguna década y nos ha dejado como herencia una serie de hábitos, expresiones y actitudes que resultan insoportables. Aguantar al tontico fluido requiere, ciertamente, altas dosis de paciencia.

Hay una cierta sabiduría en afrontar la vida tal y como viene. Esto lo explican muchas religiones y corrientes filosóficas. No vamos a negar que el ser humano busca la paz interior, el equilibrio y la armonía. Eso es innegable, pero de ahí a elaborar un sistema de pensamiento de mercadillo cutre hay una diferencia. El tontico fluido utiliza esta ideología barata que ha visto en alguna red social para practicar el noble arte del escaqueo.

El tontico fluido utiliza esta ideología barata que ha visto en alguna red social para practicar el noble arte del escaqueo.

El tontico fluido ya no sabe si sube o si baja. No hace muchos planes, se deja llevar. En el fondo, su principal preocupación es la comodidad, hacer lo que le dé la gana en el momento que le dé la gana. No puedes contar con el tontico fluido porque fluye y no te va a ayudar a hacer una mudanza, ni se va a comprometer a acudir a tu fiesta dentro de tres semanas porque el tontico fluido fluye y el compromiso es un estanque mental para él.

Como estoico de garrafón que es, el tontico fluido puede citar algunas frases de memoria de autores de la antigua Roma. Son excusas de mal pagador para justificar su egoísmo. Hay cada vez más tonticos fluidos que, paradójicamente, no fluyen. Solo fluyen de boquilla porque se han quedado pegados al sillón, a la cama, a sus pequeñeces y costumbres. Cuidado con el tontico fluido.

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