La historia real de los refugios nucleares: 'Fallout' y el postapocalipsis

La historia real de los refugios nucleares: 'Fallout' y el postapocalipsis'
La historia real de los refugios nucleares: 'Fallout' y el postapocalipsis'
La historia real de los refugios nucleares: 'Fallout' y el postapocalipsis'
La historia real de los refugios nucleares: 'Fallout' y el postapocalipsis'
Externos

Vivimos tiempos convulsos y de tensión constante. La situación entre Israel e Irán ha desatado miedos pasados y un temor a una posible tercera guerra mundial. Este ambiente bélico hace decidir a países aliados a posicionarse en un bando u otro, convirtiéndose en una decisión crucial. Esta cadena de sucesos pone en alza el terror a que algún país con armamento nuclear dé el primer paso; un primer paso desastroso que preceda a un efecto dominó apocalíptico donde nadie gane y todos perdamos. 

Nadie podía imaginar que esta escalada iba a ser el caldo de cultivo para una de las mejores campañas publicitarias indirectas para la nueva serie Fallout, de Amazon Prime. En este futuro postapocalíptico tenemos a personajes muy variopintos que deambulan por tierras totalmente arrasadas por la detonación de armamento nuclear. Los protagonistas son un necrófago vaquero que cumple misiones a cambio de dinero; un miembro de una tecnosecta denominada 'La Hermandad Del Acero' y una moradora de un refugio nuclear que decide salir al exterior para… cumplir con la trama de la serie.

La serie es alucinante. Una adaptación 10/10 de la saga y, si no sabéis de qué, va os hago un breve resumen, que os va a encantar.

Imagen promocional de la serie 'Fallout'.
Imagen promocional de la serie 'Fallout'.
Amazon Prime

'Fallout' el postapocalipsis atompunk

La serie de videojuegos y la recién estrenada serie de televisión de Amazon Prime está ambientada en unos Estados Unidos ficticios, en un escenario histórico alternativo que se aleja de la realidad después de 1945, tras la Segunda Guerra Mundial. En esta "edad de oro" alternativa, los tubos de vacío y la física atómica sirven como cimientos del progreso científico, mientras que los transistores no tienen tanta importancia científica. Aquí robots avanzados, coches de propulsión nuclear y otras tecnologías futuristas conviven con ordenadores y televisores de la época de 1950. El país que conocemos como Estados Unidos se divide en 13 mancomunidades y la estética y la paranoia de la Guerra Fría de los años 50 siguen dominando el estilo de vida estadounidense hasta bien entrado el siglo XXI.

En el año 2052 de la serie se entra en un periodo denominado "guerras de recursos", una serie de acontecimientos que incluyeron una guerra entre muchos países y territorios del mundo. A medida que la situación mundial empeoraba, el gobierno estadounidense se volvió cada vez más patriotero y autoritario, llegando incluso a enviar a los disidentes a campos de reeducación y experimentación. Las tensiones entre Estados Unidos y China culminaron finalmente en la "Gran Guerra", donde la mañana del 23 de octubre de 2077, hora estándar del este, ocurrió un intercambio nuclear de dos horas a escala apocalíptica, que posteriormente creó los Estados Unidos postapocalípticos, escenario del mundo Fallout.

Habiendo previsto este resultado décadas antes, el gobierno de EE UU inició en 2054 un proyecto nacional para construir refugios antinucleares, aunque la mayoría de ellos eran experimentos sociales secretos y poco éticos, y se diseñaron para determinar los efectos de diferentes condiciones ambientales y psicológicas en sus habitantes. Los refugios fueron diseñados por la Corporación Vault-Tec como refugios públicos autosuficientes, cada uno de ellos con capacidad para albergar hasta mil personas.

Esta ambiciosa idea dista mucho de lo que se consiguió en realidad, pero la implementación de estos refugios antinucleares no es sólo cosa de Fallout, ya que está fuertemente inspirado en lo que se vivió después de lanzar la bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial.

La locura por los refugios nucleares

Cada nación tuvo su propia reacción cultural a la bomba nuclear lanzada en Japón. En este artículo del Smithsonian Magazine se cuenta que en Estados Unidos, la Administración Federal de Defensa Civil (FCDA), fundada en 1951, se propuso convencer a los estadounidenses de que, si caía la bomba, podrían sobrevivir a la lluvia radiactiva. A lo largo de una década, la agencia trató de calmar la ansiedad pública ante el intercambio nuclear con la Unión Soviética mediante campañas de educación pública, simulacros en las aulas y ejercicios.

Refugio nuclear estadounidense para 4 a 6 personas.
Refugio nuclear estadounidense para 4 a 6 personas.
CC

Casi quinientos millones de folletos de la FCDA mostraban a la familia americana en su refugio antiaéreo. Una imagen suburbana, heteronormativa y de clase media donde podía verse cómo las familias americanas blancas forraban cuidadosamente los estantes de los refugios con productos enlatados o llevaban a sus hijos de la mano mientras caminaban hacia sus refugios subterráneos. Este mensaje tenía tanto que ver con la política interior como con la preparación, reforzando las ideas tradicionales sobre el matrimonio y los valores familiares.

Esta doctrina de supervivencia DIY también desplazó la responsabilidad del Estado. Poner la responsabilidad en el individuo podría haber sido una política barata y atractiva para el gobierno, pero la noción de una nación de constructores de refugios tomando la supervivencia en sus propias manos sólo podía llegar hasta cierto punto. Con el desarrollo de la bomba de hidrógeno y el conocimiento de que la lluvia radiactiva causaba cáncer y enfermedades cardiovasculares, en la década de 1960, la primera generación que creció a la sombra de la bomba había empezado a cuestionarse si la guerra nuclear era ganable en un sentido tradicional.

Estas dudas generaron el movimiento antinuclear, y con él, las imágenes de la cultura pop del refugio antinuclear familiar dieron un giro hacia lo cínico. En un episodio de 1961 de The Twilight Zone, una tranquila cena se convirtió en una comunidad que se desintegraba cuando los habitantes de los suburbios de la ficción se peleaban por acceder al único refugio antinuclear de la ciudad.

Las representaciones de los refugios antinucleares siguieron reflejando los cambios de humor del público a medida que la Guerra Fría fluctuaba de temperatura. Cuando Vietnam dominó los titulares a finales de los años sesenta y setenta, el debate cultural en torno a los refugios familiares desapareció en gran medida; pero volvieron a resurgir más adelante. La familia de los años 50 que empezaba felizmente una nueva vida bajo tierra se había convertido para entonces en una pintoresca reliquia de un pasado ya superado. 

En la década de 1980, cuando los arsenales mundiales de cabezas nucleares superaron las 50.000, la cultura visual en torno a los refugios se volvió cada vez más sombría. Con el activismo antinuclear en auge, las artes presentaron una sociedad en llamas, en la que el refugio antinuclear adquirió un nuevo papel simbólico: inútil bastión final en un mundo carente de esperanza. Al final, se reutilizaron los refugios como reliquias históricas que, a su vez, se convirtieron en objetos de nostalgia nuclear en la cultura. Pero en la serie de Fallout no. Ahí se vieron obligados a usarlos.

Aquí llega la cuestión. En el mundo donde se desarrolla Fallout se habrían necesitado unas 400.000 bóvedas para acoger a todos los habitantes del país, pero sólo se encargaron y construyeron 122. La escasa construcción de estos búnkeres dio como resultado que muchísimas personas perecieran en el ataque nuclear de la “Gran Guerra”.

La idea era buena. Muchos refugios para muchas personas, así todos a salvo. Pero del dicho al hecho hay un trecho y, aunque pueda parecer cosa de ficción, durante el transcurso de la Guerra Fría en el país estadounidense tuvimos una situación similar.

Los refugios estadounidenses reales

En este artículo de BBC News se entrevista al profesor de Historia de la universidad de Wisconsin, David Krugler, autor del libro This Is Only a Test: How Washington, D.C., Prepared for Nuclear War, donde explica que no hay datos oficiales de cuántos refugios fueron finalmente construidos, ya que muchos no se terminaron, otros se abandonaron y algunos han comenzado a tener otros usos, como almacenes de víveres,  de trastos viejos o bodegas.

Aunque cada cierto tiempo aparecen nuevos titulares de algunos que son descubiertos intactos como una máquina del tiempo, Krugler afirma que la fiebre que llevó a la planificación de miles de refugios nucleares por toda la ciudad tenía también un objetivo simbólico: un mensaje para el resto de la nación. Si la capital del país estaba preparada para un ataque nuclear, creerían que cualquier ciudad podría estarlo. Por eso la planificación de una defensa civil por parte de un asedio nuclear era vital en la Guerra Fría. De esta manera se podía convencer a los estadounidenses de que la existencia de armas nucleares era manejable por su gobierno y que éste estaba haciendo algo para protegerlos.

Otro historiador consultado, Frank Blazich, del Museo Nacional de Historia de los EE UU, comenta que los refugios tenían luz muy limitada, de techos bajos, polvorientos y sin sillas. Un recinto diáfano de cemento. Si a esto le sumas que deberían vivir con una cuarta parte del agua que deberías consumir y menos de mil calorías al día, personalmente, los refugios de Fallout son una maravilla (bueno, los que no tenían experimentos turbios).

Estos búnkeres subterráneos eran la solución más viable que encontró el gobierno para intentar salvar a su población en un tiempo en el que el temor de un ataque nuclear sobre la capital era más que un miedo. El problema fue que con la Crisis de los Misiles no había entonces capacidad ni para proteger a una pequeña fracción de la población. A esto se le añade que los refugios públicos sólo podían ofrecer cierto resguardo contra la contra la lluvia radiactiva, uno de los principales temores tras una explosión nuclear, pero no de la explosión. Vamos, que puede que no hubiera habido manera de protegerse de la lluvia radiactiva, más que nada porque igual no había refugio después de la explosión, o de la onda de choque…O de la onda térmica.

Claro, una cosa son los refugios de los que dispone la población, y otra, los que dispone el gobierno. Kugler comenta que desde 1962 se creó una infraestructura subterránea secreta y alentadora para sostener las funciones más esenciales del gobierno federal, como complejos de protección nuclear que aún permanecen entre los secretos mejor guardados del gobierno, como el de Raven Rock Mountain, el "Pentágono subterráneo" diseñado para que el Departamento de Defensa siguiera funcionando en caso de un ataque y para refugiar al presidente, o un búnker atómico construido para resguardar la Reserva Federal

La conclusión que sacan estos dos historiadores es que si la capital de Estados Unidos hubiera sido atacada durante la Guerra Fría, el gobierno hubiera probablemente sobrevivido, pero gran parte de la población no. Así que para “solucionarlo” se decidió cambiar el enfoque y aumentar la cantidad de armas nucleares, en lugar de preparar a las ciudades para un ataque.

El universo Fallout plasma muy bien la dudosa gestión de los altos mandos al cargo de la población. Las consecuencias de sus decisiones son, desgraciadamente, bastante equiparables a la de nuestros propios dirigentes. Y es que es cierto que aunque estemos disfrutando de una obra ficticia, tiene una de las mejores frases extrapolables a la vida real: "La guerra… La guerra no cambia nunca".

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