Los megarricos invierten millones para sobrevivir a un apocalipsis: ¿les servirá realmente de algo?

Ilustración sobre el fin del mundo.
Ilustración sobre el fin del mundo.
RACTAPOPULOUS/PIXABAY
Ilustración sobre el fin del mundo.

El fin del mundo está próximo; siempre está próximo. Los seres humanos llevamos anunciando el apocalipsis casi desde el mismo momento en que hemos sido conscientes de nuestra existencia y de nuestro paso por el planeta. Será cuestión de mala conciencia.

Pero, ¿qué puede pasar? Una guerra nuclear, la caída de un enorme asteroide, una invasión alienígena, una revolución de las máquinas o -seamos más realistas- un desastre ecológico (como escribió Rob Kutner, "el planeta tendrá todo el ambiente de Oriente Medio, pero nada de petróleo").

De civilización en civilización, podríamos hacer un interminable listado de fechas en las que el mundo se iba a acabar. Pero basta con mirar a "los fin del mundo" que se avecinan. La más cercana la ha dado el Instituto Astronómico de la Academia de Ciencias de la República Checa: el cometa "Encke" podría estrellarse contra la Tierra a mediados del mes de octubre de este año. Nos queda poco más de un mes...

El asteroide pasa cerca de la Tierra cada 7 años.
La caída de un asteroide, un fin del mundo muy plausible.
Pixabay

En 1960, la revista Science publicó un artículo donde se mencionaba que la población mundial iba a alcanzar su límite poblacional en 2026 y, con ello, su extinción masiva. Newton propuso que el apocalipsis podría ocurrir en 2050. Y Nostradamus nos dio un poco más de vidilla: predijo que el cometa 6I7G chocaría con la Tierra en el 3797-4011.

Tenemos un mes: el Instituto Astronómico checo dice que un cometa podría estrellarse contra la Tierra a mediados de octubre

Sólo son cuatro fechas; hay decenas de ellas. Tememos tanto la llegada de un armagedón que le ponemos fecha y lo gritamos a los cuatro vientos. De tanta insistencia que hemos puesto algunos han tomado nota y se preparan. Pero, ¿cómo prepararse para el fin del mundo, para evitarlo, para que no nos pille?

Con dinero. Con dólares uno puede intentar alejarse del meollo del planeta (¿una isla como torre de marfil?) e incluso buscar uno alternativo. Hace falta mucho dinero, además, claro, de vanidad, osadía, egoismo y un poco de ignorancia (las últimas consecuencias del cambio climático o de un invierno nuclear pueden en realidad acabar con todo).

¿Desvaríos de multimillonarios?

Cuenta Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, que la mitad de sus compañeros multimillonarios de Silicon Valley han comprado lo que él llama un "seguro contra el apocalipsis". Han hecho eso que decíamos, comprar islas o construir el bunker más grande y lujoso. ¿Desvaríos de multimillonarios?

<p>El triángulo que forman Silicon Valley, San José y San Francisco, en California, se ha convertido en uno de los lugares más innovadores del mundo. Allí desarrollan sus tecnologías <strong>Apple, Google o Facebook.</strong></p>
Silicon Valley.
Pixabay/lauramba

"Elon Musk y Jeff Bezos están invirtiendo dinero -mientras lo compensan con impuestos- en el escapismo de las colonias espaciales, con la premisa de la misma explotación tecnológica y la monetización de la naturaleza que han estado haciendo rápidamente inhabitable nuestro propio planeta", asegura el escritor Jonathan Cook.

Musk y Bezos están invirtiendo dinero en el escapismo de las colonias espaciales, con la premisa de la misma monetización de la naturaleza y explotación tecnológica"

En cierto sentido, los megarricos, que para serlo han contribuido (y mucho) al calentamiento del planeta, quieren ahora ser los primeros en salvarse. O como dice Douglas Rushkoff, "es como si quisieran construir un coche que vaya lo suficientemente rápido como para escapar de su propio escape".

El futuro de la tecnología es escapar

Survival of the Richest ('La supervivencia de los más ricos') es el libro que acaba de publicar este escritor y cineasta especializado en medios de comunicación, tecnología y cultura popular, y del que The Guardian publica un artículo a modo de resumen.

Con la covid, los agentes inmobiliarios de islas privadas se vieron desbordados por las peticiones de los megaricos

Rushkoff cuenta cómo los superricos se están preparando para salvarse de un hipotético apocalipsis. Están comprando lujosos búnkeres y contratando seguridad militar para sobrevivir a un posible colapso de la civilización.

Verano 2016: Apocalipsis remake
Imagen de la película 'Verano 2016: Apocalipsis remake'.
ARCHIVO

Ya se vio, a otra escala, con la pandemia del coronavirus. Cuenta The New York Times que en aquellos días los agentes inmobiliarios especializados en islas privadas se vieron desbordados por las peticiones de muchos megarricos. Hasta preguntaban si había terreno, ya no para un helipuerto, sino para cultivar (es decir, para tener cierta autonomía alimentaria).

Cita el escritor el caso de JC Cole, antiguo presidente de la cámara de comercio estadounidense en Letonia. Está seguro de que la catástrofe, tome la forma que tome, es inevitable. Sabe de lo que habla: está creando una serie de granjas refugio en el entorno de Nueva York a través de su empresa American Heritage Farms.

La Covid nos lo mostró cuando la gente se peleaba por el papel higiénico. La situación será despiadada cuando la escasez de alimentos sea real"

Cole le dice al periodista que "cuanta menos gente conozca las ubicaciones, mejor". El refugio lo es si sólo está pensado para unos pocos... elegidos. "El principal valor del refugio es la seguridad operativa. Cuando la cadena de suministro se rompa, la gente no tendrá comida. La Covid nos lo mostró cuando la gente empezó a pelearse por el papel higiénico. La situación será despiadada cuando la escasez de alimentos sea real". Por eso los que son lo suficientemente inteligentes para invertir tienen que ser sigilosos", explica el empresario.

Estanterías de papel higiénico vacías en un supermercado de Sídney (Australia), donde muchos ciudadanos han hecho acopio de bienes ante el miedo a una posible escasez debido a la expansión del coronaviris COVID-19.
Estanterías de papel higiénico completamente vacías en un supermercado de Sídney (Australia), durante la pandemia del coronavirus.
PAUL BRAVEN / EFE

Aquí inteligente equivale a rico, a megarrico, y Cole está abierto a nuevos inversores. Por tres millones de dólares, un inversor logra un hueco en su complejo de máxima seguridad contra el armagedón y obtiene de paso una participación en una red potencialmente rentable de franquicias de granjas locales, que frente a la actual centralización de la industria agrícola restablezca la seguridad alimentaria, en este caso de Estados Unidos.

Pero como cuenta Rushkoff, el planteamiento de Cole es atípico y hasta tiene en cuenta a  "los demás", con esa comunidad de agricultores para garantizar la resiliencia alimentaria. "La mentalidad que requiere refugios seguros está menos preocupada por prevenir dilemas morales que simplemente por mantenerlos fuera de la vista", escribe el periodista.

¿Un búnker propio o seguir a Musk hasta Marte?

Basta con construir un búnker, piensan muchos desde la altura de sus billeteras. En EE UU, la empresa Rising S, de Texas, construye e instala búnkeres y refugios contra tornados desde 40.000 dólares para un escondite de emergencia de 2,5 por 3 metros. Pero por 8,3 millones de dólares te hacen uno de la serie de lujo "Aristocrat", con piscina y pista de bolos.

Otra empresa llamada Vivos vende lujosos apartamentos subterráneos en lugares fortificados como almacenes de municiones de la guerra fría o silos de misiles. Ofrecen suites privadas para individuos o familias, y zonas comunes más amplias con piscinas, juegos, cines y restaurantes.

Por 8 millones de dólares te hacen un búnker de lujo, con piscina y pista de bolos

Más sofisticado aún (léase, más caro) es el Oppidum de la República Checa. Pensado sólo para ultrarricos, presta atención a la salud psicológica. Y así, ofrece imitaciones de luz natural, como una piscina con una zona ajardinada simulada iluminada por el sol, una bodega y otras comodidades.

Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX.
Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX.
ALEXANDER BECHER / EFE

Pero, en realidad, ¿qué puede hacer un búnker contra un apocalipsis? Ni una isla fortificada. Explica Rushkoff que las islas pequeñas dependen totalmente de los suministros aéreos y marítimos, y los paneles solares deben ser reemplazados y revisados regularmente. Tarde o temprano esos huertos alternativos dejan de ser huertos y pasan a ser, en el mejor de los casos, flora salvaje.

Hay un 100% de posibilidades de extinción masiva de todas las especies"

Por eso, Elon Musk busca otro planeta. Consiguió que el Falcon 1 fuera en 2008 el primer cohete privado en órbita y el CEO de Tesla y SpaceX propone habitar otros planetas, de entrada Marte. En Time llegó a decir que su objetivo era lograr que la humanidad "se convierta en una civilización espacial".

Space X lanza los primeros satélites de internet espacial
Uno de los primeros lanzamientos de la nave Space X .
EP

"Hay un 100% de posibilidades de extinción masiva de todas las especies", dijo Musk en enero de este año. El multimillonario asegura que su compañía SpaceX podrá llevar humanos a Marte en los próximos 5 años o, en "el peor de los casos, 10 años.

En lo de buscar otro planeta tiene de su parte al otro gran megamillonario del momento. Jeff Bezos, fundador de Amazon, opina que "este planeta es tan pequeño, que si queremos seguir creciendo como civilización, utilizando energía como civilización, la mayor parte debe hacerse fuera del planeta. Este lugar es especial. No podemos arruinarlo".

O sea, la humanidad debe cruzar el espacio para colonizar otros planetas y hacer con ellos lo mismo que con la Tierra (saquear sin medida todos sus recursos) para así poder salvar este pale blue dot, que decía el maestro Carl Sagan de nuestro planeta (se refería a la foto de la Tierra vista desde unos 6.000 millones de kilómetros de distancia):

La Tierra vista desde unos 6.000 millones de kilómetros es un diminuto punto (en la esquina superior derecha).
La Tierra vista desde unos 6.000 millones de kilómetros es un diminuto punto ('pale blue dot'), el que se ve en la esquina superior derecha.
WIKIPEDIA/Nasa-Voyager 1

Los ultraricos quieren saber cómo escapar

Douglas Rushkoff, experto en cultura tecnológica, cuenta que recibió una invitación para reunirse en mitad del desierto con un misterioso grupo de ultrarricos. Eran cinco hombres de la cúspide del mundo de la inversión tecnológica y los fondos de inversión.

Para ellos, el futuro de la tecnología consiste en una sola cosa: escapar del resto de nosotros"

Querían conocer la opinión del escritor: qué región del mundo se verá menos afectada por la próxima crisis climática, cuál es mayor amenaza si el calentamiento global o la guerra biológica, debería un refugio tener su propio suministro de aire, cuál era la probabilidad de contaminación de las aguas subterráneas o cómo mantener la autoridad dentro de una estructura de búnkeres.

"Su extrema riqueza y privilegio sólo sirvieron para que se obsesionaran con aislarse del peligro real y presente del cambio climático, la subida del nivel del mar, las migraciones masivas, las pandemias globales, el pánico nativista y el agotamiento de los recursos. Para ellos, el futuro de la tecnología consiste en una sola cosa: escapar del resto de nosotros", resume el autor en su artículo en The Guardian.

Escribe Rushkoff que tal vez el apocalipsis no es tanto algo de lo que estos multimillonarios tratan de escapar como una excusa para llevar a cabo el verdadero objetivo de la mentalidad de Silicon Valley: elevarse por encima de los simples mortales y ejecutar la estrategia de salida definitiva.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento