Crítica de 'Fallout': la serie postapocalíptica de Prime Video conserva la visceralidad y el humor negro de los videojuegos

Jonathan Nolan y Lisa Joy son los creadores de esta historia original ambientada en un mundo peligroso, cruel y devastado por la guerra nuclear, disponible en Amazon Prime Video en España.
Ella Purnell en 'Fallout'
Ella Purnell en 'Fallout'
Prime Video
Ella Purnell en 'Fallout'

Parece que estamos ante una nueva era para las adaptaciones de los videojuegos. The Last of Us fue todo un éxito desde su estreno en HBO Max, y también triunfó en el cine la película de Super Mario Bros. En el futuro llegarán más proyectos basados en otras franquicias populares, pero ahora es el turno de Fallout.

La nueva serie de Prime Video es una de las grandes propuestas de la plataforma para este 2024 y ya se ha confirmado que contará con una segunda temporada. Sus creadores son Geneva Robertson-Dworet y Graham Wagner (que dirigen a su vez algunos episodios), y se ideó como una historia completamente original pero que encaja dentro del universo creado en las distintas entregas de los videojuegos. Jonathan Nolan, hermano de Christopher Nolan, y su mujer Lisa Joy son los productores ejecutivos, con el primero firmando también como director.

La trama nos sitúa en un futuro postapocalíptico devastado por los efectos de la guerra nuclear. Como se indica en la sinopsis oficial, es la historia "de los que tienen y los que no tienen en un mundo en el que prácticamente no queda nada para tener". La escenificación de esta idea la encontramos en los distintos estratos de la sociedad que aparecen en los títulos originales y que también están representados en la serie.

Ella Purnell interpreta a Lucy, una moradora del Refugio 33. Durante toda su vida ha crecido en un ambiente seguro, en una comunidad jerarquizada y controlada que ha permanecido en uno de los muchos búnkeres construidos por Vault-Tec y que no conoce el peligro ni la adversidad. Es hija del supervisor Hank (Kyle MacLaughlin), la persona al mando dentro de su pequeña sociedad, y un día se ve obligada a marchar al infierno del exterior por primera vez.

A través de Lucy es cuando vemos cómo Fallout saca pecho del tradicional humor negro que caracteriza a los videojuegos. Es una mujer inocente que carece de habilidades sociales dentro y fuera del Refugio y que no tiene demasiados filtros ni sabe elegir sus palabras ante las distintas amenazas. La manera que tiene de no comprender su entorno aporta en la mayoría de ocasiones la nota de humor de la serie.

En contraposición, Maximus y el Necrófago son la otra cara de la moneda al haber sobrevivido a su manera a la hostilidad de la superficie. Maximus (Aaron Moten) fue rescatado por la Hermandad del Acero, un grupo militar-religioso que habita en el Yermo, mientras que el Necrófago (Walton Goggins), forma parte de un grupo de humanos prácticamente inmortales debido a las mutaciones genéticas de la radiación. El primero es inexperto y ambicioso, el segundo despiadado y violento.

Un mundo cruel, violento e irónico

Los tres personajes principales representan a varios de los muchos estratos de la sociedad postapocalíptica estadounidense: los "privilegiados" que sobreviven en los refugios, los cuerpos militares que imponen su ley en la superficie, y los renegados de la sociedad. Pero hay más grupos de personas con intereses muy distintos y un mundo extraño e inhóspito que la serie va explorando con paso firme y dinamismo.

Casi todos los elementos que caracterizan a nuestra sociedad se perdieron hace tiempo en el mundo de Fallout. En el viaje de sus protagonistas vemos muchos elementos de lo que la sociedad fue alguna vez, pero ahora solo impera la ley del más fuerte. Por eso, la violencia excesiva en varias de sus escenas encaja bien a pesar de que el tono general de esta ficción es más desenfadado y satírico.

La serie está llena de guiños a los videojuegos, pero cualquiera puede disfrutar aunque no haya jugado a ninguna de las entregas existentes. Eso sí, los fanáticos probablemente disfruten más con las pequeñas referencias. Por lo demás, todo el mundo está bien ambientado en una sociedad distópica a medio camino entre los años 50, el universo de Mad Max y un mundo de tecnología muy avanzada. Además, la ironía y el humor negro de sus personajes también están presentes en muchos elementos del mundo que les rodea. Son suficientes las pruebas para pensar que Fallout se ha hecho con cariño y con la ambición de convertirse en una de las series del año.

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