En un refugio de animales podemos encontrarnos muchos perfiles de perros y gatos en adopción: desde los adorables cachorros que todo el mundo quiere, hasta abuelitos de diez años que ya no encajaban en la familia, pasando por todo tipo de peludos con enfermedades o problemas de salud de algún tipo.
Estos últimos suelen tener más difícil el encontrar una familia que les quiera y les pueda mantener, ya que suponen un esfuerzo un poquito más comprometido que el habitual. Por este motivo, con el tiempo han surgido asociaciones y organizaciones de personas dedicadas exclusivamente a estos animales.
Un ejemplo de ello es la asociación Bichos Raros, formada por particulares (en este caso, María y Macu) que, además de ser trabajadoras en sus profesiones diarias y tener familias, dedican el resto de su tiempo diario a sacar adelante a unos 200 animales que sufren alguna discapacidad.
"Lo hacen en sus propios hogares y sin ninguna ayuda económica externa que no sean donaciones de particulares", cuenta Carmen Gijón voluntaria de la asociación. "Puedo asegurar que su dedicación es totalmente plena y continua (sin entender de fines de semana, festivos, vacaciones u horarios)".
Una oportunidad de una vida digna
Tal y como explica Gijón, la asociación centra su ayuda en aquellos animales que padecen alguna discapacidad. "Muchos son paralíticos o hemipléjicos, otros padecen enfermedades crónicas o complejas, otros tienen comportamientos especiales como trastornos neurológicos y algunas simplemente son animales mayores (nuestros queridos abuelitos y abuelitas)", enumera.
"Todos los perros y gatos acogidos son animales con discapacidad que requieren de unos cuidados especiales" agrega. "En su mayoría causadas por el abandono o maltrato que han sufrido durante su vida, aunque en ocasiones son discapacidades de origen congénito".
Actualmente la asociación tiene bajo su cargo unos 200 animales, en su mayoría perros, aunque también cuentan con un gran número de gatos discapacitados. "De esta manera, se les da una oportunidad de vida digna y feliz, sintiéndose queridos en un hogar, a salvo, calentitos y sin pasar hambre, hasta el final de sus vidas", añade Gijón.
Muchos son paralíticos o hemipléjicos, otros padecen enfermedades crónicas o complejas, otros tienen comportamientos especiales como trastornos neurológicos
"Estos animales proceden de diversos lugares: de otras provincias; de Ucrania, por el tema de la guerra; de Bélgica u otros países de Europa; de otras protectoras o personas particulares... y cada semana se van uniendo más", cuenta.
Por este motivo, la voluntaria recuerda que es muy importante para ellos la ayuda que reciben. "Es necesaria para seguir manteniendo a estos animales y costear los cuidados y tratamientos que requieren", explica. "Muchos necesitan una alimentación especial o específica para sus patologías, otros tratamientos médicos y quirúrgicos en centros veterinarios (en muchas ocasiones muy caros), algunos necesitan hacer rehabilitación y fisioterapia y, por supuesto, necesitamos comprar material para ellos (sillas de ruedas, arneses especiales, pañales, medicinas...)".
En este sentido, la voluntaria explica que se trata de un coste económico muy elevado que financian gracias a las donaciones de personas solidarias que confían en el proyecto y recalca que se trata de una ayuda que, por desgracia, no es continua.
"El problema de todo esto es que, dada la fluctuación y variabilidad de las donaciones, no tenemos nunca aseguradas las necesidades más básicas de los animales, teniendo que invertir todos nuestros ingresos personales para atender todo lo que implica el mantenimiento de la asociación y el bienestar de los peludos", añade.
Por ello, la voluntaria recuerda que cualquier persona puede colaborar a través del grupo de Teaming (aportando un euro al mes), realizando donaciones de alimentación animal y también donaciones económicas. Además de, por supuesto, adoptando o acogiendo a algunos de sus peludos.
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