Las aerolíneas prevén que España tendrá un verano de récord en el viajeros aéreos y han reservado 240,3 millones de asientos en vuelos con origen o destino a los distintos aeropuertos españoles, lo que supone un 13,5% más con respecto a los que reservaron de cara al verano del año pasado y 29 millones más de los 211 millones que efectivamente se transportaron entonces. Canarias y Baleares sigue estando entre los principales puntos de aterrizaje y despegue que pronostican las compañías, en un crecimiento que, como hecho más novedoso, se reparte de forma "más homogénea" porque también se traslada a los aeropuertos de Barcelona, de Andalucía y Madrid.
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha presentado este martes las previsiones del sector aéreo en España para la temporada de verano que ha empezado este mes de abril y que durará hasta octubre -en este ámbito solo hay dos, más otra de invierno, de noviembre a marzo- que apuntan a que los viajes en avión con origen y destino España siguen creciendo con respecto al verano del año pasado.
El cálculo que establece ALA se basa en las previsiones que hacen las aerolíneas al inicio de la temporada -en este caso, de verano- sobre los asientos que previsiblemente ocuparán los pasajeros. En esta ocasión, tienen previstos 240,3 millones de asientos ocupados con destino u origen España, viajes entre los que también se incluyen los vuelos de enlace, en el que el pasajero llega, por ejemplo a Barajas desde otro aeropuerto, para coger otro avión rumbo a su destino final que en el aeropuerto madrileño suelen representar alrededor de un 70% del total de los movimientos.
Esta tendencia al alza sigue la senda que ya se vio en el verano de 2023 y en la recién cerrada temporada de invierno, con un 9% más de vuelos comerciales. Entre enero y marzo pasados, el tráfico aéreo aumentó en España un 10% con respecto al mismo trimestre de 2023, según datos de los controladores de Enaire, que registró un incremento de la actividad en todos sus centros de control. Sólo en marzo, gestionaron más de 170.000 vuelos, un 9,7% más, con un crecimiento del 12,4% de los vuelos internacionales, del 7,5% de los sobrevuelos y del 5,3% de los vuelos nacionales.
Según la oferta prevista por las aerolíneas, la mayor cantidad de asientos es en vuelos hacia o desde Madrid-Barajas, 48,1 millones frente a los 41,7 millones del verano pasado, lo que supone un incremento del 15,2%. El aeródromo madrileño hay planificados 244.364 vuelos este verano, un 7,1% más que el verano de 2023, pero todavía por debajo de su niveles prepandémicos, un 3,9% menos que en 2019, en lo que el sector interpreta como que sigue sin recuperarse del todo de la crisis sanitaria, no tanto por viajes europeos o hacia América Latina, sino hacia Asia y otras zonas de largo radio. El sector apunta también que un aumento de pasajeros y una disminución de vuelos indica que se empleen aviones con más capacidad.
El mayor incremento de plazas de avión previstas se da en vuelos hacia o desde Alicante, 14,1 millones que suponen un 18,8% más que en el verano de 2023. En el caso de El Prat de Barcelona, crece un 16% porque entre abril y octubre prevé 41,2 millones de pasajeros frente a los 35,5 millones del año pasado. En el aeropuerto barcelonés despegarán o aterrizarán 215.594 vuelos, un 10,1% más.
Según las cifras de ALA, los asientos previstos en vuelos vuelos hacia o desde Canarias crecen un 14,1% y pasan de 30,6 a 34,9 millones; en toda Andalucía, un 14%, de 24,9 millones el verano pasado a 28,3 millones este que empieza ahora, y en Baleares, un 11,5%, de 24,9 millones a 28,3. En Valencia, las compañías han puesto a la venta 8,4 millones de asientos para este verano, un 10,7% más que el verano pasado.
Más al detalle en Andalucía, la planificación de las aerolíneas en Málaga es de 19,6 millones de asientos, un 13,8% más que en verano de 2023, y 109.367 vuelos, un 3,8% más. En Sevilla, serán 829.334 asientos, un 5,1% más, y 4.728 vuelos, un 3,3% más. En Granada, prevén 709.176 asientos, un 3,9% más que el año pasado, en 4.860 vuelos, un 4,1% más que en el verano de 2023.
Según Enaire, los aeropuertos donde más creció el tráfico en el primer trimestre de 2024 fueron Sevilla (115.136 vuelos gestionados, 11,8% más), Barcelona (196.431, el 10,8% más), Canarias (105.368 vuelos, 10,1% más), Madrid (283.981, el 9,5% más) y Palma (41.743 vuelos, 3,1% más).
De la oferta a la demanda
"Todo apunta a que vamos a tener un récord de tráfico aéreo", ha afirmado el presidente de ALA, Javier Gándara, que ha precisado que "hay que ver si todos los asientos que se ofertan se ocupan", aunque ha confiado en que los ratios queden cerca de los de otros años, a pesar de que inestabilidad geopolítica que, por ejemplo, este fin de semana hizo que Reino Unido aconsejara a sus nacionales no volar a Israel tras el ataque desde Irán. Para Gándara, este tipo de factores son imprevisibles y confía en que no trastoquen las "ganas de viajar" que constata ALA y que ya se demostró el año pasado, a pesar de la inflación o de la subida de tipos de interés que encareció las hipotecas y redijo la renta disponible de los hogares.
"Todo parece indicar que va a ser un buen verano" y, además, "bastante repartido" por los aeropuertos españoles, un síntoma de que viajar sigue siendo competitivo, la gente se ha dado cuenta de que viajar es algo bueno", ha afirmado Gándara que apunta que los destinos a los que más viajaremos este año los españoles son de forma "muy importante" vuelos domésticos, a "Canarias y Baleares y todas las costas, pero cada vez más fuera, a Italia, Grecia y creciendo mucho los vuelos intercontinentales, a Estados Unidos y sobre todo a América Latina".
Optimismo a pesar de la incertidumbre
El sector afronta con "optimismo" la temporada estival, a pesar de la "incertidumbre" que aporta el riesgo de una escalada bélica en Oriente Próximo, la fluctuación del precio del combustible, ahora al alza, o la evolución de la inflación que conllevara un deterioro de la situación económica.
Todos estas cuestiones podrían afectar a los precios de los billetes en un momento en el que la percepción constatada en la realidad es que también se han encarecido. A este respecto, Gándara no ha querido hacer una previsión sobre si este verano será más caro viajar en avión y ha reiterado que la cantidad que casi cada pasajero paga por su pasaje depende de la oferta y la demanda, de si compra para fechas especialmente demandadas y si lo hace con más o menos antelación.
"El verano pasado ya tuvimos récord de tráfico aéreo y también se hablaba de si era muy caro volar. Ahora, tres cuartos de lo mismo, se habla de que es más caro volar pero no vemos un impacto", ha dicho el presidente de ALA. "Me atrevo a decir que volar este verano va a seguir siendo competitivo".
1,5 millones de minutos de retraso por huelgas en Francia
El sector aéreo pasa por un buen momento, con la pandemia superada y gracias al apetito de los pasajeros a coger un avión. Pero no está exento de "retos" e inconvenientes, como los fallos en algunos modelos de Boeing que han provocado accidentes y han obligado a las aerolíneas que los tenían en su flota a alquilar otras naves para cubrir el verano o incluso a reorganizar su oferta, para asegurar la presencia en destinos más rentables que en otros, algo que Gándara cree que puede beneficiar a España, con más tirón que otros lugares del mundo.
En todo caso, el mayor hándicap que han afrontado las aerolíneas españolas en el último año han sido los retrasos que han provocado las huelgas de controladores en Francia, que impiden sobrevolar su espacio aéreo y que en el caso de la Península Ibérica supone en buena medida hacer una barrera.
Según ALA, después de Francia, España es el país más afectado por las huelgas en su suelo. En 2023, sobre todo entre febrero y mayo, trastocaron el 4% de los vuelos en España, casi 86.000 operaciones tuvieron algún retraso por ese motivo que, sumados, da la cifra de casi un millón y medio de minutos de retraso, cuando en 2022 fueron 309.000. Las aerolíneas reclaman a la Comisión Europea que exija a Francia que "blinde" los vuelos que cruzan su espacio aéreo para proteger a los pasajeros, que aunque haya huelgas puedan operar vuelos que no tienen ni origen ni destino en su suelo.
El sector aéreo también afronta como reto la descarbonización de la aviación, con una apuesta muy clara a favor de la producción de combustibles sostenibles (SAF) en la que ve a España muy bien situada para convertirse en líder. Al mismo tiempo que pide al Gobierno que incentive esta actividad, reclama que olvide otras iniciativas, como prohibir los vuelos cortos o la posibilidad de que la UE fije una tasa al queroseno, que pide que España vete.
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