Noruega, el nuevo destino estrella de las enfermeras españolas: "La ratio por paciente es menor y el sueldo, mucho mayor"

Enfermeros españoles que trabajan en Noruega.
Enfermeros españoles que trabajan en Noruega.
20minutos
Enfermeros españoles que trabajan en Noruega.

Si hace una década era Reino Unido el destino por antonomasia de las enfermeras españolas que buscaban experiencia laboral en el extranjero, actualmente Noruega es el nuevo 'edén' del sector. Así lo recoge un reciente informe publicado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) sobre la escasez de enfermeras en España. "El país que despierta mayor interés entre las tituladas en España es Noruega, que entre 2017 y 2021 ha registrado 1.260 solicitudes, de las cuales 906 se han resuelto positivamente de manera automática, 346 constan pendientes de resolución y tan solo 8 se han resuelto negativamente", reza el artículo, publicado en Gaceta Sanitaria.

Paula Santana de Jesús es una de ellas. Graduada en Enfermería por la Universidad de Sevilla en 2023 y tras cuatro meses de verano trabajados en el País Vasco, hace apenas un mes que esta joven de 22 años puso rumbo a la pequeña localidad al sur del país escandinavo llamada Lyngdal. Allí trabaja en una residencia de larga estancia de pacientes con demencia, la mayoría de edad avanzada. "Siempre he tenido claro que quería irme a trabajar fuera. El Sistema Nacional de Salud de España es el mejor para los pacientes, pero no trata tan bien a los trabajadores", lamenta a 20minutos al otro lado del teléfono, antes de comenzar un turno de tarde.

Hasta allí ha llegado a través de la empresa Global Working, dedicada a gestionar la formación en idiomas y los trámites burocráticos para el traslado de sanitarios españoles al país nórdico. Tras siete meses estudiando noruego y con el papeleo arreglado, Paula ya tiene un contrato temporal de trabajo por el que trabaja por turnos de mañana, tarde o noche. A la semana realiza 37 horas y media a razón de entre 21 y 22 euros la hora. Cuando tenga más experiencia, este salario aumentará, como también ocurre cuando trabaja de noches. En esos casos, recibe un complemento de seis euros la hora. "Los festivos también los pagan muy bien", agrega. Santana relata que la ratio habitual es "de dos a tres" pacientes por enfermera y, "como mucho, cuatro o cinco, pero no graves. La ratio es menor y el salario, mucho más alto", resume.

Según la OCDE, España contaba en 2021 con una ratio de 6,57 enfermeras por 1.000 habitantes, mientras que Portugal, país con un sistema sanitario comparable, contaba con 7,44. Las causas del déficit de enfermeras en España son, según Sespas, la migración a otros países con mejores condiciones laborales y el abandono de la profesión a sectores mejor remunerados. Acorde a los datos de Sespas, en España, la mayoría de las enfermeras cobra entre 18.000 y 30.000 euros anuales, mientras que las ofertas que pueden encontrarse en portales de empleo para trabajar de enfermera en Noruega ofrecen entre 50.000 y 66.000 euros anuales.

Según los datos de Sespas, España registró una gran estampida de enfermeras entre 2009 y 2016 hacia el Reino Unido, con 10.075 solicitudes de enfermeras tituladas en España y un 98,4% de resoluciones positivas de manera automática. Otros países que despertaron especial interés para emigrar en ese periodo fueron Francia y Bélgica, aunque en una magnitud muy inferior: 574 y 498 solicitudes, respectivamente, con un 92,9% y un 87,1% de resoluciones positivas. En este momento, el país que despierta mayor interés entre las tituladas en España es Noruega, tal y como se observa en el siguiente gráfico, que contabiliza 1.260 solicitudes para homologar la titulación entre 2017 y 2021. 

Solicitudes de reconocimiento de títulos de enfermería expedidos en España según el país de destino de 2007 a 2021.
Solicitudes de reconocimiento de títulos de enfermería expedidos en España según el país de destino de 2007 a 2021.
SESPAS

"En la actualidad, la emigración de enfermeras en España es baja (513 solicitudes de reconocimiento del título en 2021 frente a 2.792 en 2013), pero hay que tener presente que es una opción para muchas enfermeras que no tienen perspectivas de pleno empleo o que pretenden mejorar su desarrollo profesional", exponen las autoras del informe Sespas.

Santana no tiene que pagar ni el alojamiento ni los vuelos a España, sus condiciones incluyen los gastos de alquiler -comparte un piso con otras dos enfermeras españolas- y unos 800 euros para vuelos para cuando necesite recargarse de vitamina D en España. "La comida es muy cara, pero al final ganas en calidad de vida", comenta, al tiempo que destaca las "49 semanas de permiso de maternidad" que el país concede con el 100% del salario. La joven, que ya ha vivido en otros países en su época de estudiante, se ha marchado a Noruega sin fecha de retorno y se propone estar "al menos un año". De sus primeras semanas recalca el "carácter hospitalario" de los compañeros locales.

Imagen de Paula Santana, enfermera española trabajando en Noruega.
Imagen de Paula Santana, enfermera española trabajando en Noruega.
CEDIDA

Otro ejemplo es el de Charles Sánchez, un joven de 23 años nacido en República Dominicana y criado en la ciudad de Madrid. Tras graduarse en la Universidad de Alcalá en 2022, partió junto a su novia a Noruega en busca de un futuro mejor. Se establecieron en el pequeño municipio de apenas tres mil habitantes de Fitjar, al sur de Bergen, en enero de 2023. Después de varios contratos temporales en pisos tutelados y atención domiciliaria, ya cuentan con uno fijo en una residencia para personas con demencia. Según explica Sánchez a 20minutos, una vez te hacen indefinido, ya no te pagan el alojamiento, pero se puede negociar que el empleador, que es el gobierno municipal, te cubra parte de esos gastos, como ha conseguido él. Además de los altos sueldos, que oscilan de los 3.500 a los 4.700 euros al mes - la cantidad varía en función de las horas extra, nocturnidades, turnos de fin de semana, etc. -, el joven destaca otra diferencia respecto a España: la relación con los médicos. "Tenemos tiempo para sentarnos juntos, una vez a la semana, para hablar de cada uno de los pacientes. Nos escuchan y nos consideran una parte esencial porque somos quienes más tiempo pasamos con los pacientes en el día a día", explica.

Sánchez recalca que en el año y pico que lleva en el país nórdico ha visto "una sola úlcera por presión", causadas por estar en la misma posición durante mucho tiempo. "No hay, y en España son habituales", asegura. "La filosofía de la atención es diferente. Aquí se limitan mucho los tratamientos invasivos y, por ejemplo, priman la vía oral a la intravenosa". Tanto es así que, "muchas veces, delegan en nosotros [los españoles] para poner vías porque tenemos más experiencia en ello", asevera.

Por el momento no tienen fecha de retorno a España, se sienten a gusto en la tranquila localidad donde viven. "Vemos difícil pensar en volver por lo satisfechos que nos sentimos", dice Sánchez en referencia a él y a su pareja. La falta de luz en invierno se compensa con los días largos de verano y la calurosa acogida de la población local y los pacientes. "Lo de que son gente fría y seca son estereotipos", subraya.

Charles Sánchez, enfermero español trabajando en Fitjar, Noruega.
Charles Sánchez, enfermero español trabajando en Fitjar, Noruega.
CEDIDA

María Guillén, alicantina de 24 años, se marchó en junio de 2022. Su periplo noruego ha durado año y medio y la ha llevado por diferentes lugares del país encadenando contratos temporales. "En el norte es más fácil negociar al alza el salario porque hay mucha demanda de empleo, además la luz está prácticamente regalada y se pagan menos impuestos". Su contrato más largo fue de cinco meses en Mehamn, en la costa norte de la península escandinava, frente a Cabo Norte, "pero con la condición de trabajar en Navidad". En Bergen sí logró un contrato fijo, pero de menor remuneración. Allí estuvo de enero a septiembre de 2023. Los tres últimos meses antes de volver a España, a finales de 2023, los pasó de nuevo en la remota Mehamn, "para ganar más dinero antes de regresar". 

A ella el sueldo no le compensaba. "Es alto, pero la vida también es más cara". Su paso por Noruega le ha enseñado que "la vida es ahora, no mañana". Estando allí, se vio atrapada en un "bucle" en el que "solo pensaba en trabajar para ganar más dinero y en las siguientes vacaciones". "Perdí parte de mí, empecé a vivir en el futuro sin valorar el presente". De nuevo Alicante, trabaja en un centro de diálisis: "Cuando miro la nómina digo 'ays', pero soy más feliz". No descarta volver a emigrar porque se define como "muy inquieta". "Noruega es un punto y aparte, no un punto y final. Volver no es una derrota, es un capítulo más. Le recomiendo a todo el mundo emigrar solo porque es una experiencia vital única".

María Guillén, enfermera de Alicante, ha trabajado durante un año y medio en Noruega.
María Guillén, enfermera de Alicante, ha trabajado durante un año y medio en Noruega.
CEDIDA

Quien no piensa en volver es Aroa Couto, natural de San Clemente (Cuenca). Con 26 años, cuenta ya cuatro primaveras en Noruega. La primera, en plena pandemia de la covid. Marchó para "conocer una cultura nueva" y ha formado una familia con un enfermero noruego con quien se ha comprado un piso y tiene un bebé de un mes. El país le ha dado "estabilidad y tranquilidad". De su trabajo destaca el enfoque de cuidado íntegro del paciente como persona. "No simplemente es dar medicación o curar heridas como puede ser en España. Es absolutamente un cuidado integral del paciente, tener tiempo para tomarte un café con él o ella, saber cómo se siente, qué le gusta, qué piensa, cuidar su ambiente, dar un paseo con él para que le dé el sol, conocer su situación familiar... Todo esto ayuda mucho a la recuperación".

Aroa vive en Bjerkvik, una pequeña población en la costa noroccidental de Noruega, donde trabaja en un centro de cuidados público que alberga "una zona de residencia para cortas y largas estancias, una zona de cuidados paliativos -donde trabaja-, un centro de día y también ofrecen atención psiquiátrica". En Noruega, dice, puede ahorrar y siente, por el momento, que está su hogar. "Tengo mi vida aquí". En España habría sido una mamá joven, pero en Noruega "ya se me estaba pasando el arroz, ya me preguntaban que si iba a tener hijos..." 

Aroa Couto, enfermera de Cuenca que lleva cuatro años asentada en Noruega.
Aroa Couto, enfermera de Cuenca que lleva cuatro años asentada en Noruega.
CEDIDA

Las medidas de conciliación son otro punto que destaca Couto, que tuvo un permiso de tres semanas antes del parto y ahora cuenta con hasta 31 semanas para dedicarse a su bebé. Cuando termine, su pareja disfrutará de otras 15 para continuar cuidando al pequeño. Una vez los dos se reincorporen al trabajo, "la empresa, que es la misma para los dos [progenitores], ya nos ha dicho que nos cuadrarán los turnos para que podamos cuidar de nuestro hijo", explica Aroa.

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