Qué les pasa a los astronautas en el espacio

El astronauta de la NASA Drew Feustel fotografiado fuera de la esclusa de aire en la Estación Espacial Internacional.
El astronauta de la NASA Drew Feustel fotografiado fuera de la esclusa de aire en la Estación Espacial Internacional.
NASA
El astronauta de la NASA Drew Feustel fotografiado fuera de la esclusa de aire en la Estación Espacial Internacional.

Para afrontar su experiencia en el espacio, los astronautas se someten a rigurosos programas de entrenamiento físico para mantener su salud muscular y ósea. Este entrenamiento incluye una variedad de ejercicios diseñados para contrarrestar los efectos negativos de la microgravedad, como la pérdida de masa muscular y ósea. Además de los ejercicios de resistencia y tronco, los astronautas se centran en el entrenamiento cardiovascular y la agilidad para mantener su estado físico en el entorno del espacio.

Sin embargo, pese al riguroso entrenamiento de los astronautas, permanecer en el espacio con condiciones de microgravedad, radiación cósmica y aislamiento extremo presenta desafíos únicos. Estas condiciones inevitablemente afectan físicamente a los astronautas, causando pérdida de masa ósea y muscular, problemas cardiovasculares, cambios en la visión y alteraciones en el sueño, entre otros efectos.

Radiación espacial, la principal preocupación de los astronautas

La radiación espacial es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los astronautas en el espacio. Mientras que en la Tierra estamos protegidos por nuestro campo magnético y la atmósfera, en el espacio los astronautas están expuestos a niveles variados y crecientes de radiación. Son tres las fuentes principales que contribuyen a este entorno:

  • Partículas atrapadas en el campo magnético de la Tierra
  • Partículas energéticas solares
  • Rayos cósmicos galácticos

Todas estas partículas pueden penetrar los cuerpos de los astronautas y dañar sus células, lo que representa un riesgo para su salud.

Aislamiento

El aislamiento y confinamiento también son desafíos significativos para los astronautas en el espacio. La vida en la Estación Espacial Internacional implica una adaptación masiva a un entorno completamente diferente al de la Tierra. 

Los astronautas orbitan a 400 kilómetros por encima de la superficie terrestre, privados de ciertas constantes como los ritmos diarios del amanecer y el atardecer, la presencia familiar y la atracción gravitacional constante. Estos cambios no solo desorientan psicológicamente, sino que también provocan cambios fisiológicos significativos, como la redistribución de fluidos, que puede afectar la producción de glóbulos rojos y la presión sanguínea.

Desplazamiento de fluidos

En la microgravedad, tanto los músculos como los huesos se debilitan. Estos efectos están interconectados, ya que el debilitamiento muscular acelera la pérdida ósea. Después de aproximadamente 240 días en el espacio, la fuerza total de los astronautas se reduce a aproximadamente el 70% de su fuerza inicial. Esto puede provocar anemia, problemas oculares, cambios en la presión sanguínea y disfunciones inmunológicas.

Investigación futura

La NASA planea investigar aún más cómo el cuerpo se adapta a vivir en el entorno de los vuelos espaciales durante períodos más largos. Esto será crucial para futuras misiones en el espacio profundo, como las futuras misiones Artemis II y III.

Para más información, se puede consultar la página de la NASA haciendo clic aquí, donde desarrollan todos los efectos que produce la permanencia en el espacio a los astronautas.

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