OPINIÓN

El peligro de los 'gallineros'

Sánchez y Feijóo, en la sesión de control.
Sánchez y Feijóo, en la sesión de control.
20MINUTOS
Sánchez y Feijóo, en la sesión de control.

En estos días de Pasión, sería recomendable que los grandes partidos dedicaran unas horas a reflexionar sobre la deriva en la que están incurriendo las instituciones, que en demasiadas ocasiones se están convirtiendo en auténticos gallineros.

Sin ir más lejos, este miércoles en el Ayuntamiento de Barcelona, el socialista Collboni no ha sido capaz de superar la cuestión de confianza que planteó después de no haber podido aprobar los presupuestos municipales, en un contexto en el que la oposición no será capaz de consensuar un candidato alternativo.

Mientras todo esto ocurría, en RTVE se afanaban en elegir a un nuevo presidente después de que el cargo quedara vacante a raíz de que su Consejo de Administración acordara el cese a Elena Sánchez momentos después de que ésta promoviera la destitución de su número dos. En fin...

Por su parte, el Consejo General del Poder Judicial lleva cinco años sin efectuar nombramientos ante la incapacidad de PP y PSOE de alcanzar un acuerdo y, mucho me temo, que seguirá siendo así una temporada por mucho entusiasmo que le ponga el comisario Reynders.

En el ámbito parlamentario, se sigue a vueltas con la amnistía de los miembros del 'procés', mientras algunos de sus impulsores abogan por una nueva declaración de independencia en Cataluña y el guirigay reina en el Congreso a la espera de determinar hasta dónde llegarán los tentáculos del casa Koldo.

Todo ello mientras las autonomías reman cada una por su lado; los empresarios protestan por los impuestos y se desesperan con la subida de los tipos de interés; y el ciudadano de a pie sufre su propio calvario al ver estos rifirrafes al tiempo que echan cuentas para ver cómo llenan la cesta de la compra, cada vez más difícil de completar. Cierto es que de vez en cuando tenemos alguna alegría, como que el PIB de 2023 subió hasta el 2,5%, por encima de las expectativas del Gobierno. Este no es tema menor, pero sí es la excepción que confirma la regla.

En el libro de "Cómo mueren las democracias", sus autores Levitsky y Ziblatt identifican varias formas de destruir los sistemas democráticos y apelan a la responsabilidad de los partidos políticos a que las defiendan para evitar que autócratas sin escrúpulos asciendan al poder.

Los partidos deberían reflexionar en estos días de Pasión si merece la pena la deriva que están tomando y sobre las consecuencias que pueden acarrear sus posiciones

Uno de los antídotos que se plantean estos autores para defender estos sistemas es la tolerancia mutua entre los partidos, en el sentido de que siempre que los adversarios acaten las reglas constitucionales, se acepte que tienen el mismo derecho a existir, competir por el poder y gobernar. Uno podrá estar en desacuerdo con el otro, e incluso sentir un profundo desprecio, pero ha de aceptar al adversario como contrincante legítimo.

"Podremos verter lágrimas en la noche electoral si vence el bando contrario, pero no consideraremos su victoria un acontecimiento apocalíptico". Los partidos, todos, deberían de tomar nota y reflexionar en estos días de Pasión si merece la pena la deriva que están tomando y sobre las consecuencias que pueden acarrear sus posiciones. Dicho queda.

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