Las altas temperaturas adelantan los picos de polen y las lluvias intensifican los síntomas de los alérgicos: la previsión para primavera

La alergia al polen es la más frecuente en España.
Imagen de archivo de dos personas sufriendo los efectos de la alergia al polen.
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La alergia al polen es la más frecuente en España.

Las altas temperaturas registradas durante este atípico invierno -enero ha sido el primer mes del año más cálido desde que hay registros en España, según la Aemet- han provocado un adelanto de los picos de polinización. A ello se unen las lluvias registradas en el mes de febrero, que mantienen el el polen más tiempo en el ambiente y, por lo tanto, las personas alérgicas pueden sufrir durante más tiempo los síntomas. Estas dos circunstancias han llevado a la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) a prever que esta primavera que está a punto de empezar será "más intensa" que la anterior en cuanto a niveles de pólenes se refiere y que en el centro peninsular será variable en cuanto a concentración de gramíneas, con niveles intensos en Madrid, Toledo, Segovia y Ciudad Real; moderados en casi toda Castilla y León; y leve en Aragón.

"La alergia al polen se puede considerar una pandemia, es un problema de salud pública. Más de un tercio de la población española la sufre", ha advertido el presidente de la SEAIC, Ignacio Jesús Dávila, al inicio de la rueda de prensa que se ha celebrado este lunes en Madrid para presentar las previsiones de concentraciones de pólenes en el centro del país esta primavera. 

Por su parte, el doctor Juan José Zapata, presidente del comité de aerobiología clínica de la SEAIC, ha recordado que el año 2023 registró en España una temperatura media de 15,2 °C, un año "extraordinario con temperaturas muy extremas que hicieron que los pólenes se comportaran de forma diferente". Por ejemplo, en Almería, donde no hay apenas polen de olivo, se registró un pico "extraordinario" de este tipo por una brusca subida de las temperaturas. En este año, sin embargo, por las intensas lluvias del mes de febrero, los niveles de pólenes perdurarán en el tiempo y, por tanto, la primavera será más intensa para las personas alérgicas que el año pasado

"Cuando viene la primavera, los pacientes alérgicos van a tener síntomas, independientemente de que en la región donde vivan haya más o menos polinización", apunta a 20minutos el doctor Zapata, al tiempo que llama a los pacientes a consultar los niveles de polen registrados en su zona cuando empiece con síntomas, una información que puede encontrar en la página web de la SEAIC. Si el polen está subiendo, Zapata desaconseja hacer ejercicio al aire libre, ventilar la casa por las mañanas o tender la ropa en el exterior. El alergólogo subraya que "ante el primer síntoma, se tome la medicación". 

Zapata recuerda que el año pasado fue de los más secos desde que hay registros. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), fue el sexto año más seco desde el comienzo de la serie en 1961, y el cuarto del siglo XXI. "No hubo agua, por tanto, las flores polinizaron muy rápido y todas de golpe, produciendo un gran pico pero corto en el tiempo porque sin lluvia las plantas no son capaces de sobrevivir a esas temperaturas o de seguir polinizando. El ejemplo lo tenemos en el olivo, que prácticamente polinizó todo a la vez, produjo muchos síntomas a la población, pero luego no fue capaz de fructificar. De ahí que la campaña fuera de las peores del siglo", apunta Zapata. Este aspecto también sigue repercutiendo en el bolsillo de los consumidores de aceite.

Niveles de alergia en la primavera de 2024
Niveles de alergia en la primavera de 2024
SEAIC

El aumento de las temperaturas y la falta de precipitaciones se han posicionado como factores determinantes en el momento y la forma de polinización de las plantas, influyendo así en la sintomatología de los pacientes alérgicos. Los alergólogos han insistido en que el cambio climático afecta en el momento, la dispersión, la cantidad y la calidad de los alérgenos, así como en la distribución y en la gravedad de las enfermedades alérgicas. "En consecuencia, el cambio climático dispara las enfermedades respiratorias alérgicas como el asma, la rinitis alérgica y la conjuntivitis. La polinización empieza antes, termina más tarde y el polen tiene contenido proteico alérgico más agresivo, lo cual se manifiesta con mayor persistencia de los síntomas en los pacientes", ha advertido Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC.

Zapata recomienda a las personas alérgicas mantener "los filtros de casa lo más limpios posible", quitarse la ropa y ducharse al llegar si se ha estado en zonas de alta exposición de pólenes y, incluso, si tienen que trabajar en el exterior en zonas de flores y plantas cargadas de polen, "usar una mascarilla FFP2 y gafas de sol, que han demostrado ser muy eficaces". 

No obstante, lo esencial es tomar el tratamiento pautado por el personal sanitario -que puede ir desde un colirio hasta un broncodilatador, pasando por corticosteroides y antihistamínicos- cuanto empiecen los síntomas: "Cuando dejamos un tiempo el tratamiento, la enfermedad se hace fuerte e igual ya no es suficiente, y es cuando aparecen muchos pacientes en urgencias", agrega Zapata. 

En este sentido, el doctor anota un reciente hallazgo científico: "Cuando aumentan los pólenes, se produce un fenómeno en las mucosas y se hacen mucho más sensibles a la introducción de virus. Por tanto, es posible que algunos pacientes que tienen polinosis y puedan tener también una virosis, se descompensen y no sepan lo que les está pasando. Por eso, si no funciona el tratamiento sintomático, hay que volver de nuevo a la consulta para verificar que el fenómeno es una cosa sola o se está complicando por otra variable".

Inmunoterapias

Respecto a las inmunoterapias para alérgicos, el presidente de la SEAIC ha explicado a 20minutos que en España se está comenzado a trabajar con alérgenos moleculares, para vacunar frente a un extracto que tiene la molécula que sensibiliza fundamentalmente al paciente. Esta técnica se está empleando con la alternaria y las cupresáceas y, en breve, para los ácaros, y posiblemente también para los epitelios. "España es muy puntera en esto y tiene la ventaja de que es mucho más específica y nos evitamos utilizar otras moléculas adyacentes", afirma el especialista. 

La inmunoterapia para alérgicos, que se descubrió por serendipia, es un tratamiento que abarca entre tres y cinco años para lograr un efecto mantenido. Pero, "para ser honestos, no en todos los pacientes funciona, igual que el resto de fármacos. En un 15-25% de pacientes que incluso queden libres de síntomas durante muchos años e incluso de por vida, otro 30-40% que mejor y quizá otro 30-40% a los que no les haga efecto y todavía no sabemos por qué", expone Ignacio Jesús Dávila, que también ha reivindicado una mayor presencia de la asignatura de alergología en las facultades de medicina y ha instado a aumentar la presencia de alergólogos en el sistema sanitario ante el aumento "imparable" de la prevalencia de esta patología.

Por último, los alergólogos han expuesto que en los últimos años se ha observado un cambio en el patrón del paciente alérgico hacia una mayor complejidad de los casos clínicos por una polisensibilización, es decir, una sensibilidad a distintos alérgenos. En este sentido, la medicina de precisión en alergología ha cobrado una mayor importancia, pues ha permitido realizar una mejor fenotipificación de los pacientes, promoviendo tratamientos personalizados, han aseverado.

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