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Aura Hábitat, pisos en los que conviven estudiantes y personas con discapacidad intelectual: "Están todos aprendiendo"

Imagen de uno de los pisos compartidos del proyecto Aura Hábitat
Imagen de uno de los pisos compartidos del proyecto Aura Hábitat
Cedida por Aura Fundación
Imagen de uno de los pisos compartidos del proyecto Aura Hábitat

Convivencia en la diversidad. Aprender a convivir. Hacerse cargo de las responsabilidades que conlleva compartir piso. Esto es Aura Hábitat de Aura Fundación, un programa donde estudiantes y personas con discapacidad intelectual comparten piso y vivencias. Aura Hábitat nació en 2002 en Barcelona, donde se desarrolla hasta hoy.

“Soy Carlos Mariné, tengo 36 años y vivo en este piso desde el 15 de enero. Me gusta vivir aquí, me siento libre, hago lo que quiero, salgo las veces que quiero. Voy a comprar cuando me apetece, voy al gimnasio, a trabajar, doy paseos por el barrio”.

Como bien dice Carlos, puede salir a comprar siempre que quiere, aunque lo que no puede hacer es faltar el lunes a la cita semanal con la compra para todo el piso. Ese día los voluntarios, los participantes con discapacidad y la técnica profesional que se encarga de cada piso van juntos a hacer la compra de la semana.

En el piso de Carlos viven dos compañeros más con discapacidad intelectual y dos voluntarios. “Los voluntarios viven con nosotros y nos apoyan en la cocina y en las tareas de la casa. Ahora estoy aquí para estar independizado. Después quiero vivir con mi pareja en un piso”, cuenta. Entre las tareas con las que tiene que cumplir Carlos están fregar los platos, poner la mesa, limpiar el comedor, su habitación, etc.

Cada viernes hay programada una actividad de ocio distinta. “Por la noche vemos la tele o vamos a cenar con los de otros pisos o a dar una vuelta por el barrio”, cuenta Carlos.

Aura dispone de tres pisos como este donde vive Carlos. Son pisos de aprendizaje donde los participantes con discapacidad están de tres a cinco meses. “Aquí aprenden para cuando vayan a vivir de manera independiente en un piso propio o compartiendo”, explica Andrea Garre, coordinadora de programas formativos de Aura Fundación.

Para la fundación es clave que los voluntarios sean estudiantes “para que estén en el mismo momento que nuestros chicos y chicas”, explica Andrea. “Están todos aprendiendo y los intereses son más comunes. Intentamos que sean compañeros y compañeras de piso como en cualquier otro tipo de vivienda”.

Convivir en un entorno normalizado es parte crucial del programa. “Todos trabajan, entendemos que un piso solo lo puedes pagar cuando estás trabajando”, explica Andrea. Carlos, por ejemplo, lleva trabajando desde 2005 como administrativo en la misma empresa. “Intentamos que trabajen en sitios ordinarios como puede ser la tienda del Barça y también intentamos que viviendo ocurra lo mismo, que estén en un entorno ordinario”.

El objetivo es fomentar la autonomía y la normalización en todas las esferas: laboral, social, de vivienda, etc. “Y todo haciendo que ellos se sientan en un entorno seguro”, explica Andrea.

Los pisos son grandes y cada persona dispone de un cuarto propio. “Por garantizar la intimidad de cada uno y para que se sientan en su casa”, cuenta Andrea. Cada piso está amueblado y los distintos inquilinos solo tienen que llevar sus cosas personales. Los participantes tienen que hacer una aportación económica y los voluntarios tienen gratis el alojamiento, los suministros como luz o agua y un seguro que los cubre como voluntarios. La comida y el ocio lo tienen que pagar ellos. “Eso lo tienen que pagar igual todas las personas que viven en el piso”, dice Andrea.

“Es una casa muy tranquila, cada uno va a su bola”, cuenta Carlos. “He aprendido la convivencia con las personas, vivir con más gente, sus costumbres. No es difícil, lo llevo bien”, cuenta Carlos.

“El propósito es que a la larga puedan vivir de manera independiente, aunque no todo el mundo tiene un piso propio o recurso al que acudir”, explica Andrea. Lo que sí sucede, por ejemplo, es que una de las personas con discapacidad intelectual dispone de una vivienda y necesita dos compañeros más también con discapacidad para que convivan con ella. En tal situación, la fundación se hace cargo y colabora dando apoyo a los tres habitantes de ese piso.

Voluntarios, desconocimiento y miedo

Andrea dice que a veces el desconocimiento produce miedo. Esto puede suceder perfectamente con personas que no hayan tenido contacto previo con la discapacidad. Por eso lo habitual es que los voluntarios sean estudiantes de áreas relacionadas con la educación o lo social, aunque no siempre. Por ejemplo, uno de los voluntarios que convive con Carlos es Javier Baldovino, arquitecto que está en un posmáster.

Me he encontrado con personas maravillosas llenas de ganas de ser autónomos y vivir una vida normal

Javier tenía ganas de vivir la experiencia de ser voluntario. Pensaba que se iba a encontrar con chicos complicados y situaciones anormales. La realidad es que “me he encontrado con personas maravillosas llenas de ganas de ser autónomos y vivir una vida normal”.

Javier explica que no tienen una rutina como tal, aunque “sí manejamos una cuadrícula con las distintas actividades de casa incluyendo el menú de la comida de cada día”. He aquí otro punto importante del proyecto: “los voluntarios van a compartir piso y no tienen más o menos tareas que en un piso cualquiera de estudiantes. Las tareas están más marcadas, seguro, como que el lunes es el día de la compra, por ejemplo, pero no tienes más compromiso que en otro piso. Tú no tienes que enseñar nada. La base es compartir lazos”, explica Andrea.

Javier lleva un mes en el piso y tiene previsto quedarse un año. “El máximo es tres años y de media se suelen quedar uno”, apunta Andrea. “Lo del máximo es porque necesitamos a personas motivadas, con ganas, y no queremos que se pierda la motivación inicial”.

Para Javier lo más difícil de la convivencia está siendo el orden, pero le está permitiendo “ayudar sin hacer mucho”, al mismo tiempo que está aprendiendo que tener una discapacidad “es tener poderes porque te hace ser especial y ves las cosas de otra forma”. 

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