La cárcel de Antonio, cinco años en casa por una discapacidad: "Hay que adaptar el portal y mis vecinos dicen que me lo pague yo"

Personas que no pueden salir de su casa
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Personas que no pueden salir de su casa
Personas que no pueden salir de su casa

Los cuatro tramos de escalera que separan la vivienda de Antonio Santacruz de la calle, no fueron nunca un obstáculo importante para él durante los 40 años que ha vivido en esta casa del popular barrio de Villaverde Bajo, en el sur de Madrid. Hace cinco años fue diagnosticado de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) que le obliga a estar 21 horas al día enganchado a un respirador y que ha convertido esos dos pisos sin ascensor en una montaña insalvable para él.

Santacruz recibe a las visitas tras una mesa, sentado en un sillón al fondo de su pequeño y alargado salón. Una sonda de plástico parte de su nariz, rodea su cabeza y une su respiración a una máquina que emite un zumbido continuo. Desde hace cinco años, no ha salido de esta vivienda si no es asistido por personal sanitario -la última vez, tuvieron que venir los bomberos- y con un taxi o ambulancia esperando en la puerta para trasladarlo al hospital a alguna revisión o emergencia médica.

"Yo quiero que me hagan unos ajustes razonables, para que yo me pueda mover y salir a la calle, porque parece que estoy preso en mi casa", declara Sanjuan, bajo varios retratos familiares en los que aparece su madre, que falleció en 2013. Su padre, que tiene un espacio de honor en la sala de estar, pertrechado con el traje tradicional de danzante del pueblo toledano de Camuñas, murió muchos años antes.

fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonios: Personas que no pueden salir de su casa
Antonio Santacruz, con la sonda que le conecta a una máquina para poder respirar que debe usar 21 horas al día.
Sergio García

"Yo he visto por ahí viviendas en las que han puesto una silla que va por la pared, por lo menos que me pongan eso, que yo pueda bajar, aunque sea en una silla de ruedas, aunque vaya con el oxígeno, pero que este hombre me pueda llevar a dar un paseo al parque, a donde sea, a dar una vuelta", ruega Santacruz, señalando a la persona de la que depende para todo desde que contrajo la enfermedad, su viejo conocido y actual apoderado y cuidador, David Molina, de 46 años.

Molina, también vecino de Villaverde Bajo, vive en la vivienda de Santacruz, ubicada en la calle de los Carmelitas, 23, y hace para él la compra, cocina, pasea a su perrillo Arón y se ocupa de litigar con la comunidad y los administradores del bloque, que se han negado de forma reiterada a pagar una plataforma salvaescaleras que pueda devolver la libertad al vecino enfermo de Epoc del segundo.

"La plataforma vale 11.000 euros más la instalación, pero los vecinos han dicho que no la van a pagar", explica Molina. "Yo me he puesto en contacto con el administrador tres veces por email y no he tenido ninguna contestación. Incluso, durante dos o tres años, la presidenta ha tenido, digamos, un trato un poquito vejatorio hacia Antonio, haciéndole caso omiso y descalificando su enfermedad. Otro vecino que también tenía discapacidad murió sin poder volver a salir de su casa hace un año".

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Los dos tramos de la escalera que separa la vivienda de Antonio de la calle se han convertido en un obstáculo insalvable desde que contrajo Epoc.
Sergio García

Un gasto inasumible

Se calcula que unas 100.000 personas en toda España con discapacidad están encerradas en sus viviendas por la falta de accesibilidad de las zonas comunes de su edificio. Así lo determinó un reciente estudio de la Fundación Mutua de Propietarios, subrayando un problema que no solo limita la movilidad de los afectados, sino que provoca un profundo aislamiento social y la imposibilidad de trabajar o estudiar con las consiguientes consecuencias también en la salud mental de estas personas con discapacidad.

Para paliar este aislamiento, la Ley de Propiedad Horizontal obliga a las comunidades a acometer los "ajustes razonables en materia de accesibilidad universal" que se requieran a instancia de personas con discapacidad o mayores de 70 años, pero solo si el coste total de la reforma no excede de doce mensualidades ordinarias de gastos comunes, que suelen rondar los 100 o 120 euros.

"Es un problema importantísimo que debería resolver el Ministerio de Fomento correspondiente"

"Si sobrepasa las 12 mensualidades comunes, tiene que abonarlo la persona afectada, con lo cual, muchas veces no se puede acometer porque la parte que queda fuera de esas cuotas es también considerable y la persona, a lo mejor con pocos recursos, no lo puede asumir y se acaba quedando encerrada en su casa", declara Javier Font, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid (Famma). "Es un problema importantísimo que debería resolver el Ministerio de Fomento correspondiente y que gobierno tras gobierno, da igual de la ideología que sea, no se han atrevido a llevar a cabo".

Javier Font, presidente de de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid (Famma).
Javier Font, presidente de de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid (Famma).
CEDIDA

Existen también ayudas económicas tanto municipales como autonómicas para estas reformas que faciliten a las comunidades de vecinos la financiación de las obras. En los últimos años se han mejorado ostensiblemente simplificando su complejidad administrativa a la hora de pedirlas con la idea de que tengan un mayor alcance. Cuando estas ayudas alcancen el 75% del importe de la obra, su realización se volverá obligatoria.

Aunque algunas de estas ayudas, como las del Ayuntamiento de Madrid -plan Adapta y el plan Rehabilita-, se pagan por adelantado a las comunidades, otras se ingresan a posteriori y con la coletilla de “a disponibilidad presupuestaria”. En 2014, la ayuda para ascensores de la Comunidad de Madrid de hasta 50.000 euros para fachadas y ascensores se quedaron impagadas, generando grandes deudas en muchas comunidades y, en palabras de Font, “una gran desconfianza” en este tipo de subvenciones.

"Sacan ayudas pero la gente, salvo que sea un pago adelantado, pues no se pone en marcha con eso", declara Font. "Pero hay que recordar que son personas que están encerradas en sus casas y pedir que tengan la sensibilidad de priorizar. Que seguramente todo lo que plantean a las juntas vecinales sea de mucha prioridad, pero cuando hablas de personas que están encerradas en sus casas…".

Insultos, gritos y menosprecios

Santacruz se desplaza con dificultad por su propia vivienda, apoyándose en las paredes mientras respira con dificultad. El baño está completamente adaptado y su cuarto tiene una cama mecánica. Los problemas empiezan cuando abandona su piso, sale al descansillo y se enfrenta a las escaleras. "Bajar… pues me voy apoyando en la pared, vaya que vaya, pero subir no puedo", explica desde el borde de la escalera.

A su lado, su cuidador refrenda su testimonio y explica la situación actual después de que los vecinos se hayan negado reiteradamente a sufragar conjuntamente las obras de accesibilidad en el portal. En algunos casos, denuncia Molina, la conflictividad con los vecinos ha llegado a insultos, gritos y menosprecios hacia Antonio.

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Antonio Santacruz, tumbado en la cama mecánica que instaló en su habitación.
Sergio García

"Hemos informado al administrador de que hay ayudas municipales, que tienen la obligación por ley a adaptar el portal, pero están en una negación total de todo, dicen que se busque la vida, cómo bajar por la escalera o, si no, que se la pague él de su bolsillo, así que hemos interpuesto una demanda", explica el cuidador de Santacruz, que le escucha y apuntilla: "Pasan de mí y dicen que si eso, que me lo pague yo", declara Santacruz.

Un informe encargado por Famma y elaborado por un arquitecto independiente determinó, en 2022, que el portal de la calle de los Carmelitas, 23, no contaba con un "itinerario accesible entre la vía pública y las viviendas" y recomendaba la instalación de una rampa accesible y una silla salvaescaleras, que calificaba como "una solución mínima obligatoria bajo la petición de un vecino que precise de la instalación de este tipo de elemento según lo descrito en la Ley de Propiedad Horizontal".

Cambiar de vivienda

El edificio de dos plantas y sin espacio para un ascensor en el que vive Antonio no es excepcional. El l 87% de edificios en España necesitan obras para ser accesibles, según el informe Accesibilidad y movilidad: mejorando la calidad de vida de las personas con discapacidad, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios. Quién puede y tiene medios opta por la vía de abandonar su vivienda, con todas las consecuencias psicosociales que ello conlleva -el mismo informe señala que el 22% de los españoles con movilidad reducida ha tenido que cambiar de domicilio por la falta de accesibilidad-, quien no, simplemente sobrevive encerrado en su casa.

Santacruz bromea con la posibilidad de cambiar de vivienda - "si me toca la lotería, claro"-, pero sus posibilidades son reducidas. Ha solicitado vivienda pública, pero no ha sido elegido en el sorteo. Su perspectiva es seguir aquí y, salvo que se ponga remedio, seguir encerrado entre estas cuatro paredes.

fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonios: Personas que no pueden salir de su casa
Antonio Santacruz, se mira al espejo en el interior de su vivienda, donde lleva encerrado cinco años debido a su discapacidad.
Sergio García

“Al cojo le gustaría caminar, al ciego le gustaría ver, a nadie le gustaría estar inválido y a nadie le gustaría estar en su casa encerrado”, explica Molina, su cuidador.  "A mí me gustaría que estos señores probasen en su propia carne lo que es estar encerrado en una casa cinco años porque te puede generar locura, una depresión de no poder salir y ver que tu casa es tu cárcel".

Tras caminar unos minutos para enseñar el resto de la casa, Antonio vuelve a derrumbarse en el sofá. Está sofocado y su respiración es aún más pesada. "Yo lo necesito, cuando lleguen ellos a viejos, ¿Qué pasa? ¿No se dan cuenta ellos que algún día llegan a viejo o caen enfermos?, ¿Luego sí lo querrán poner?". 

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