Si el coste de la vivienda fuera una variable con la que se calculase la pobreza infantil, esta se dispararía diez puntos, hasta el 38,6%. Algo importante, teniendo en cuenta que España anota ya la peor tasa de toda la Unión Europea (28,9%). Un informe publicado este martes por Unicef advierte de que la vivienda es un motor de vulnerabilidad, pues estima que unos 780.000 niños más caerían en riesgo de pobreza si se deducen de los ingresos de las familias los gastos de la vivienda.
Teniendo esto en cuenta, y según la organización, en España habría más de tres millones de menores de edad en riesgo de pobreza. La subida de los precios, la inexistencia de parque suficiente de alquiler, la baja protección social o la escasez de vivienda pública son, para la entidad, los principales motivos de que la vivienda en España es "un bien cada vez menos accesible para una parte importante de la población".
El estudio señala también que los hogares con niños están "sobrerrepresentados" en el alquiler. Si en uno de cada tres hogares en España viven niños y adolescentes, entre los hogares que están de alquiler, el porcentaje asciende al 59% (frente al 47% de Europa). Es decir, en seis de cada diez inmuebles de alquiler en España viven familias con niños. Sobrerrepresentación que, según advierte Unicef, se acentúa en los hogares por debajo del umbral de pobreza: los hogares con niños suponen el 72% de todas las viviendas en pobreza que están en alquiler.
Además, más de medio millón de niños y adolescentes en España viven en una vivienda que sufre carencia severa en la vivienda. El 16,7% de los hogares con niños no puede mantener la casa a una temperatura adecuada durante el invierno, porcentaje que se dispara al 27% en el caso de los hogares monoparentales.
Los derechos de los niños en los planes de vivida
Esta situación tiene consecuencias negativas para la infancia, mucho más vulnerable a la precariedad. Impactos sobre la salud física y mental y en la educación de los niños, pero también en el acceso al ocio y actividades de tiempo libre y en las relaciones intrafamiliares.
"Se constata un panorama de escasa respuesta, hasta el momento, desde las políticas públicas de vivienda de las necesidades y derechos específicas de la infancia", advierte la organización. Unicef considera que, aunque la ley de vivienda aprobada en 2023 introdujo cambios y mejoras, "la infancia está invisibilizada y aparece como un mero anexo a la situación familiar". Una "falta de mirada" que, para la ONG, "merece la reflexión" y una "apuesta" por medidas que incluyan a los niños como sujetos, "con derechos y necesidades específicas".
Así, plantan incluir los derechos de los niños de forma transversal en los planes de vivienda y piden potenciar las políticas de vivienda las metas y objetivos del Plan de Acción Estatal para la Implementación de la Garantía Infantil Europea. Y es que, según subraya Unicef, la "crisis de asequibilidad de la vivienda" impacta de forma más grave en la infancia en situación de pobreza, aunque, advierte, "cada vez más hogares de ingresos medios se ven afectados por esta situación".
Algo que cobra sentido, teniendo en cuenta la incesante subida de los precios, que no ha ido de la mano de un aumento de los salarios. Según la Fundación Foessa, el gasto en vivienda y suministros es el mayor gasto que suelen afrontar los hogares, representando un 32,5% del total (casi diez puntos más de lo que se dedicaba de media en 2006). Es decir, casi un tercio de los ingresos de las familias se van al alquiler, que tiene mucho más peso en el 20% de las familias con menos ingresos (supone un 42% de su presupuesto). Que la mayor parte de sus ingresos se vaya a la vivienda afecta al resto de gastos que, avisa Unicef, "pueden ser claves en el bienestar y el ejercicio de los derechos de sus miembros", como la alimentación, la educación o el ocio la cultura.
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