La renta de los hogares aumenta, pero también lo hace la pobreza: un 9% de las familias sufre graves carencias materiales

Evolución de la renta media neta de los hogares y de la carencia material severa.
Evolución de la renta media neta de los hogares y de la carencia material severa.
Henar de Pedro
Evolución de la renta media neta de los hogares y de la carencia material severa.

La crisis de inflación que ha barrido Europa estos últimos dos años ha dejado a las familias españolas ante una situación paradójica. Por un lado, los hogares han visto cómo su renta ha crecido de un año para otro como nunca antes lo había hecho en la historia reciente. Además, la cantidad de familias con pocos miembros trabajando está en mínimos históricos. Con estos mimbres, podría parecer que estamos ante una mejora en la calidad de vida de los hogares. Sin embargo, las fuertes subidas de los precios del consumo han diluido buena parte de esas ganancias. Hasta el punto de que la población más vulnerable vivía en peores condiciones en 2023 que en 2022. Los indicadores de pobreza han seguido aumentando, en especial el de carencia material severa, que ya afecta al 9% de los españoles, el máximo desde 2014.

Esta es la imagen general que deja la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2023 que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) este lunes. Esta estadística es una de las más completas que publica el INE a lo largo del año y es la referencia en asuntos de renta, pobreza y condiciones materiales de las familias españolas. 

En lo que respecta a las rentas, el INE destaca que los ingresos tanto por persona como por hogar crecieron por encima del 8% en 2022. A diferencia del resto de indicadores que se incluyen en esta estadística, los datos de renta corresponden al año previo a la encuesta. La ganancia promedio que se embolsa una familia española se situaba en 2022 en 34.821 euros limpios. Si se afina un poco más se ve cómo en el caso de los hogares formados por dos adultos sin niños dependientes los ingresos se elevan hasta 35.173 euros de media, mientras que la familia formada por dos adultos con uno o más hijos se embolsa 42.974 euros netos. La ganancia de los hogares unipersonales se situó 19.135 euros. 

Este refuerzo en los ingresos de los hogares no se ha traducido en una reducción en los niveles de pobreza. Al contrario, el porcentaje de población que sufre carencias materiales severas aumentó desde el 7,7% en 2022 hasta un 9% en 2023 y se sitúa en su mayor nivel desde 2014. 

Se considera que existe carencia material severa cuando las familias no pueden permitirse gastos como irse de vacaciones al menos una semana al año (el 33% de los hogares españoles no pueden), una comida de carne o pescado cada dos días (6,4%) o mantener la vivienda con una temperatura adecuada (20,7%). También son indicadores de carencias severas la incapacidad para afrontar gastos imprevistos (un 37% de las familias no puede permitírselo) o los retrasos en los pagos de facturas o alquiler (13,6%). 

Evolución de la renta media neta de los hogares y de la carencia material severa.
Evolución de la renta media neta de los hogares y de la carencia material severa.
Henar de Pedro

En el caso de las dificultades para llevar una alimentación digna llama especialmente la atención un dato. Y es que el 6,9% de los menores de 18 años viven en hogares que no pueden permitirse raciones suficientes de carne o pescado a la semana, el peor registro desde 2004. Extrapolándolo a la población, se trata de alrededor de medio millón de niños y adolescentes y de la mayor tasa 

A nivel personal, otros indicadores de pobreza importantes son la incapacidad de sustituir ropa estropeada por otra nueva —lo sufren un 8,8% de los españoles—, la falta de ingresos para comer o tomar algo al menos una vez al mes (un 9,5%); la imposibilidad de participar regularmente en actividades de ocio (13,7%) o de gastar una pequeña cantidad de dinero en uno mismo (15,8%). 

La carencia material severa es la forma más aguda de pobreza, pero no es la única. Si miramos la imagen general, el 26,5% de los españoles están en riesgo de pobreza o exclusión social, cinco décimas más que en 2022 y tres décimas por encima de 2019. Este porcentaje se traduce en que uno de cada cuatro españoles vive en un hogar en el que se cumple al menos una de estas tres condiciones: hay riesgo de pobreza, baja intensidad en el empleo o carencia material y social severa. 

Andalucía y Canarias las más golpeadas

Si se analiza el reparto de la pobreza por comunidades autónomas se observa cómo Andalucía y Canarias registran las tasas más elevadas del país. En Andalucía, el 37,5% de la población se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social. Otras autonomías como Canarias (33,8%), Extremadura (32,8%), Castilla-La Mancha (31,7%), Murcia (30,5%) o Comunidad Valenciana (29,6%) están por encima de la media nacional del 26,5%. 

Ya en un nivel inferior al promedio aparecen Galicia (25,5%), Asturias (25%), Castilla y León (22,4%), Cantabria (22%), La Rioja (21,8%), Cataluña (21,2%), Baleares (20,6%), Aragón (20,4%), Madrid (19,4%), Navarra (17,2%) y País Vasco (15,5%).

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