El Gobierno allana la llegada de conductores de autobús de Marruecos y también los busca en América ante la falta de profesionales

Feria Internacional Del Autobús Y Del Autocar (FIAA)
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EUROPA PRESS - Archivo
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La profesión de conductor de camiones de mercancías y de autobuses de pasajeros ha dejado de ser una actividad atractiva, de esas que los hijos quieran heredar de los padres, y España acusa, como buena parte de la UE, una falta de profesionales que se intenta paliar facilitando la llegada de chóferes de Marruecos, con quien el Gobierno acaba de firmar un acuerdo para ello. Compañías y el Ministerio también ponen la vista más lejos y miran hacia países de América Latina para reforzar unas plantillas que, además de escasas, están envejecidas y para las que los sindicatos reclaman el derecho a la jubilación anticipada.

Precisamente, facilitar la llegada de conductores de camiones y autobuses desde Marruecos fue uno de los acuerdos que cerraron España y Marruecos durante la visita, hace dos semanas, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al país norteafricano. Pactaron el reconocimiento recíproco y el canje de los permisos de conducción nacionales, de modo que trabajadores marroquíes puedan trabajar al volante en España -y en toda le UE-. Según informó el Gobierno, con ello "se busca eliminar los retos existentes en materia de cobertura de vacantes de conductores cualificados para trabajar en el sector, tal y como habían solicitado representantes de las empresas españolas dedicadas al transporte por carretera, tanto de pasajeros como de mercancías".

Antes de este acuerdo más general, una de estas grandes empresas de transporte de pasajeros por carretera, Alsa, ya ha venido haciendo transferencia de trabajadores entre España y Marruecos, donde es la principal operadora. Precisamente, este lunes será el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, quien viajará a este país y una de sus paradas será la sede de Alsa en Casablanca, para conocer la actividad de la empresa en esta región y mantener un encuentro con los trabajadores. En su viaje de dos días a Marruecos, Puente también se reunirá con sus homólogos, los ministros de Transportes y Logística, Mohamed Abdeljalil, y de Infraestructura y Agua, Nizar Baraka. Uno de los puntos fuertes de la agenda es conocer los proyectos ferroviarios que tiene Marruecos, para crear una red de cercanías y de alta velocidad, ámbitos en los que empresas españolas tienen experiencia y gran capacidad técnica.

Además del tren, el transporte por carretera, de mercancías y de pasajeros, ha estado desde hace tiempo en las conversaciones del Gobierno y de las patronales con Marruecos, el país al que se ve como una fuente de trabajadores para un sector que ve cómo es cada vez más difícil abastecer las flotas. El sindicato FeSMC-UGT calcula que gracias al acuerdo de convalidación de permisos de conducir podrán venir unos 6.000 conductores marroquíes, para trabajar con sueldos españoles, aunque de momento con la incertidumbre de si podrán trabajar en otros países de la UE, dadas las disparidades que existen entre unos y otros sobre los carnets de conducir.

Por otra parte, patronales del transporte de mercancías y de pasajeros hace tiempo que exploran con el Ministerio de Transportes la posibilidad de cerrar acuerdos del estilo de Marruecos con países de América Latina, donde se da la ventaja adicional de que no exista barrera del lenguaje. "Desde el sector y la propia Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) lo hemos hablado con la Administración hace tiempo, también a nivel de la UE, buscando distintas alternativas viables para poder atraer gente nueva al sector. Una de ellas es traer conductores de otros países, tanto de Marrueco como de Hispanoamérica, fundamentalmente por el idioma", explica su secretario general, José María Quijano, que subraya que acuerdos como los de Marruecos no suponen abrir las puertas así como así. Los conductores que vengan de otros países deben haber hecho el curso de 180 horas para tener el Certificado de Aptitud Profesional (CAP) y un contrato de trabajo.

La necesidad de mano de obra ha llegado al punto de que algunas empresas han explorado por su cuenta y riesgo incluso crear en países de América Latina escuelas de formación de conductores, con el objetivo después de traerlos a España para trabajar, apunta el secretario sectorial federal de la FeSMC-UGT, Diego Buenestado. 

Como las empresas del sector del transporte, los sindicatos no ven problemas en que vengan trabajadores de otros países a suplir la falta de mano de obra que se da en España y en otros países europeos y exigen, eso sí, que se les garanticen las mismas condiciones laborales en un ámbito laboral que, a diferencia de las empresas, reclaman el derecho a la jubilación anticipada. FeSMC-UGT reclama la jubilación anticipada "de manera inmediata" por una cuestión también de "seguridad" y apunta a que los dos últimos accidentes más graves de autocar -el de Pontevedra en la Nochebuena de 2023 y, un mes antes, en los Lagos de Cogadonga- se produjeron en vehículos que iban conducidos por sendas personas de 63 años. "No es de recibo que en una exclusión de jubilados Andorra el mayor sea el conductor del autobús", apuntaba recientemente Buenestado en una jornada organizada por Confebús en el Congreso sobre la Ley de Movilidad Sostenible. Además de para defender las condiciones laborales en un sector que, dijo, están "por encima de la media", el presidente de esta patronal que agrupa a las principales empresas del sector, Rafael Barbadillo, fue muy tajante en contra de la alusión que el representantes de FeSMC-UGT hizo a la seguridad. "Somos un sector muy seguro, no puedo aceptar que que quede dicho, que probablemente hay que mejorar las condiciones laborales, pero no es un sector no seguro", aseveró.

De mercancías a pasajeros

Como ocurre en buena parte de la UE, el sector del transporte, tanto de mercancías como de pasajeros, adolece de falta de relevo generacional en España. La media de edad en este sector es elevada, supera los 51 años, y esto lleva a que ya hace falta integrar a "gente nueva", dice Quijano, con el problema de que no hay profesionales dispuestos a ello. Además, la presencia de la mujer es prácticamente inexistente o, como mucho, casi testimonial. En el transporte de mercancías no llegan al 1% y en el viajeros, tanto urbano como interurbano, oscila entre el 10 y el 15%.

Esto se une a que dentro mismo de la actividad del transporte por carretera se está produciendo un trasvase laboral en el que la profesión de camionero queda en la peor situación. La perspectiva de pasar semanas fuera de casa conduciendo un camión por distintos países ya no es atractiva para los jóvenes, que a ojos de Buenestado, tampoco tienen ya aliciente económico que llevó a sus padres a coger un camión. En esta situación, conducir un autocar de pasajeros parece una actividad menos desagradecida para los cada vez menos que se adentran en el mundo del transporte por carretera, donde la primera posición entre las preferencias pasa a ser el transporte urbano, los autobuses municipales. "Es más fácil adaptar la vida familiar. Un conductor municipal se va a casa y al siguiente vuelve. El trasporte de larga distancia es pesado y conlleva estar más tiempo fuera de casa, sobre todo cuando se hace internacional", explica Quijano.

La falta de transportistas es "un problema no sólo de España, es a nivel mundial", explica el secretario general de la CETM, por la "falta de relevo generacional". Aunque en buena medida el transporte de pasajeros se beneficia del trasvase desde el transporte de mercancías, la falta de profesionales en este ámbito también es una realidad. Así lo constataba hace unos días el presidente de Confebús. "Hay un cuello de botella regulatorio, con edades de acceso a la profesión tardías, orientación económica para acceder al CAP y al carnet de conducir", afirmó Barbadillo, que rechaza otro de los motivos que esgrimen los sindicatos para la falta de profesionales, que en la falta de conductores también tiene que ver con los sueldos. "Están por encima de la media, aunque tenemos que mejorar, seguramente", afirmó

En este escenario, ir a buscar trabajadores a otros países es una de las alternativas que empresas y administraciones tienen en mente para intentar que trabajadores jóvenes quieran subirse a bordo de un camión o un autocar, como facilitar que puedan sacarse el carnet de conducir y de capacitación específica. La CETM apunta también a una solución que ya se está poniendo en práctica en países europeos como el Reino Unido y también en España, en algunas comunidades como Castilla y León, que consiste en una política de financiación y de subvenciones para permitir a los jóvenes obtener su licencia de conducir profesional y puedan acceder a puestos de trabajo, como una forma de incentivarlo, no solo entre jóvenes, también entre mujeres.

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