España cerró 2023 con el segundo mejor dato de exportaciones de su historia, que aportaron un tercio del crecimiento del PIB

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante una intervención en el Senado.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante una intervención en el Senado.
GUSTAVO VALIENTE / EP
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante una intervención en el Senado.

Las empresas españolas están siendo capaces de capear el parón casi total de la economía europea con mayor vigor del esperado. Prueba de ello es que, en un contexto en el que la economía de Alemania y Francia —los dos grandes socios comerciales del país— no ha crecido nada, las ventas de las firmas españolas en el extranjero se han anotado su segundo mejor registro histórico. En total, exportaron mercancías por valor de 384.000 millones de euros, el segundo dato más elevado desde que hay registros. Un sector exterior que aportó un tercio del crecimiento del PIB nacional en 2023. Del 2,5% que avanzó la economía española en 2023, ocho décimas correspondieron a este sector exterior, es decir, a la aportación que hicieron las exportaciones compensadas por el efecto de las importaciones.

Estas son dos de las grandes conclusiones del informe de evolución de comercio exterior que ha presentado este lunes la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, en rueda de prensa. Méndez ha destacado estos resultados en un entorno exterior convulso, con la sombra de la guerra en Ucrania todavía sobre Europa, los elevados tipos de interés, la oleada proteccionista mundial y las tensiones en el Mar Rojo.

Para la secretaria de Estado, las claves del éxito han estado en el aguante del comercio de bienes, la recuperación del turismo, el tirón de otros servicios no turísticos de alto valor añadido y la inversión extranjera. En 2023, España volvió a registrar un superávit en el comercio de bienes y servicios, algo que lleva sucediendo ininterrumpidamente desde 2011. Es decir, que la diferencia entre los servicios y mercancías que comerciaron las empresas españolas en el extranjero y los que se importaron desde fuera volvió a ser favorable.  

Sin embargo, si descendemos al nivel de las mercancías, España registra, de nuevo, un déficit comercial que se debe fundamentalmente a la dependencia energética que tiene el país. El petróleo y el gas que el país necesita para funcionar proceden de más allá de sus fronteras, lo que desequilibra la balanza. 

En 2023, el déficit comercial fue de 40.560 millones de euros, la gran mayoría por culpa de las importaciones de energía. Aunque el desequilibrio se ha reducido un 40% frente a 2022, que marcó el máximo en 15 años por la crisis energética europea, todavía se mantiene en máximos de la última década.

A nivel sectorial, la alimentación, el automóvil y las semimanufacturas no químicas (en el caso de España tienen mucha importancia los productos cerámicos) son las únicas actividades que registran superávits. En el resto, el resultado es deficitario, especialmente en manufacturas de consumo, bienes de equipo y, por encima de todo, en productos energéticos.

La pandemia ha supuesto un antes y un después para el sector exterior español. Desde 2019, las ventas en el extranjero de empresas españolas han aumentado más que entre la mayoría de sus socios comerciales. En concreto, se han incrementado un 32%, una tasa de crecimiento que supera las de Reino Unido (16,4%), Alemania (17,6%), Francia (20%), Estados unidos (23%) o Italia (30,4%).

Presente y futuro menos halagüeños

Tras dos años consecutivos en los que las exportaciones han tenido un papel muy destacado en el crecimiento económico del país, las expectativas de cara a medio plazo no parecen tan halagüeña. El sector exterior aportó en 2022 la mitad del crecimiento del PIB y en 2023 una tercera parte. Sin embargo, organismos como el Banco de España vaticinan que el sector exterior tendrá un efecto negativo sobre el avance del PIB en 2024 y muy modesto en 2025 y 2026. En estos tres años, el consumo de los hogares será el principal combustible de la economía española.

¿Significa esto que las exportaciones se están agotando como motor de crecimiento? "Rotundamente, no", Responde la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez. "Incluso en el contexto más complicado, las exportaciones han dado muestras de ser un factor de dinaminzación, de recuperación", agrega. "A lo largo de 2024 lo que observaremos será un sector exterior más resiliente frente a shocks externos y frente a medidas proteccionistas", señala. 

Uno de esos shocks se desarrolla en el Mar Rojo, donde los ataques a barcos por parte de los rebeldes hutíes de Yemen ha provocado interrupciones en este corredor estratégico para el comercio mundial. La inseguridad ha provocado que muchos navíos se desvíen por el Cabo de Buena Esperanza, una ruta más larga y más costosa para las navieras.

Desde el Gobierno señalan que los efectos sobre el comercio se observan desde finales de noviembre, con un encarecimiento de los fletes (el precio que se cobra por el transporte de la mercancías). Eso sí, Méndez cree que la situación es muy distinta al bloqueo del Canal de Suez en 2021. De hecho, ya se ha empezado a observar cierta moderación en el precio de los fletes, que no han llegado a alcanzar un precio tan elevado el que se registró tras la pandemia. "Hoy por hoy no hay carestía de los contenedores", zanja. 

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