El Gobierno y la Generalitat de Catalunya darán este lunes otro paso hacia el traspaso de Rodalies a la administración catalana. El ministro de Transportes, Óscar Puente, y la consellera de Territori, Ester Capella, presidirán en Barcelona la reunión de constitución de la Comisión política de la que dependerán los distintos de trabajo sobre infraestructuras o financiación para hacer la transferencia de las vías y el servicio de los trenes de cercanías que circulen dentro del territorio catalán.

El encuentro es el siguiente paso que dan los dos gobiernos desde que PSOE y ERC pactaran en noviembre el año pasado el traspaso de Rodalies como parte de acuerdo para que el partido independentista apoyara la investidura del presidente Pedro Sánchez. Posteriormente, en enero, Puente y Capella se reunieron en una primera ocasión en Madrid, cuando acordaron crear esta Comisión política, que será la encargada de organizar los trabajos y a los distintos grupos que se crearán para para hacer efectivo el traspaso.

Según ha informado este viernes el Ministerio de Trabajo, este órgano se constituirá finalmente este lunes en una reunión en la sede de la Consellería. Se espera que grupos más específicos se vayan creando durante este primer trimestre del año para avanzar en trabajos relacionados con la financiación de los servicios de Cercanías que se transfieran y sobre el uso de la infraestructura, que en estos momentos es gestionada por Adif, dependiente del Ministerio, dado que al final del proceso la Generalitat de Catalunya gestionará el servicio de los trenes que circulen exclusivamente dentro de esta comunidad, siempre y cuando sea viable que pueda excluirse de la explotación conjunta del resto de la Red Ferroviaria de interés General.

La transferencia de Rodalies dará lugar a una nueva empresa pública, Rodalies de Catalunya, que estará participada por los gobiernos central y catalán para operar la red de Cercanías.

Además de la negociación que ultima con la Generalitat, el Ministerio de Transportes mantiene abierta otra con los sindicatos de Renfe y Adif, que en noviembre recibieron el acuerdo para el traspaso de Rodalies con una amenaza de huelga que Puente, entonces recién llegado a Transportes, pudo frenar garantizando que la transferencia del servicio mantendría los derechos socio-laborales de los trabajadores que ahora operan este servicio.