Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Empoderemos al profesor

El sueldo de los profesores de Secundaria en País Vasco está por encima del de otras comunidades autónomas.
Imagen de archivo de un profesor impartiendo clase.
MandicJovan
El sueldo de los profesores de Secundaria en País Vasco está por encima del de otras comunidades autónomas.

Respeto. Formación. Oportunidades. Inversión. Creo que no existe una receta mágica para saber cómo mejorar a corto plazo los resultados académicos de nuestros hijos. Durante años nos hemos estado fijando en lo que hacían otros países porque aquí parecía que éramos incapaces de encontrar la fórmula. Gobierno tras gobierno iba improvisando leyes educativas.

Toda una generación estudiamos con la Logse, luego vendrían otras leyes, cambios de estructuras, cambios de itinerarios... Hace 15 años, el bilingüismo era la solución mágica: implantar desde edades muy tempranas la lengua más demandada en el mundo, el inglés, para que nuestros hijos tuvieran una soltura casi casi como la de un nativo. Tampoco funcionó.

Después vinieron las herramientas digitales, aquellas que iban a hacer que el conocimiento fuera más intuitivo, que ayudaría a nuestros hijos e hijas a tener otro tipo de habilidades, aquellas que iba a demandar el mercado laboral en unos años. Y aquello, ahora empezamos a darnos cuenta, ha sido un pequeño gran fracaso.

Les echamos en brazos de las pantallas sin saber que esa sería su perdición. Que no levantarían la cabeza de ese ordenador, tablet o teléfono y que buscarían ahí, y solo ahí, la fuente de todo conocimiento: académico, vital, sociológico, sexual y hasta el ideológico. Piensan por lo que ven, no por lo que aprenden. Pero en todas esas fórmulas nos olvidamos de lo más importante.

Perdimos de vista que, sin un buen profesor, no hay nada que hacer. Que podemos ponerle todas las herramientas digitales, pantallas táctiles o pupitres interactivos que queramos, pero si no es inspirador para sus alumnos, si no sabe transmitir el conocimiento, si no le damos tiempo, presupuesto y espacio para que pueda ejercer su profesión, todo lo demás estará abocado a un enorme fracaso.

Y ahí seguimos. Hablando de clases de refuerzo sin hablar de la falta de profesores que hay en la escuela. Por ejemplo, en Matemáticas, ¿cuántos recién licenciados quieren optar por un puesto en un centro educativo? Cuando el sueldo es escaso, el tiempo también, el respeto profesional inexistente y la motivación, bueno la motivación se la tienen que llevar puesta de casa.

En frente tienen ofertas de grandes compañías que necesitan matemáticos para todo el análisis de datos, para desarrollar el aprendizaje de sus inteligencias artificiales. Un trabajo motivador, bien pagado, con proyección, con futuro y que es respetado por la sociedad. Igualito a lo que se encuentran cada mañana en los pasillos de los institutos, con alumnos que ni les saludan, que en algunos casos les agreden, y con padres que les desacreditan cada vez que la nota que le ponen a su hijo no les parece la más justa.

Así que pongamos el foco en ellos, en darles recursos, presupuesto, formación… Escuchemos qué necesitan y apostemos por poner todos los esfuerzos ahí.

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