Bruselas condiciona a la competitividad y la transición justa su recomendación de reducir las emisiones de CO2 en la UE un 90% en 2040

Emisiones de CO2 de centrales eléctricas.
Emisiones de CO2 de centrales eléctricas.
Sebastian Carrasco / EP
Emisiones de CO2 de centrales eléctricas.

En las últimas semanas, diversos documentos de trabajo hablaban de fijar un objetivo de "al menos" el 90% en la reducción de emisiones de CO2 que deberá llevar a cabo la UE para 2040 o incluso una horquilla de entre 90 y 95%. Finalmente, la Comisión Europea ha decidido no apuntar más alto y este martes ha recomendado a los países de la UE que en 2040 reduzcan llanamente un 90% las emisiones de CO2, en una propuesta legislativa que hace  hincapié en abrir un diálogo con industria, sector agrícola y unos ciudadanos en los que reconoce "ansiedad" por los efectos de la transición ecológica, a cuatro meses de una cruciales elecciones al Parlamento Europeo en las que esta cuestión será clave. Además, condicional la reducción del 90% de las emisiones a una serie de "condiciones habilitantes", "condiciones previas" en palabras del comisario de Acción Climática, Wopke Hoekstra, como el cumplimiento de la meta de reducción del 55% en 2030, la competitividad de la industria y la transición justa.

En medio de protestas del sector agrícola que beben en parte del ritmo de la transición ecológica y a pocos meses de unas elecciones europeas en las que se dirimirá la velocidad de las políticas verdes en la UE, la Comisión ha abierto este martes el debate sobre la reducción de emisiones de CO2 para 2040. Propone un objetivo del 90% de las emisiones netas -es decir, las que se emiten y no se pueden capturar- como paso intermedio entre la que se fijó para 2030, de un 55% menos que en los niveles de 1990, y el año 2050, cuando la economía de la UE deberá alcanzar la neutralidad climática y no emitir más CO2 del que sea capaz de capturar.

El debate no terminará hasta después de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de este año y, por tanto, las políticas para lograrlo quedarán en el tejado de la nueva Comisión que saldrá de esa nueva mayoría en las que el Pacto Verde europeo y la velocidad que la UE debe imprimir a la transición ecológica ya se han colado como asuntos clave. Como muestra, está también en parte en el origen de las protestas agrícolas que vuelven a sucederse en diversos países europeos, entre ellos España, y ante las que este martes la Comisión Europea ha decidido aparcar una propuesta para recortar el uso de pesticidas en un 50%, que habría tensado aún más la situación.

El comisario de Acción Climática ha explicado que finalmente se ha apostado por fijar un objetivo plano de reducción del 90%, sin abrir la puerta a ir más allá al añadir un "al menos" por una cuestión de "claridad". Pero lo cierto es que tanto Hoekstra como el vicepresidente de la Comisión Maroš Šefčovič no han dejado de lanzar mensajes sobre la inquietud de los ciudadanos ante la transición ecológica en la rueda de prensa desde Estrasburgo (Francia) en la que han explicado la iniciativa legislativa que han adoptado hoy. "Hemos visto que hay un cúmulo de ansiedad e incluso inseguridad entre los ciudadanos porque hemos pasado por mucho. Covid, dos guerras en nuestras fronteras, crisis energética, inflación. Es natural que las personas quieran respuestas y las empresas que nos pregunten qué vamos a hacer", ha reconocido Šefčovič.

"Proponemos un análisis sólido de un camino hacia el objetivo de 2040. Hoy empezamos el diálogo con los ciudadanos, el Parlamento Europeo, los sindicatos y los representantes políticos a nivel europeo, local, regional y local", ha explicado Hoekstra, que se ha mostrado convencido de que los ciudadanos ven la necesidad de luchar contra el cambio climático que ya afecta a sus vidas pero ha añadido la necesidad de asegurar que "esta transición pueda ser asumida por todos". Šefčovič se ha referido más directamente al malestar ciudadano sobre la transición ecológica. "El peligro de la desindustrialización y la presión social es acuciante, para eso tiene que haber una transición verde que sea justa e inclusiva a nivel social". "Reconocemos los temores legítimos de los ciudadanos y los costes de esta transición", ha reiterado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario desde una posición distante a la de las organizaciones ecologistas. Una de ellas, WWF, ha criticado que la Comisión no haya aprovechado para fijar una reducción del 100% de emisiones ya para 2040 y que "confía indebidamente en soluciones no contrastadas científicamente" para reducirlas, en alusión a la captura de carbono.

Hace unas semanas, tras conocer los primeros borradores que hablaban de un objetivo de reducción de emisiones del 90%, España se unió a otros 10 Estados miembros para reclamar a la Comisión que fijara un objetivo "ambicioso", para dar una señal a los inversores y situar a la UE como líder en la lucha contra el cambio climático y en el cumplimiento del compromiso renovado en la Cumbre del Clima de Dubái de diciembre pasado de mantener el límite del calentamiento global en 1,5ºC con respecto a niveles preindustriales y empezar a eliminar el uso de combustibles fósiles.

Industria y agricultura

Este martes, la Comisión ha fijado un objetivo del 90% que ha supeditado a cuestiones políticas, industriales y también sociales. "Alcanzar el objetivo recomendado para 2040 requerirá una serie de condiciones habilitantes, incluida la aplicación plena del marco acordado en 2030, asegurando la competitividad de la industria europea, un mayor foco en una transición justa que no deje a nadie atrás y un equilibrio con los socios internacionales", dice Bruselas, que también apuesta por "un diálogo estratégico sobre el marco posterior a 2030, incluido con la industria y el sector agrícola".

Por lo que respecta a la reducción de emisiones de CO2, de las que una buena proporción afecta a la industria y al transporte y también al sector agrícola, la Comisión se ha comprometido a mantener un diálogo con partes interesadas y ciudadanos para definir qué políticas es necesario poner en marcha para reducir las emisiones netas un 90% en 2040. A través de un comunicado, la Comisión ha afirmado que las política e inversiones que se pongan en marcha para alcanzar este objetivo deben "asegurar que la transición a la neutralidad climática va de la mano con una economía fuerte y estable, con la competitividad de la industria y con un futuro de crecimiento del empleo en Europa, con una energía sostenible y asequible, alimentación y materiales".

"En resumen, una economía que sea más resiliente ante futuras crisis y crisis de precios y con una sociedad más sostenible y próspera en Europa", ha afirmado la Comisión en un momento en el que la cercanía de las elecciones a la Eurocámara está haciendo aflorar -con el impulso o no de partidos de derecha y extrema derecha- los recelos ciudadanos ante los condicionantes que supone la transición ecológica, desde el campo y las leyes para recuperar ecosistemas hasta las ciudades, por ejemplo, con las consecuencias sobre el tráfico. A pesar de ello, Bruselas insiste este martes en los beneficios sobre la salud de los ciudadanos al rebajar las emisiones contaminantes en entornos urbanos y rurales, aplacar las consecuencias del cambio climático que padecen en forma de sequías, olas de calor o inundaciones y proporcionar "nuevas oportunidades para negocios y creación de empleos" vinculados con la industria de cero emisiones.  

De forma particular, también subraya los beneficios en el sector agrícola, tan revuelto de nuevo estos días. "Agricultores, silvicultores y pescadores tendrán nuevas oportunidades de negocio a partir de producción de productos que eliminen carbono, biomasa y materiales biológicos por ejemplo para la industria, construcción, química, energía y transporte". "El impulso al uso de residuos de biomasa y residuos, biocombustibles avanzados, bioenergía y tecnologías de captura de carbón y almacenamiento deberían acompañarse con reglas claras de sostenibilidad".

Renovables pero también nuclear

La Comisión calcula que para alcanzar el objetivo del 90% en la reducción de emisiones será necesario aumentar las inversiones en el sector de la energía 660.000 millones de euros al año entre 2031 y 2050 y en el del transporte, unos 870.000 millones al año. Estas cifras representan respectivamente el 3,2% y el 4,2% del PIB de la UE, que la Comisión cuenta con cubrir con la colaboración público-privada. Según la comisaria de Energía, Kadris Simson, son cifras "sin precedentes", pero que no distan tanto de los 320.000 millones que la UE gastó en 2022 en subsidios para luchar contra el alza de precios y los 640.000 millones que gastó en comprar energía que la UE no es capaz de producir, algo en lo que sí avanzaría con las renovables.

Sobre las tecnologías que contempla para sustituir las que emiten CO2, la comunicación de la Comisión Europea contempla el despliegue de energías renovables, pero también de energía nuclear que algunos países han recuperado y defienden como energía limpia pero que en España está abocada a la desaparición con un calendario de cierre de centrales que terminará en 2035. Según Simson, la consecución del objetivo "vendrá sobre todo de la energía solar eólica y también tecnologías limpias de carbono", entre las que se cuenta la nuclear.

La Comisión también apoya la reducción de emisiones hasta un 90% en la "bioenergía", en eficiencia energética y almacenamiento, asó como en soluciones todavía muy incipientes, como la geotermia y otra de la que todavía no se ha logrado un resultado demasiado prometedor como son las tecnologías de para capturar el carbono que se emite a la atmósfera. En resumen, Bruselas busca recurrir a "todas las otras tecnologías presentes y futuras de energía neutra en emisiones".

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