Del campo a la ciudad y no para cambiar de vida. Este de 2024 está siendo el invierno del descontento de los agricultores europeos, de su hartazgo. Los tractores están tomando las carreteras de Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Polonia, Rumanía, Portugal... y puede que acaben haciendo lo mismo en España. Aseguran vivir una situación presente muy difícil y, peor, auguran un futuro negro en el que este sector podría desaparecer.
Vivir de la tierra es cada año más difícil, aseguran los agricultores (y ganaderos). Para ellos la culpa es del aumento de los costos, las importaciones de alimentos más baratos (y menos reglados y controlados), las políticas medioambientales de la Unión Europea y la burocracia de Bruselas.
Las siguientes son las principales demandas y reivindicaciones que los agricultores están haciendo en España y otros países de la UE.
No a los acuerdos de libre comercio, como Mercosur
Una de sus grandes reivindicaciones es el rechazo claro a los acuerdos de libre comercio. Los agricultores europeos consideran que los acuerdos firmados por la UE con otras regiones del mundo son perjudiciales para sus intereses, pues dejan entrar en Europa productos a precios mucho más bajos. El tratado UE-Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) debe ser ratificado por los 27 tras el pacto político de 2019, que tardó más de 20 años en alcanzarse.
Importaciones de Marruecos
Algún ejemplo. En Francia, las importaciones de tomates cherry de Marruecos se han disparado de 300 a 70.000 toneladas por año desde 1995, según un estudio realizado en 2022 por el Senado francés sobre la competitividad de las granjas francesas, cuenta France24. Es sólo un caso, hay decenas de ellos y no sólo en el país galo.
Competencia con el "granero de Europa"
Pero también Ucrania. El campo europeo ve al llamado "granero de Europa" como lo que es, un enorme rival, especialmente desde que se inició la guerra con Rusia. Ucrania es el primer país del continente europeo por superficie de tierra cultivable (allí el 56,1% de la tierra es cultivable). Lo sabe bien Polonia, que mantiene un veto unilateral a las importaciones de decenas de productos agroalimentarios de Ucrania por la gran cantidad de cereal que llegaba de suelo ucraniano a precios muy bajos. Por si fuera poco, Kiev está negociando su entrada en la UE.
Costes energéticos disparados
Los organizaciones agrícolas señalan el aumento de los costos, empezando por la energía (la luz y los combustibles) cuyo precio se ha incrementado desde la invasión de Ucrania. De una u otra manera, los agricultores europeos piden una fiscalidad o un precio especial (más bajo) para los carburantes que utilizan sus tractores.
Fertilizantes más caros
También se ha disparado el precio, por ejemplo, de los fertilizantes. En esa línea, exigen respuestas inmediatas en materia de remuneración, incluidas ayudas de urgencia para los sectores más en crisis.
Los márgenes de la cadena alimentaria
El sector agrario reclama un compromiso para garantizar el reparto del valor entre los actores de la cadena alimentaria. Las grandes distribuidoras y los intermediarios elevan el precio de los productos al consumidor, pero pagan muy poco al agricultor.
Asfixiados por la burocracia
Los agricultores culpan también a la UE y a sus burócratas de ciudad. Las estrictas regulaciones que han dictado los gobiernos europeos a través de la Política Agraria Común (PAC) les resultan excesivas. Señalan que se encuentran asfixiados por la burocracia y las normas europeas y nacionales (en España, también las autonómicas en algunos casos) que rigen los cultivos (qué, cómo, cuánto y cuándo), los subsidios agrícolas y la protección medioambiental.
Y lo de Francia
Finalmente, en Francia los agricultores señalan también a sus vecinos. El campo francés se queja de la entrada de productos agrícolas de países como Italia y España. Consideran que representan una competencia desleal por su bajo precio y porque sus estándares medioambientales son menos exigentes que los franceses (es la propia Francia la que se ha dotado de medidas más exigentes como, por ejemplo, el glifosato).
El caso de España: "hartazgo y frustración"
El campo español no se movilizaba de manera conjunta desde 2020. Aquellas protestas fueron interrumpidas por la pandemia, pero los motivos de fondo siguen aquí y encima se han sumado otros. Asaja, COAG y UPA reclaman soluciones "inmediatas" para hacer frente a las dificultades que atraviesa el sector y se preparan para protestar por el "hartazgo" y la "frustración" que sufren.
A las comunidades autónomas les piden "reformas urgentes en cuanto a la simplificación de los trámites burocráticos que ahogan a los profesionales del campo"
El sector denuncia el encarecimiento de los costes de producción a causa de la sequía y de la crisis de precios desencadenada por la guerra de Ucrania. Ante esta situación, las organizaciones piden mejorar su situación laboral y modificar la Ley de la cadena agroalimentaria para prohibir las prácticas desleales, con el fin de que los precios de los agricultores cubran los costes de producción.
Exigen simplificar y flexibilizar la PAC por su "inasumible" burocracia y por sus costes ambientales, una denuncia compartida por los agricultores de buena parte del continente. A las comunidades autónomas les piden "reformas urgentes en cuanto a la simplificación de los trámites burocráticos que ahogan a los profesionales del campo". Dentro de las reivindicaciones ganaderas, Asaja, COAG y UPA han subrayado también la crisis por la sanidad animal, que ha sido objeto de "luchas partidistas".
En España, las organizaciones agrarias coinciden con sus homólogas europeas al denunciar "competencia desleal" y falta de regulación en un mercado en el que denuncian que se importa "a bajo precio" desde terceros países y con normativas desiguales. Por ello, reclaman que se paralicen la ratificación de los acuerdos con Mercosur y Nueva Zelanda y las negociaciones con Chile, Kenia, México, India y Australia, así como que aumenten los controles a la importación de Marruecos (hay productos que se reetiquetan ilegalmente en España y salen al mercado europeo como españoles).
El ministro de Agricultura ha convocado para este viernes a las organizaciones agrarias, en un intento de aplacar los ánimos
De la misma forma, Asaja, COAG y UPA exigen a Agricultura un observatorio sobre las importaciones y que se refuerce la batalla en Bruselas para exigir reciprocidad en todos los productos agrícolas y ganaderos que entren al territorio de la UE.
El pasado martes, las organizaciones agrarias españolas acordaron retomar el calendario de movilizaciones, aunque no anunciaron protestas a nivel nacional. Por el momento, han convocado tres tractoradas para el próximo 14 de febrero en Palencia. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha convocado para este viernes una reunión con Asaja, COAG y UPA, en un intento de aplacar los ánimos.
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