Escapar de la violencia machista y la pobreza con una titulación de cocina: "Cuando me llamaron del curso no tenía ni para el Metro"

  • La primera graduación de Woman´s Academy titula a 19 mujeres que aspiran a encontrar futuro en los fogones.
  • El curso está pensado para paradas con carga familiar, inmigrantes sin recursos y víctimas de violencia de género.
Cocineras
Una de las mujeres graduadas en el proyecto de cocina contra la exclusión.
Woman´s Academy
Cocineras

Marta detesta desde siempre lavar platos, pero lo hace profesionalmente en un restaurante porque persigue un sueño. A sus 38 años, con dos hijos a su cargo y viviendo en el extrarradio de Madrid —sin poder decir donde como medida de protección por ser víctima de violencia de género— esta mujer sonriente y de larga melena azabache sueña con un puesto de cocinera en el comedor de empresa para el que trabaja lavando vajilla. Su meta está ahora un poco más cerca, después de recoger esta semana, sonriente y orgullosa, el diploma de la Universidad Francisco de Vitoria que le acredita una titulación como "ayudante de cocina", por haber superado una formación teórica y práctica. 

"Si me contrataran en la cocina haría comida rica, de innovación, para que estuvieran contentos los clientes", dice Marta por convencer a quien proceda. Admite, además, que en su casa no vendrían mal esos 300 euros mensuales de diferencia que hay entre su pequeña nómina actual y la de ayudante de cocina. "Si hay que lavar vajilla se lava, pero a mí lo que me hace feliz es dar de comer a la gente".

Marta es una de las 19 mujeres en exclusión social severa —paradas de larga duración con cargas familiares, inmigrantes sin recursos, o víctimas de violencia de género— que se acaban de graduar en la primera promoción de la Woman´s Academy, un proyecto social formativo fruto de la colaboración de la Fundación Integra, que selecciona y guía a las participantes, la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, que otorga la titulación, y Compass, empresa de restauración colectiva que beca a las participantes y les ofrece las prácticas.

Johana es otra de las cocineras --que han recogido ataviadas con pulcras camisas de chef sus diplomas en Madrid en presencia de sus familiares, tras dos meses de cursos online y tres de prácticas en los fogones de restaurantes--. A sus 37 años, lleva tres centros de atención a mujeres maltratadas a sus espaldas. Al primero la llevó de emergencia la Policía para salvarle la vida, en el segundo la ayudaron con su proceso de recuperación psicológica, y en el tercero, donde ha estado los últimos 18 meses, le abrieron caminos a la integración como el título de cocina.

Cocineras
Cocineras
Woman´s Academy

"Me quedaban solo unos meses para salir del centro, quería luchar por conseguir un trabajo que me permitiera independizarme y hacer mi vida. Llevaba tiempo enviando currículums, cogiendo todas las formaciones posibles", explica la graduada en 'Ayudante de cocina'. "Cuando me llamaron para este curso estaba muy mal, sin dinero, no tenía nada, ni para pagar el Metro". Cuando vio que le pagaban por estudiar y luego tenía un trabajo mientras hacía las prácticas, se decidió. Con honestidad, confiesa que ha descubierto que cocinar no es lo suyo, pero la formación le ha despertado el deseo de ampliar conocimientos en "nutrición y dietética".  Y eso que dice que llegó a convertirse en la reina de las ensaladas de su restaurante: "Las ensaladas dependían de mí. Llegaba cada día haciéndome mi hueco, que no me las tocara nadie, aunque para eso tuviera que adelantar todas las otras tareas que tuviera pendientes".

Johanna y Marta sienten que han sido afortunadas por participar en un curso que ha "llovido del cielo" cuando más lo necesitaban. Marta, que ha sido comercial hasta que la violencia de género truncó su vida entera, también la profesional, sí se ve trabajando en los fogones. Aunque con dos hijos enteramente a su cargo no resulte fácil el sector restauración. 

La colaboración de una empresa de restauración colectiva, Compass, que cuenta con una fundación especializada en la integración de madres en situación de exclusión severa con dificultades de conciliación y la Universidad, permite que estas mujeres tengan una formación con la que garantizarse una mejora laboral que redunde en ellas y sus hijos. 

Vilma, ecuatoriana de 45 años, es otra de las graduadas en la Woman´s Academy. Residiendo en Barcelona desde hace 22 años, explica que supo de la iniciativa a través de redes sociales en un momento de búsqueda desesperada de empleo, tras perder su trabajo de los últimos 14 años como recaudadora en una lavandería de autoservicio. 

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Una cocinera en plena acción.
Woman´s Academy

"Estaba perdida, no sabía ni qué hacer. Me llamaron, hice una entrevista y aunque no había trabajado nunca en cocina, me ha gustado", explica. Tras sus prácticas en el comedor de una residencia universitaria y en un hospital guarda buenos recuerdos de la formación, horas y horas aprendiendo distintos cortes de alimentos y a preparar las cenas de los pacientes hospitalizados.

"Me gustaría seguir ampliando los conocimientos en cocina", dice tras recoger el diploma, "pero me llaman más la atención los comedores colectivos de empresas, colegios u hospitales, que los restaurantes". La idea a partir de ahora es que Integra les ayude a encontrar un trabajo acorde a su nueva formación y a sus necesidades de conciliación familiar.

Marta, Johanna y Vilma son mujeres que tienen en común un presente todavía con serias dificultades económicas, pero que esperan salir adelante utilizando destrezas aprendidas en el curso. Presumen, por ejemplo, de haber adquirido muy buena mano en arroces gracias a una buena maestra. Ese  'cum laude' lo podrán poner a partir de ahora en su currículum vitae.

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