Irene, trasplantada y una de las cuatro únicas personas tratadas con fagos hechos en España: "Siento los pulmones muy limpios"

fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Irene. Paciente de fibrosis quística. Doble trasplante de pulmón. Bacterias. Tratamiento médico: Fagos
Irene Nevado, paciente tratada con fagos, el 18 de enero de 2024, en Madrid
Sergio García Carrasco
fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Irene. Paciente de fibrosis quística. Doble trasplante de pulmón. Bacterias. Tratamiento médico: Fagos

Irene Nevado siempre dice que tiene tres cumpleaños. Recuerda la fecha de sus dos trasplantes de pulmón como el día que nació. El 26 de marzo de 2008 llegó el primero; 7 de enero de 2019, el segundo. Ella es una de las cuatro personas que han sido tratadas en España con fagos –virus que acaban con las bacterias multirresistentes a los antibióticos de amplio espectro– producidos por el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio). Este centro de la Universitat de València y del CSIC es el único con el visto bueno de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para realizar este tratamiento. "Cuando me pongo los fagos noto el pulmón vacío, muy limpio", describe Nevado a 20minutos.

A falta de más ensayos clínicos e inversión, de momento de estos tratamientos se hace un uso compasivo, es decir, como último recurso y para pacientes con casos clínicos concretos, pues no está regulado ni por la Aemps ni por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés). Ese ha sido el caso de Irene, diagnosticada de fibrosis quística dos meses después de nacer en Madrid hace 44 años.

Tras un periodo de cuatro años con 'pulmones nuevos' y gran calidad de vida, respirando con normalidad y descansando de los síntomas respiratorios de la fibrosis quística -una enfermedad hereditaria, crónica y degenerativa que afecta principalmente a los pulmones y al sistema digestivo-, una neumonía le obligó a ingresar de nuevo el pasado verano y desde entonces la infección por pseudomonas no remitía y le estaba causando incluso rechazo agudo.

Define el pasado verano como "horrible". Ni los corticoides, ni la inmunoglobulina consiguieron desinflamar sus pulmones. Fue entonces cuando ella misma contactó con el Grupo Respiralia, ligado a la Asociación Balear de Fibrosis Quística, a través de quienes contactó con la investigadora Ramón y Cajal Pilar Domingo-Calap, reconocida investigadora en fagoterapias y directora del Grupo de Virología Ambiental y Biomédica del I2SysBio. Desde allí se pusieron a trabajar para producir el fago específico que atacara la bacteria de Irene y el 29 de diciembre arrancó la terapia. "Ha habido suerte", admite. Y es que, según explica Domingo-Calap, el fago que está mejorando la salud de Irene ya se había producido previamente para otra paciente, lo cual agilizó el proceso.

Nevado comenzó su primer ciclo de fagos inhalados en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, después de que el centro solicitara autorización para el uso compasivo de fagos a la Aemps y esta lo autorizara. El primero de los diez días lo hizo acompañada de sus doctoras en el mismo centro, pero el resto de sesiones ya prosiguió en casa. La rutina comienza con un bronquiodilatador, continúa con ejercicios de fisioterapia respiratoria para sacar las flemas y, luego, el aerosol con la dosis de fagos. "Dura tres minutos y tienes que inhalarlo muy bien", relata la 20minutos en pleno segundo ciclo de tratamiento. Ella misma se ha grabado durante estos días de terapia y ha compartido el resultado en sus redes sociales.

La científica Domingo-Calap analizó las muestras de la paciente tras el primer ciclo de diez días y las pseudomonas eran ya "indetectables". No obstante, por ser una paciente de fibrosis quística doble trasplantada, el equipo médico decidió repetir otros diez días y, con el mililitro sobrante de cada vial, indicaron a Nevado realizarse lavados nasales. Según relata la paciente, la mejoría fue notable "a los cuatro o cinco días". Ahora, dice, siente "más libertad" porque se cansa "mucho menos" en su día a día, en cosas tan simples pero valoradas como dar un paseo por un parque. "Cuando me pongo los fagos es como que noto el pulmón vacío, muy limpio", describe.

La paciente, enfermera en Sanidad Exterior de profesión pero sin poder trabajar por su delicada salud desde 2015, asegura que no ha sentido ningún efecto secundario, salvo unas náuseas al principio que atribuye a que "inhalaba muy fuerte porque no quería aprovechar todo el fago". 

Terapia viral de fagos.
Irene Nevado, paciente tratada con fagos, el 18 de enero de 2024, en Madrid.
Sergio García Carrasco

La creadora de sus fagos valora que "desde el primer tratamiento no se observa carga bacteriana, las pseudomonas ya no se encuentran en cultivo, y la paciente se encuentra mejor, su capacidad pulmonar está mejorado y las flemas se han reducido. Seguimos bajo estudio, pero todo apunta bastante bien. La otra paciente [que recibió estos fagos] también ha mejorado mucho su calidad de vida al reducirse su tos y flemas desde agosto, cuando fue tratada, por lo que parece que está funcionando de forma correcta".

Nevado lamenta que no haya más inversión para este tipo de tratamientos, que, al ser de uso compasivo, se aplica en contadas ocasiones. "Yo he luchado mucho para que me dieran los fagos. Me tengo que poner la medalla". Explica que el primer envío de muestras lo intentó cubrir ella, pero el piloto del avión rechazó transportar muestras biológicas. Agradece el trabajo y esfuerzo de todo el equipo médico, al tiempo que lamenta que cree que "les cortan mucho las alas y están muy desbordados". En consecuencia, "si tú no te mueves, hasta que no está todo validado, [los médicos] no pueden hacer nada".  Nevado asegura que sus doctoras, después de hablar con Domingo-Calap, se mostraron más convencidas de los pasos a seguir. Y es que los fagos, abunda, representan una opción "interesante no solo para pacientes con fibrosis quística sino para cualquiera con una bacteria multirresistente. Creo que van a servir para mucho". 

Las dificultades que Domingo-Calap recalca durante el proceso es "la desinformación", pues "muchas veces los médicos no saben bien cómo funciona el tratamiento o tienen miedo a utilizarlo porque no hay estudios previos y, para ello, haría falta mucha más financiación para poder lanzar un ensayo clínico y que, en algún momento, esté en la cartera de opciones de los hospitales". El tratamiento que ha recibido Irene ha sido financiado gracias a las donaciones recaudadas a través de la campaña de crowdfunding Adopta un fago, puesta en marcha por el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas junto con la Federación Española de Fibrosis Quística.

La esperanza de vida actual de las personas que sufren fibrosis quística ronda los 40 años, aunque se espera que la cifra vaya aumentando gracias a la llegada de tratamientos innovadores en los últimos años -como Kaftrio, cuyo uso se amplió en 2022 a menores de 6 a 11 años-. Pero también hay quien muere más joven, como el hermano de Irene, que faltó con 31 años mientras esperaba para ser trasplantado. A raíz de esto y de sus interminables horas en salas de espera, Irene creó La vida espera y ahora dedica el tiempo que puede a acompañar emocionalmente a las personas que están pasando por lo que ella ya ha vivido. "Cuando estás en lista de espera y ves que falta de todo: entrenadores, psicólogos... Te desesperas". 

Una terapia del pasado

Las bacterias multirresistentes a los antibióticos son una de las diez mayores amenazas para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad, según la Organización Mundial de la Salud(OMS), que estima que para 2050 causarán unos 10 millones de muertes. En España, un estudio de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) realizado en 130 hospitales alerta de que más de 20.000 personas fallecen al año tras ser diagnosticadas de infección por bacterias multirresistentes (BMR). Frente a este problema, los fagos se han convertido en una alternativa "prometedora" -por sus resultados- pero aún muy minoritaria -por falta de financiación, principalmente-.

Cada fago ha de 'casar' con la bacteria 'diana' a la que ha de atacar y desactivar ya sea en humanos, como en animales y plantas. Los fagos (o bacteriófagos) no son una opción novedosa, sino todo lo contrario. Fueron descubiertos hace más de cien años por el microbiólogo canadiense Félix d'Herelle, pero con la posterior llegada de la penicilina y la urgencia de antibióticos de amplio espectro tras la II Guerra Mundial, quedaron arrinconados y solo los países de la antigua Unión Soviética siguieron utilizándolos. Actualmente, con la resistencia a los antibióticos, vuelven al foco de interés al constituir una alternativa terapéutica "bastante prometedora". "Los antibióticos han salvado muchísimas vidas. Es verdad que estamos en una crisis mundial, pero todavía muchos funcionan y siguen salvando vidas, y esperemos que los fagos puedan ayudar a que sigan funcionando", apunta Domingo-Calap.

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