La moderación de los precios y el alza de las subidas salariales en 2023 permitieron a millones de españoles mantener prácticamente intacto su poder adquisitivo con respecto a 2022, sin recuperar todavía el terreno perdido en los años anteriores. Según los datos difundidos este miércoles por el Ministerio de Trabajo, los sueldos recogidos en los convenios colectivos de trabajo se elevaron de media un 3,46% en 2023, un alza muy cercano al de la inflación. De este modo, los salarios y los precios crecieron prácticamente a la par, aunque los bolsillos de los españoles todavía se resienten.
La estadística de convenios colectivos actualizada este miércoles recoge datos de 3.512 acuerdos alcanzados en el seno de las empresas -o a mayor escala, en el ámbito sectorial- hasta el mes de diciembre. Estos convenios, que cubren a casi 11 millones de los 20,84 millones de asalariados que hay en España, recogen un alza media ligeramente inferior al 3,49% registrado en noviembre. Pese al leve descenso, las subidas pactadas en convenio han cerrado el año finalmente por encima de la tasa de inflación del 3,1% de diciembre a la que apunta el avance provisional del INE. No obstante, se quedan a las puertas de la tasa media de inflación del 3,55% anotada en el conjunto de 2023, a falta de que este viernes se conozca el dato definitivo del IPC.
La brecha de menos de una décima entre la inflación media y las subidas salariales pactadas en convenio es la más ajustada desde 2018, cuando ambos datos rondaron el 1,7%. En los años posteriores a la pandemia, el poder adquisitivo de los asalariados se vio mermado significativamente, debido a la escalada de la inflación al 3,1% en 2021 y al 8,4% en 2022, impulsada por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania. Frente al fuerte encarecimiento de los precios de 2022, ese año los sueldos se revalorizaron un 2,78%, un porcentaje que ha sido superado en 2023.
El incremento salarial medio del 3,46% recogido en los convenios el año pasado se quedó por debajo de la recomendación acordada por CCOO, UGT, CEOE y Cepyme en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) firmado en mayo. El pacto incluye una subida del 4% en 2023 y otras dos de un 3% en 2024 y 2025, con una cláusula de revisión de hasta un 1% adicional en caso de que el IPC de diciembre sobrepase los porcentajes pactados. Este tipo de cláusulas de salvaguarda -cuya finalidad es evitar pérdidas de poder adquisitivo- escasean en los convenios registrados en 2023: solo aparecen en 518 acuerdos, de los cuales en 175 no se aplican con efectos retroactivos.
La mayoría de los convenios con efectos en 2023 se firmaron en ejercicios anteriores. De hecho, únicamente 1.146 fueron suscritos el año pasado, siendo estos los que recogen mayores subidas: un 4,10% de media, frente al 3,13% de los 2.366 convenios restantes. En total, el 2,5% de los convenios registrados hasta diciembre suponen congelación de sueldos, mientras que un 42,2% recogen subidas salariales superiores al 3%. La estadística del Ministerio de Trabajo refleja únicamente un convenio en el que se ha firmado un recorte salarial, con efectos sobre 78 trabajadores.
En todo caso, hay asalariados cuya remuneración queda fuera de los convenios colectivos. Es el caso, por ejemplo, de los trabajadores que cobran el salario mínimo interprofesional (SMI), que en 2023 subió un 8% hasta los 1.080 euros mensuales en 14 pagas. Los agentes sociales y el Ministerio de Trabajo se encuentran actualmente inmersos en plena negociación para elevar esta renta de nuevo en 2024. El departamento de Yolanda Díaz ha propuesto incrementar la cuantía un 4% hasta los 1.123 euros mensuales, un monto que por el momento no convence ni a la patronal ni a los sindicatos. La OCDE plantea un aumento del 3% hasta los 1.112 euros, mientras que CCOO y UGT busca una subida del 5%.
En la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), la presidenta de la autoridad monetaria, Christine Lagarde, puso el foco en las subidas salariales, culpando a estas alzas de que la resistencia de la inflación subyacente a bajar. El índice señalado por Lagarde descuenta del IPC el precio de la energía y de los alimentos no elaborados por su alta volatilidad. En España, la tasa de la inflación subyacente se situó en el 3,8% en diciembre, todavía por encima del dato general.
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