Los nuevos protagonistas del fraude alimentario: detienen a cuatro personas por vender ilegalmente aceite y conservas

Cuatro miembros de una misma familia, de entre 28 y 64 años, han sido detenidos como presuntos autores de fraude alimentario, al comercializar de forma irregular 120.000 botes de conservas de atún y 45.000 litros de aceite desde una empresa de La Rioja a establecimientos de España e Italia.
Cuatro miembros de una misma familia, de entre 28 y 64 años, han sido detenidos como presuntos autores de fraude alimentario, al comercializar de forma irregular 120.000 botes de conservas de atún y 45.000 litros de aceite desde una empresa de La Rioja a establecimientos de España e Italia.
Cuatro miembros de una misma familia, de entre 28 y 64 años, han sido detenidos como presuntos autores de fraude alimentario, al comercializar de forma irregular 120.000 botes de conservas de atún y 45.000 litros de aceite desde una empresa de La Rioja a establecimientos de España e Italia.
Dos agentes muestran los botes de atún mal etiquetados.
Guardia Civil - ATLAS

Cuatro miembros de una misma familia, de entre 28 y 64 años, han sido detenidos como presuntos autores de fraude alimentario, al comercializar de forma irregular 120.000 botes de conservas de atún y 45.000 litros de aceite desde una empresa de La Rioja a establecimientos de España e Italia.

Responsables de la Guardia Civil en La Rioja, que han desarrollado esta operación, denominada Matsu, han informado este lunes, en una rueda informativa, de su desarrollo, en el que han participado fuerzas policiales de España, Italia y Europol.

El portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil, Miguel Angel Sáez, ha explicado que la empresa, con sede en La Rioja Baja y cuya identidad no ha sido facilitada hasta no haber una sentencia firme, se dedica a elaborar y comercializar productos alimenticios, principalmente conservas vegetales y de pescado, para su distribución en España y otros países, especialmente Italia.

La operación se inició el pasado mes de agosto tras una denuncia inicial, en la que se deducía las diversas irregularidades de esta empresa, cuyos botes de conserva de atún se venden a 1,20 o 2 euros menos de lo que la competencia los comercializa, ha detallado.

Se han analizado 40 muestras de productos intervenidos, y en 33 de ellas se ha comprobado que se etiquetaban como aceite de oliva cuando su contenido era de girasol o de orujo, y en otra se certificó que el atún era de una calidad inferior a la descrita en la etiqueta.

Los dos hombres y dos mujeres detenidos son investigados por delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública y estafa y, tras pasar a disposición judicial, están en libertad a la espera de declarar ante la Justicia.

Conservas devueltas desde Italia

En la operación, que continúa abierta, se ha comprobado que las conservas de atún que no tenían salida en Italia eran devueltas y reetiquetadas después en condiciones de insalubridad para su reintroducción en el mercado, con el consiguiente perjuicio para la salud pública y el consumidor final.

La mayor parte de los botes intervenidos estaban destinados a abastecer a comercios de España e Italia durante las fiestas navideñas.

En el registro en una de las sedes de la empresa se halló una zona clandestina de trabajo, carente de las mínimas medidas de higiene, y dos recipientes de grandes dimensiones con agua caliente, que contenían numerosos tarros de atún devueltos por los compradores.

En ese lugar se retiraban las etiquetas de los botes para su posterior reintroducción en el mercado con una nueva etiqueta, registro sanitario y fecha de caducidad; y se observó que en parte de estos botes manipulados se había introducido el agua del recipiente, cuyas tapas presentaban marcas de óxido.

Otra de las sedes de la empresa disponía de una tienda para la venta directa al público de sus productos, en la que se halló la misma conserva de atún etiquetada únicamente en italiano, lo que va en contra de la normativa vigente.

La investigación estima que la actividad de este entramado criminal alcanza varios años, en los que utilizaron primas de precio y calidad notablemente inferior al indicado en su etiquetado.

Con ello, conseguían rebajar los costes de producción y aumentar de manera exponencial sus ganancias en perjuicio de los consumidores, lo que dañó "gravemente" al resto de empresas del sector que operan dentro de la legalidad, ha añadido Sáez.

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