Las farmacéuticas y la alimentación, un oasis en un sector industrial que vive una situación "preocupante" con caídas del 16% en 15 años

Evolución de la producción industrial.
Evolución de la producción industrial.
Carlos Gámez
Evolución de la producción industrial.

En lo que va de año la producción industrial ha caído un 0,8% con respecto a 2022, un descenso que evidencia que el sector no atraviesa su mejor momento, después de haber tenido que hacer frente a una concatenación de crisis tras la pandemia y el posterior desbarajuste provocado por la escalada de los costes energéticos tras la invasión rusa de Ucrania. Estos han sido los últimos palos en las ruedas de la industria, un sector estratégico en el que la crisis de 2008 ya supuso un abrupto frenazo hasta el punto de que los niveles de producción de entonces parecen actualmente prácticamente inalcanzables. La fabricación de productos farmacéuticos, la industria química y la alimentaria constituyen una excepción en este escenario "complejo y preocupante", mientras que otros ámbitos como el de la automoción se encuentran inmersos en pleno proceso de reconversión.

La industria representa actualmente en torno al 15% del PIB de España. Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice general de producción industrial (IPI) subió en octubre un 0,9% en tasa interanual, un repunte con el que el indicador regresó a terreno positivo tras acumular cuatro meses en negativo. Pese al alza, el nivel de producción en lo que va de 2023 se mantiene todavía un 0,8% por debajo de los datos del año pasado. "La industria está muy ligada a la evolución del consumo en general, donde estamos teniendo caídas", explica Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la competitividad de la industria española. Al mismo tiempo, la facturación del sector encadena seis meses en negativo. En lo que va de año se ha reducido un 1% en comparación con el ejercicio anterior, de acuerdo al índice de cifra de negocios del INE.

"Si hacemos una foto global de la industria, definiría la situación como compleja y preocupante", afirma Reinoso. El escenario se recrudece aún más si se amplía el foco y se comparan los niveles actuales de producción con la bonanza anterior a la crisis de 2008. Desde entonces, el IPI -Índice General de Producción Industrial- se ha reducido un 16%, aunque la evolución no ha sido homogénea en todo el sector, ya que el tejido industrial es muy variado. "No todos los sectores industriales se comportan igual, sus características son distintas, en función de si están más o menos expuestos a la evolución del consumo, de los costes energéticos, a la internacionalización...", matiza el portavoz de la Alianza.

De hecho, frente a la contracción generalizada del sector, el nivel de producción de la industria farmacéutica se ha disparado un 65,69% con respecto a 2008. Solo en el último año ha crecido un 9,7%. En buena medida el avance ha venido de la mano de un significativo incremento de las ventas al exterior, que en 2022 aumentaron un 53%. El medicamento es el tercer producto más exportado de España —solo por detrás de automóviles y combustibles—, un país que supera ya las cien plantas de fabricación. "La industria farmacéutica se ha convertido en uno de los principales dinamizadores de la economía española", celebró al conocerse el hito el director general de Farmaindustria, Juan Yermo.

Junto a la industria farmacéutica, también la química y la alimentaria superan actualmente en un 9,56% y 4,59% los niveles de producción de hace quince año, aunque en el último año su IPI se ha reducido un 3,6% y un 1,7% respectivamente. "Somos un sector estratégico y necesitamos seguridad, estabilidad fiscal, unidad de mercado y acompasar las medidas legislativas que se adopten al momento actual", expresó el presidente de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Ignacio Silva, este jueves en la Asamblea General de la organización. La industria de la alimentación es precisamente una de las más cuantiosas en número de trabajadores, emplea a 506.400 personas, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre, el 17,9% del total 2,82 millones de ocupados que trabajan en la industria española.

Caídas en la producción

No obstante, la tónica general del sector industrial difiere del optimismo. En el extremo opuesto a la fabricación farmacéutica, la producción de la industria maderera ha caído un 15% en lo que va de año y la confección de prendas de vestir se ha reducido un 12,3%. El derrumbe es significativamente más marcado si se comparan los datos actuales con el IPI de 2008. En los últimos quince años, la fabricación de muebles se ha mermado un 51,35%, mientras que la industria del cuero y del calzado se ha reducido un 43,26%, por ejemplo.

La concatenación de crisis en los últimos años no ha ayudado a acercarse a los niveles de producción anteriores a la gran crisis. "A la covid-19 le ha seguido el poscovid, que supuso una fuerte tensión en las cadenas de suministro; pero es que luego llegó inmediatamente la invasión de Ucrania...  la industria ha ido navegando en una crisis tras otra y ha conseguido gestionarlo incluso con bastante éxito, pero con bastantes amenazas y con una pérdida de competitividad a largo plazo", reflexiona Reinoso, que recalca que "uno de los grandes problemas que está teniendo la industria es el incremento de los costes energéticos, ante lo que no ha habido una respuesta europea conjunta" y lamenta "falta de ambición" en las medidas tomadas desde España.

Un caso particular es el del sector de la automoción, uno de las industrias más fuertes de España. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) prevé que el mercado español cierre 2023 con 950.000 matriculaciones de turismos, un 17% más que en 2022. La fabricación de vehículos a motor ha crecido un 12,4% en lo que va de año, según los datos del INE, aunque sigue lejos de los niveles de hace quince años. "Somos grandes productores, pero el sector automovilístico está sufriendo una transformación importante, por la transición hacia el vehículo eléctrico y eso de alguna forma también hace paralizar la producción", explica José Antonio Galdón, presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (Cogiti).

"España, puede y debe ser un gran referente en la movilidad del futuro. Si aprovechamos nuestro liderazgo en energías renovables, podremos atraer más inversiones para liderar la transición ecológica", afirmó este jueves el presidente de Anfac, Wayne Griffiths, que se reunió con el nuevo ministro de Industria, Jordi Hereu, que le transmitió la voluntad del Gobierno de lanzar la tercera convocatoria del PERTE del Vehículo Eléctrico durante el primer trimestre de 2024.

Aumentar la competitividad

En su primera intervención en la sesión de control del Congreso, Hereu subrayó el miércoles que el impulso de la reindustrialización de España es una prioridad para el Gobierno. El sector reclama acción para mejorar la competitividad de la industria española. A corto plazo, el portavoz de la Alianza insta al Ejecutivo a prorrogar las medidas de apoyo en vigor para reducir el impacto de la crisis energética sobre el sector industrial. "Más a medio plazo, el nuevo Gobierno debe poner en marcha un paquete de medidas que impulse la competitividad de la industria española", reclama, apuntando a la posibilidad de simplificar los trámites administrativos para favorecer las inversiones, por ejemplo. "Creemos que hay medidas que se pueden aprobar fácil y rápidamente", afirma.

"También se necesita cierto proteccionismo de la industria europea, porque si nosotros nos marcamos unos estándares de calidad, seguridad, etc. muy exigentes, tenemos que defenderlos, no tener que competir con otros productos que no cumplen esos estándares", añade el presidente de Cogiti. "No estamos sabiendo aprovechar la transición energética para retroalimentar la producción industrial", añade, insistiendo en que "si estamos trabajando para ser autosuficientes energéticamente, no podemos depender de que todos los productos vengan de fuera".

La irrupción de la covid-19, como tantas otras crisis, pusieron de manifiesto la consabida importancia estratégica del sector industrial. "En las grandes crisis, los países más industrializados son los que mejor lo han superado y es preocupante que en España la industria haya ido perdiendo peso", advierte Galdón. "Es importante que Europa tenga autonomía estratégica", afirma Reinoso en la misma línea, al tiempo que recuerda la riqueza de la industria desde el punto de vista económico. 

"La industria no solo genera empleo, sino que genera un empleo de calidad, genera riqueza y genera desarrollo, es vital para cualquier economía", coincide el presidente de Cogiti. "La industria es más resiliente que otros sectores cuando vienen mal dadas", añade el portavoz de la Alianza, que recuerda que este sector es también el "motor" de la innovación. "Tenemos que tener claro que sin industria no hay progreso", concluye Galdón.

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