La península arábiga, la más grande del mundo, se encuentra en el suroeste de Asia, limitando al oeste con el Mar Rojo, al este con el Golfo Pérsico y al sur con el océano Índico. Esta vasta península está formada por un total de diez países, siendo Arabia Saudita el más grande de todos ellos. Es, en este territorio, donde surge el mau árabe, descendiente del gato montés africano (Felis lybica).
Se trata de una raza felina naturalizada, que ha habitado la península arábiga desde hace más de 1.000 años, adaptándose al clima desértico y convirtiéndose en un gato local que ha desarrollado sus propias características. En consecuencia, los mau árabes tienen una sola capa de pelo, sin subpelo, y pegada al cuerpo. La textura de su pelo también es diferente a la de otros gatos, y no resulta demasiado sedosa al tacto, sino más bien un poco endurecido.
Su reconocimiento como raza de pleno derecho comenzó a inicios del siglo XXI, cuando la presidenta de la Sociedad de Gatos de Medio Oriente, Petra-Khadija Mueller, inició un programa de investigación que tuvo una duración de 5 años sobre los gatos locales de la península arábiga. Su esfuerzo tuvo éxito y en 2008 el mau árabe recibió el reconocimiento por la Federación Mundial de Gatos (WCF). Naturalmente, también se encuentra reconocido por la Federación Felina de los Emiratos (EFF).
En cuanto a los colores y patrones de su estándar, si bien admite una amplia variedad de colores, hay preferencia por el patrón tabby, el más abundante de los gatos callejeros de la península arábiga.
Sociables y poco vocales
El mau árabe se considera un gato muy apto para la convivencia con niños de cualquier edad y otros animales presentes en el hogar. Son curiosos, poco tímidos y muestran docilidad e interés hacia cualquier persona, aun sin ser de su núcleo familiar. Los expertos en la raza aseguran que el mau árabe utiliza muy poco las vocalizaciones.
Debido a su personalidad activa y exploradora, necesitan una estimulación ambiental alta y que se les proporcione juegos y juguetes para que puedan satisfacer sus necesidades de ejercicio y actividad. En cuanto a salud, son naturalmente sanos y no existen enfermedades asociadas a su raza.
Diferencias entre el mau egipcio y el mau árabe
Puede resultar confuso distinguir ambas razas inicialmente, pero en realidad existen notables diferencias.
Los mau egipcios solo admiten los ojos verdes, mientras que los árabes pueden presentar varios colores en función de su pelaje. Además, los ojos del mau árabe son ovalados, mientras que los egipcios los tienen redondeados.
En cuestión de tamaños también difieren: el mau árabe es más grande, firme y macizo, que el mau egipcio. En su temperamento hay otras marcadas diferencias. Mientras que los mau egipcios son maulladores e independientes, los mau árabes, como ya hemos descrito, son muy extrovertidos, sociables y se adaptan con facilidad a cualquier ambiente.
Para ampliar información sobre la raza del mau árabe se recomienda contactar con la mencionada Federación Mundial de Gatos. Desde Animaleros, sugerimos que se valore la adopción responsable y se brinde un hogar a alguno de los gatos que se encuentran en adopción en los centros de recogida de animales.
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