Niño Becerra desvela la respuesta de una multinacional que hizo salir huyendo a los candidatos en una entrevista de trabajo

El economista Santiago Niño-Becerra, en una imagen de archivo.
El economista Santiago Niño-Becerra, en una imagen de archivo.
UMA / EUROPA PRESS
El economista Santiago Niño-Becerra, en una imagen de archivo.

El concepto sobre el salario emocional ha sido uno de los temas sobre el que ha hablado esta semana el economista Santiago Niño Becerra en una entrevista en el programa La Ventana de la Cadena Ser. Este debate sobre esta compensación no económica que aporta otro tipo de valores a la retribución de una compañía ha salido a raíz de un reciente estudio que concluye que seis de cada diez trabajadores prefieren tener un buen salario emocional frente a una subida económica de sueldo.

Tal y como ha explicado el analista económico, la remuneración no dineraria es "un concepto muy antiguo", ya que hay estudios de la Universidad de Harvard que han analizado esto hace 30 o 40 años. Sin embargo, en aquel momento "estaba fundamentalmente reservado a puestos de alta dirección. Cuando se llegaba a ciertos niveles, se introducían elementos no dinerarios, como pueden ser más días de vacaciones, o que la empresa les pagara una estancia en el Caribe... Entonces se le llamaba remuneración no monetaria. Ahora se ha cambiado el nombre al de salario emocional", ha aclarado.

Ahora son los jóvenes quienes más valoran el salario emocional, prosigue el economista. "Tener un gimnasio en la empresa, tener más disponibilidad de teletrabajo...", ha enumerado.

En este sentido, ha puesto el ejemplo de "una multinacional muy multinacional" que hizo un proceso de selección para encontrar ingenieras e ingenieros. Lo primero que preguntaban los jóvenes candidatos era cuántos días de teletrabajo iban a tener, a lo que la empresa les respondía con un "aquí preferimos la presencialidad". Ante esta actitud, la reacción de esos aspirantes fue de "muy bien, gracias, adiós", ha relatado Niño Becerra.

La clave de este salario emocional reside, según el economista, en tener también un sueldo adecuado. "El salario emocional está muy bien a partir de una remuneración que la persona considere suficiente", ha opinado Niño Becerra. "A partir de una remuneración suficiente, se puede entrar en una dinámica de pensar en otro tipo de cosas", ha insistido.

De lo contrario, prosigue, "si el salario es totalmente insuficiente... Ya me dirás tú qué le importa a alguien que no está cobrando el salario mínimo tener un gimnasio en la empresa. Pues absolutamente nada", ha zanjado.

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