"Al haber alcanzado el voto favorable de la mayoría de la Cámara, declaro otorgada la confianza del Congreso de los Diputados a Pedro Sánchez Pérez Castejón". Con estas palabras ha terminado este jueves la sesión de investidura en la que se ha reelegido para un nuevo mandato, el tercero, al hasta ahora presidente del Gobierno en funciones. Afronta, eso sí, una legislatura harto complicada en la que tendrá que poner de acuerdo, junto con Sumar, a todos sus socios, un mínimo de cinco partidos, incluyendo ahora al Junts de Carles Puigdemont, con el que ha pactado la ley de amnistía.
El secretario general de los socialistas ha recibido el voto afirmativo de 179 diputados. Al sí de su formación se ha sumado también el de la nueva 'mayoría de la investidura', formada por Sumar -que estará dentro del nuevo Ejecutivo-, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. En total, más de 12,6 millones de votos de formaciones que, como le han avisado, no se lo pondrán fácil para resistir en la Moncloa. En frente han estado los 171 diputados de PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro.
"A los 179 diputados que han comprometido su voto y que representan más de 12 millones de votos. A todos ellos, gracias, egun on, eskerrik asko, gràcies", ha lanzado el presidente antes de que se celebrara la votación en su última intervención, con un guiño a la pluralidad de las lenguas en la cámara, una novedad aprobada en esta legislatura y que el presidente deberá abrazar para hacer que su mandato, el tercero consecutivo, logre sobrevivir cuatro años más.
Porque lo que sí está claro es que no será una legislatura fácil para el presidente, que para aprobar cada medida en el Congreso deberá poner de acuerdo a seis formaciones que compiten entre sí, y a su vez con el PSOE, en sus territorios -EH Bildu y PNV en el País Vasco y ERC y Junts en Cataluña-. Da la casualidad que todos estos socios le avisaron en la investidura. Este jueves, prometieron a Sánchez estabilidad para su Ejecutivo siempre y cuando respete los acuerdos alcanzados. "Nosotros cumplimos con la palabra dada", dejó claro la portavoz abertzale Mertxe Aizpurua. Lo mismo hicieron los catalanes el miércoles. "No pruebe a jugar a la suerte con nosotros", le dijo Mírian Nogueras, portavoz de Junts, justo después de que Gabriel Rufián, portavoz de ERC, le pidiese "no jugársela".
El presidente se ha comprometido a cumplir lo pactado. Porque el pegamento de la mayoría de la investidura es el bloque que tiene enfrente. Contra él también se ha mostrado Sánchez, que no ha querido dejar la oportunidad de criticar al PP de forma indirecta y repasar el sistema parlamentario regente. Según ha recordado, la investidura es "el mecanismo" que dio la Constitución Española "para gobernarnos". "Dará a luz a un Gobierno legítimo y democrático, que estará limitado temporalmente", ha declarado Sánchez, que ha añadido que, en democracia, "los triunfos son limitados, al igual que la derrota". "Así es y así debe seguir siendo", ha puntualizado.
Tras anunciarse el resultado de la votación, su grupo -y los de Sumar- le han dedicado un sonoro aplauso durante varios minutos, al que ha respondido emocionándose. El PSOE, cuyos diputados cuentan el sufrimiento y el desgaste de la presión de los últimos días -no han sido pocos los señalados como "traidores" en las redes sociales o en carteles en los pueblos por su decisión- ha ido más allá al corearle "presidente, presidente". El presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se ha acercado a su escaño a felicitarle. Otros portavoces, salvo Santiago Abascal (Vox), han hecho lo propio.
Antes de abandonar el hemiciclo, Sánchez ha saludado con besos y abrazos a cada uno de los 121 diputados del PSOE que le han apoyado, así como a los representantes de Sumar que se han acercado a felicitarle. En la tribuna de invitados aplaudían emocionadas la esposa y la madre del presidente. Tras la votación, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha levantado la sesión dando por terminado este segundo debate de investidura de la legislatura, que ha consumido más de doce horas de parlamentarismo que han tenido de todo. Desde chascarrillos con citas de Antonio Machado hasta discursos como el de Vox, que ayer acusó a Sánchez de cometer un golpe de Estado.
Con todo, España vuelve a tener Gobierno con plenas funciones casi cuatro meses después de las elecciones del pasado 23 de julio. El PP fue el partido más votado en aquella cita electoral y, por ello, Feijóo intentó ser investido a finales del mes de septiembre. No obstante, logró un apoyo insuficiente, el que le brindaron Vox, UPN y Coalición Canaria, que hoy ha votado a favor de Pedro Sánchez. Francina Armengol se ha trasladado por la tarde hasta el Palacio de la Zarzuela para comunicar oficialmente al rey Felipe VI el resultado de la votación. En dicho espacio es en el que prometerá Sánchez su cargo. Después llegará el reparto de ministerios con Sumar y los nombres elegidos.
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