Nunca antes en España había habido tantas mujeres trabajando como en la actualidad. El empleo femenino alcanzó en octubre una cota récord en la serie histórica, al superar los 9,83 millones de mujeres ocupadas. Ellas representan el 47,25% del total de afiliados a la Seguridad Social. Sin embargo, su presencia no es uniforme en todos los sectores: las mujeres ocupan el 77% de los puestos en sanidad y servicios sociales, pero apenas el 11% en la construcción. Pese al avance del empleo femenino, las diferencias sectoriales persisten y también la disparidad de condiciones entre géneros. El 25,4% de las mujeres asalariadas tienen contratos a tiempo parcial, frente a un 11,6% entre los hombres.
En el último mes, la Seguridad Social ha ganado una media de 92.862 trabajadores con respecto a septiembre, de los cuales 86.876 han sido mujeres, según los datos de afiliación difundidos recientemente por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social. De este modo, la ocupación femenina concentró el 93,6% de los empleos creados en octubre, un mes que apenas sumó 5.985 nuevos trabajadores varones. Con este alza, la afiliación entre las mujeres ha superado por primera vez en España los 9,83 millones de trabajadoras —después de que ya en mayo y junio se sobrepasaran los 9,82 millones— y todo apunta a que el volumen podría seguir creciendo hasta final de año.
Tras la abrupta caída del empleo a causa del parón económico derivado de la pandemia durante el primer cuatrimestre de 2020, el mercado laboral español ha experimentado un avance progresivo. Aunque los primeros síntomas de desaceleración empiezan a ser patentes, el empleo se mantiene en cifras récord —con más de 20,8 millones de ocupados—, una vez recuperado el volumen de trabajadores precovid ya en 2021. Ese auge se ha traducido entre la población masculina en el regreso y sorpasso de los niveles de empleo anteriores a la crisis de 2008, cuando se superaban los 10 millones de trabajadores varones. Actualmente, el número de hombres afiliados a la Seguridad Social roza los 11 millones de ocupados, según el último dato de octubre, aunque en abril de 2020 llegó a bajar a los 9,8 millones.
En cambio, entre las mujeres el avance del empleo pospandemia ha supuesto batir récord tras récord en la serie histórica, ya que en el momento del pinchazo de la burbuja inmobiliaria apenas se superaban los 8 millones de mujeres empleadas. El dato llegó a derrumbarse por debajo de los 7,5 millones a inicios de 2013, si bien desde ahí experimentó una tendencia al alza hasta rondar los 9 millones de trabajadoras en 2019. La irrupción de la covid-19 supuso la destrucción de más de 300.000 empleos ocupados por mujeres, pero desde mediados de 2020 la afiliación femenina ha crecido un 12,2%. Solo en el último año, en comparación con octubre de 2022, el empleo ha avanzado un 3,2% entre las mujeres —un 2,1% entre los hombres—, con la creación de 304.855 puestos de trabajo.
Predominio en sanidad
El sector que concentra en España una mayor proporción de trabajadores es el comercio, que emplea a 3,3 millones de personas, de los cuales el 48,8% son mujeres y el 51,2% son hombres, según los datos de afiliación de octubre. Esa paridad no existe en todas las áreas. El sector en el que más presencia tienen las mujeres es el de la sanidad y servicios sociales, que es el segundo que más ocupadas aglutina —1,52 millones, una de cada seis—. El 76,9% del total de ocupados del sector sanitario son mujeres, frente a un 23,1% de hombres. Dentro de ese ámbito, por ejemplo, la diferencia es aun más pronunciada en el cuidado de mayores en centros residenciales, una actividad a la que se dedican en España 259.205 mujeres y 51.214 hombres.
También en el sector educativo el volumen de mujeres duplica al de hombres. En concreto, ocupa a 848.034 trabajadoras, que representan el 66,3% del total. La educación es precisamente uno de las actividades en las que más ha crecido el empleo en el último año. El número de afiliados dedicados a este ámbito ha crecido un 11,5% entre la población femenina en el último año, desde octubre de 2022, y un 10,1% entre la masculina. El caso opuesto al predominio de las mujeres en sanidad y educación se da en la construcción y la industria, que son, junto al comercio, aquellos en los que trabajan más hombres. La proporción de ocupadas en estos ámbitos apenas llega respectivamente al 11,2% y 13,3%.
Tras el comercio y las actividades sanitarias, el tercer sector que más mujeres concentra es la hostelería, que aglutina a cerca de 970.000 empleadas. En este caso, la proporción por géneros se acerca más a la paridad, ya que el 53,4% son trabajadoras. Sin embargo, solo el 14,3% de las mujeres dedicadas a la hostelería son autónomas, una proporción inferior a la de hombres, que llega al 21,4%. Lo mismo ocurre en el sector del comercio, en el que el 19,1% de las mujeres trabajan por cuenta propia, frente a un 25,8% de los hombres.
25,4% trabaja a tiempo parcial
La dedicación mayoritaria de las mujeres al cuidado de niños, ancianos y personas dependientes no solo se refleja en su preeminencia dentro del sector sanitario y de servicios sociales. Uno de los mayores lastres del empleo femenino es la parcialidad. Los datos de octubre de afiliación a la Seguridad Social muestran que una de cada cuatro mujeres trabajadoras por cuenta ajena está contratada a tiempo parcial, ya sea de forma indefinida (1,6 millones) o temporal (376.000). Entre los hombres, la proporción de empleados a tiempo parcial es menos de la mitad: apenas uno de cada nueve varones está contratado bajo esta fórmula.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que el 46,75% de las mujeres que trabajan a tiempo parcial lo hacen por no haber podido encontrar un empleo a jornada completa, al igual que el 51,1% de los hombres. No obstante, el segundo motivo principal entre la población femenina es el cuidado de niños, mayores o personas dependientes. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el tercer trimestre de 2023, casi 370.000 mujeres alegaron esta razón al ser preguntadas al respecto —18,9% del total de empleadas a tiempo parcial—, frente a unos 25.000 hombres que compartían la misma motivación. El empleo femenino avanza, pero sigue condicionado por obligaciones familiares dispares.
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