Para Antonio Banderas el teatro siempre ha sido su hogar. El actor ha asegurado que su deseo de actuar nació por este, y que el cine fue "un accidente de 125 películas". Así lo confesó recientemente en un coloquio junto a la actriz y directora teatral Alessandra García. 

Ambos, en el teatro del Soho de Málaga, recordaron los momentos más importantes de sus carreras para ayudar a inspirar a los asistentes de la charla, un grupo de jóvenes estudiantes. Así, Banderas confesó que para él, una obra de teatro es "un acto de civilización increíble" con "el poder de lo vivo" y "la posibilidad del fallo".

Según ha explicado Banderas, su amor por las artes escénicas nació "de un ataque al corazón", y recuerda el momento como "uno de los eventos más felices": "Es como si me hubiesen puesto unas gafas". Y es que, en 2017, el actor sufrió un infarto en Londres, un hecho que le cambió la vida para siempre y que le hizo replantearse todo. 

De acuerdo a las palabras del actor, lo que más recuerda de aquel instante fue cómo fue capaz de ver de manera clara "una especie de Ítaca" que le hizo sentir que debía volver a su casa. Durante el ataque al corazón, Banderas estaba seguro de que se moriría. De hecho, como así destacó el pasado viernes, sentía que le "faltaba el aire" y tenía "sudor frío". 

Aunque, por mucho que estuviera pasándolo mal, su mente no era realmente capaz de comprender lo que estaba ocurriendo. De hecho, como así ha asegurado: "Las cosas que venían a la cabeza eran tonterías, por ejemplo, cómo iba a quedar el Málaga el domingo".

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Ahora, seis años después de aquel incidente, Banderas está completamente centrado en su carrera como actor de teatro. Según ha confesado, el teatro será el único arte que quedará "como algo puro" tras la llegada de la inteligencia artificial: "Nadie sabe qué va a pasar con la inteligencia artificial, que en los próximos cinco años va a transformar nuestras vidas. A medida que crezca la tecnología, la gente mirará más el teatro, que quedará como algo puro, un arte de 3.000 años con una persona contando la historia de otra persona".

Continuando con su carrera, una de las muchas confesiones que hizo en el teatro de su Málaga natal fue cómo ha ido superando los "obstáculos ideológicos y a todos los niveles" que tenía sobre su profesión. Unos perjuicios que gracias a trabajar con Pedro Almodóvar fue superando. Del cineasta asegura que consiguió abrirle la mente, ya que él se había criado en "una familia con unas coordenadas específicas de comportamiento, católica aunque no completamente conservadora".

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Por ello, el comenzar a interpretar papeles de personajes homosexual al principio fue "muy complicado", porque afectaba a su "moral" y tenía miedo de ser juzgado. "Pensaba que mi madre me iba a matar cuando fuera al cine. Fue con una montaña de amigas a ver Laberinto de pasiones, que yo le había vendido como una comedia divertida, y cuando me vio morreándome con Imanol Arias...", ha asegurado el intérprete.

Y es que, como así ha querido destacar Antonio, gracias al papel del director se pudo hacer historia del cine en el país: "Todos empezamos a entender entonces que el mundo está lleno de gente diversa. Almodóvar fue un catalizador de aquellos problemas morales que el país tenía, e hizo mucho bien para que eso se normalizase".

Finalmente, Banderas quiso hacer una reflexión sobre qué debe de saber alguien que va al teatro. Y es que, como así destaca, "hay que escuchar y hay que tener una cierta paciencia", ya que con las "nuevas tecnologías" la gente tiende a no prestar atención.