El sector renovable duda de la utilidad de las ayudas públicas de la reforma eléctrica de la UE que tampoco irán a la nuclear española

Aerogeneradores y placas solares en un parque híbrido.
Aerogeneradores y placas solares en un parque híbrido.
EFE
Aerogeneradores y placas solares en un parque híbrido.

La reforma del mercado europeo de la electricidad que está a punto de rematar la UE contempla un nuevo mecanismo de subasta pública para la compra a largo plazo de electricidad de fuentes que no emitan CO2 que incluye precios garantizados para que nunca estén por debajo de mercado. Sin embargo, en un primer momento y antes del resultado final, el sector renovable español tiene sus dudas de que vaya a verse beneficiado por este pacto, de que vaya a ser mejor que el sistema de subasta existente ni que los contratos privados de compra, en los que España es líder en Europa. Por su parte, la batalla que libró y ganó Francia para poder destinar este esquema de ayudas a su parque nuclear no se trasladará tampoco al sector nuclear español que, salvo sorpresa, está abocado un cierre progresivo que se completará en 2035.

Un día después del acuerdo entre los gobiernos europeos y un día antes de que empiece la negociación final entre estos y el Parlamento Europeo, el sector renovable español se muestra mucho más contenido y cauto que el Gobierno acerca del beneficio que le reportará una reforma a la que no le ven demasiado alcance y de la que aseguran que solo Francia y Alemania han salido como claros beneficiados. París porque podrá ayudar a su parque nuclear y Berlín porque, como Polonia, ha conseguido poder apoyando hasta 2028 sus centrales eléctricas alimentadas con carbón como mecanismo de capacidad, para asegurar el suministro eléctrico.

Por lo que respecta a España y antes de conocer la letra pequeña de una reforma que todavía no está terminada, fuentes de los sectores renovable y nuclear ponen en duda que lo acordado este martes por los Veintisiete y la reforma que eventualmente se firmará con el Parlamento Europeo vaya a suponer un gran cambio para la generación eléctrica española.

La duda es si las nuevas subastas públicas y el esquema de ayudas estatales que incorporan los llamados Contratos por Diferencias (CfD) para garantizar a lo productores de electricidad que los precios nunca por debajo del mercado resultarán más atractivos que los contratos privados de compra (los llamados PPA), en los que además España es líder. Según la Unión Fotovoltaica, en 2022 se cerraron contratos privados por 3.200 MW, en particular de energía fotovoltaica, frente a los 76 MW que se asignaron en las de las subastas estatales.

Según fuentes de este sector, la duda tiene que ver no con el precio mínimo garantizado sino con que también habrá un precio máximo, para evitar que los productores tengan beneficios extraordinarios. Así y tal y como ocurre con las subastas, el precio mínimo en los CfD que contempla la reforma evitarán, por ejemplo, que el precio de la luz esté a cero euros en algunas horas del día, algo que ocurre ya en sábados y domingos, cuando hay mucha oferta y poca demanda eléctrica. Sin embargo, al fijar un precio máximo, tampoco se permitirán los picos puntuales que alcance la renovable en otros momentos del día. Según lo que figura en los mandatos del Consejo y del Parlamento europeo, de la misma manera de que el Estado pagará la diferencia entre el mercado y el precio mínimo pactado si este es superior, los productores tendrán que devolver la diferencia entre el precio máximo y el de mercado si este segundo es superior.

Este precio máximo y la obligación de devolver los ingresos excedentes cuando el precio de mercado supere un cierto límite es lo que genera dudas entre los productores de renovables, que temen que la cantidad devuelta durante determinadas horas del día haga que no compense las eventuales ganancias que en otras horas de menor precio puedan obtener por la existencia de un precio mínimo. 

De este modo, apuntan a los contratos privados como el instrumento que previsiblemente seguirán empleando las tecnologías más desarrolladas, eólica y fotovoltaica, mientras que los CfD quedarán para otras que lo estén tanto y necesiten respaldo estatal.

Nuclear francesa sí; española, no

Si el sector renovable -cuyas tecnologías verdes quiere potenciar al máximo la UE para producir electricidad- no ve mucho beneficio del a reforma, menos todavía lo hace el sector nuclear. En Francia es la principal fuente de generación eléctrica y por eso su gobierno ha luchado por que pueda tener ayudas de Estado, pero en España está abocado al cierre, con un calendario de clausura de centrales entre 2027 y 2035.

En este sentido, aunque el acuerdo del Consejo -y el Parlamento con más condiciones- permite que las nuevas inversiones para ampliar o repotenciar plantas nucleares ya existentes puedan beneficiarse de precios garantizados por el Estado, es una medida que dependerá después de la decisión de cada país con respecto a su mix energético.

No hay ninguna duda de Francia recurrirá a ello y tampoco de que el Gobierno no lo hará. Fuentes del sector nuclear no ven al Ministerio de Transición Ecológica convocando una subasta de electricidad a partir de energía nuclear.

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