El componente dañino de la purpurina que ha hecho que se prohíba su venta en Europa

Tarros de purpurina de colores.
Tarros de purpurina de colores.
ADRIENNE BRESNAHAN / GETTY IMAGES
Tarros de purpurina de colores.

Adiós a la purpurina. La Comisión Europea (CE) ha decidido -tras varios años estudiándolo- la prohibición de la venta de este producto decorativo que se utiliza en todo tipo de ámbitos: desde los más pequeños en los trabajos manuales de clase, hasta los jóvenes en el maquillaje para los looks de festivales o los diseñadores y profesionales de la moda en sus colecciones de ropa.

Esto se debe a que su composición se basa en microplásticos, unas partículas plásticas de menos de cinco milímetros que son insolubles y no pueden degradarse rápidamente, por lo que son perjudiciales en el medio ambiente.

Mediados de octubre

La prohibición de la venta de purpurina en polvo quedó zanjada el pasado lunes 25 de septiembre y se implantará a partir de 17 de octubre. Las primeras medidas contra su distribución empezarán a aplicarse cuando la restricción entre en vigor, dentro de 20 días.

Aun así, el Ejecutivo comunitario ha informado en un comunicado que se aplicarán excepciones y periodos de transición para que los afectados se adapten a las nuevas normas, en el caso de que estos estén "debidamente justificados".

42.000 toneladas

Esta restricción ha sido aprobada por la Comisión Europea y adoptada en el Reglamento de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas (REACH, en sus siglas en inglés). En líneas generales, este reglamento tiene como objetivo principal "mejorar la protección para la salud humana y el medio ambiente frente al riesgo que puede conllevar la fabricación, comercialización y uso de las sustancias y mezclas químicas", recoge en su informe oficial

Dentro de estas sustancias se encuentran los microplásticos, unas "partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que son orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación", define la CE, de los cuales se calcula que en la Unión Europea se liberan 42.000 toneladas cada año. Estos están "añadidos intencionadamente a los productos", por lo que las nuevas normas adoptadas "evitarán la liberación al medio ambiente de aproximadamente medio millón de toneladas de microplásticos".

Además, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) pidió a la CE que evaluara el riesgo que plantean los microplásticos añadidos intencionadamente a los productos para que se adoptasen ciertas restricciones. "Los comités científicos de la ECHA analizaron el caso y concluyeron que los microplásticos se liberan en el medio ambiente de manera incontrolada" por lo que recomendaron restringirlos, apuntan en el comunicado. 

El ecosistema marino es el más perjudicado

Los microplásticos son un motivo de preocupación en el medio ambiente ya que no se biodegradan y, por tanto, no pueden eliminarse. Los animales, entre los que destacan las especies marinas —tales como esponjas, los corales e incluso algunas ballenas y tiburones—, son los que más microplásticos acumulan porque los ingieren sin darse cuenta. El producto plástico se mezcla con el fitoplancton del que se alimentan muchos de ellos y entran en su sistema digestivo.

Pero no solo se encuentran los microplásticos en el ecosistema marino, también en "ecosistemas de agua dulce y en ecosistemas terrestres, así como en alimentos y en el agua potable", apunta el comunicado, que explica, a su vez, que esta liberación contribuye a "la contaminación permanente de ecosistemas y cadenas alimentarias". 

Imagen de un santuario de nacras (Pinna Nobilis) en el fondo del Mar Menor
Imagen de un santuario de nacras en el fondo del mar.
CARM / ARCHIVO

Por tanto, los microplásticos que recogen los animales en su cuerpo, llegan también al ser humano y se distribuyen por los órganos, tejidos y líquidos, destacando los pulmones, la sangra y la leche materna.

Es por ello que la exposición a microplásticos en estudios de laboratorio se ha vinculado, en resumen, a una "serie de efectos negativos (eco)tóxicos y físicos en los organismos vivos".

Reducir las emisiones en un 30%

El objetivo de esta medida es "reducir las emisiones de microplásticos intencionales de tantos productos como sea posible". Este propositivo está incluido en el informe de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pactados por los países miembros de la Comisión Europea y se recoge también en el Pacto Verde Europeo y en el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular.

En el 'Plan de Acción Contaminación Cero' —dentro del Plan de Acción para la Economía Circular— (2021) la Comisión estableció el objetivo de reducir la contaminación por microplásticos en un 30 % "de aquí a 2030".

"Como parte de estos esfuerzos, la Comisión está trabajando para reducir la contaminación por microplásticos procedente de residuos plásticos y basura, liberaciones accidentales e involuntarias (por ejemplo, pérdida de granza, degradación de los neumáticos o liberación a partir de la ropa), así como usos intencionados en productos", detallan en el informe.

Cosméticos, detergentes... también prohibidos

Aparte de la purpurina en polvo, hay un listado de productos que contienen microplásticos en su composición química y que, por tanto, se ven afectados por esta prohibición. Estos son: 

  • El material de relleno granular en superficies deportivas sintéticas.
  • Cosméticos en los que los microplásticos se emplean para usos múltiples como la exfoliación (microesferas)
  • Detergentes
  • Suavizantes
  • Fertilizantes
  • Productos fitosanitarios
  • Juguetes
  • Medicamentos
  • Productos sanitarios

Si bien, su prohibición de venta se aplicará tras un período transitorio más largo que el de la purpurina, "a fin de dar tiempo a las partes interesadas para adaptarse a las nuevas normas y buscar alternativas", explica la institución europea.

Por ejemplo, en el caso de cosméticos que no contengan microesferas, la prohibición de su venta se aplicará tras un período de 4 a 12 años, tal y como detallan en el informe. Esto dependerá de "la complejidad del producto, de la necesidad de reformulación y de la disponibilidad de alternativas adecuadas". En cuanto al material de relleno granular en superficies deportivas sintéticas, la CE informa de que su prohibición "se aplicará tras un período de ocho años a fin de dar a los propietarios y gestores de terrenos de juego el tiempo necesario para cambiar a otras alternativas y permitir que la mayoría de los terrenos deportivos existentes lleguen al final de su vida útil".

De los demás productos aún no se conoce el tiempo aproximado que tardarán en prohibirlos, por lo que habrá que esperar a los posteriores comunicados que la Comisión Europea publique en referencia a ello, y que, según han detallado, lo harán "antes de finales de 2023".

Productos que no se ven afectados

La prohibición de venta a productos que llevan microplásticos en su composición no se aplica a:

  • Productos que contienen microplásticos, pero no los liberan.
  • Productos en los que se puede reducir la liberación de microplásticos al mínimo: los materiales de construcción.
  • Productos utilizados en zonas industriales.
  • Productos ya regulados por otra legislación de la UE: algunos medicamentos, alimentos y piensos.
  • Productos a los que no se han añadido microplásticos intencionadamente, pero que los contienen de forma no intencionada: lodo o el compost.

Aunque queden extensos de la prohibición, sus fabricantes tendrán que notificar cada año a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) las emisiones estimadas de microplásticos de esos productos e idear diferentes procedimientos sobre cómo utilizar y eliminar el producto para reducir esta transmisión.

Años de debate

Esta decisión no ha surgido ni se ha pensado de un día para otro. En mayo de 2021, la Comisión ya adoptó el 'Plan de Acción de Contaminación Cero', con el que fijó el objetivo de reducir la contaminación por microplásticos en un 30% para 2030.

Asimismo, la ECHA expuso a la institución europea en tres ocasiones este expediente de restricción mediante una convocatoria de datos en 2018, la consulta sobre el expediente de restricción del anexo XV en 2019 y la consulta sobre el proyecto de dictamen del Comité de Análisis Socioeconómico en 2020 (julio-agosto).

Por ello, la CE elaboró esta propuesta de restricción que fue aprobada ya por los países de la UE y que ha superado con éxito el control del Parlamento Europeo y del Consejo antes de su adopción.

La alternativa: purpurina biodegradable

Aunque la prohibición de la purpurina ha preocupado a gran parte de la población, que han compartido su tristeza e incluso indignación a través de las redes sociales, no está todo perdido. Y es que existen alternativas a este 'brilli-brilli' que sí se pueden utilizar, puesto que no son perjudiciales para el medioambiente.

Una de ellas es la distribuida por el grupo de comparsas bilbaíno Pinpilinpauxa. Esta agrupación musical distribuyó más de 100 kilogramos de su propia purpurina biodegradable en la última celebración de Aste Nagusia (la Semana Grande de Bilbao), informa El Correo. Al ser 'La Pinpi', —denominada a sí por sus creadores— una purpurina que no daña al ecosistema se queda fuera de la medida aprobada por la Comisión Europea y puede seguir siendo utilizada.

"Nosotros ya nos adelantamos y decidimos cambiar la purpurina convencional por otra que no es contaminante. El cambio nos supuso un importante esfuerzo económico porque el precio es mayor, pero era necesario. Estamos muy concienciados con conservar el medioambiente", explicaron al medio citado, afirmado que están de acuerdo con la decisión de la prohibición de la que sí es perjudicial: "Nostros estamos muy cerca de la ría y nos preocupaba contaminarla".

Esta brillantina suele estar compuesta por materiales de origen vegetal, entre los que destacan los cristales de celulosa. De hecho, un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge ya diseñó en 2021 este producto. Definida como una "purpurina sostenible, no tóxica, vegana y biodegradable", las partículas por las que se compone están diseñadas para reflejar la luz, de modo que generan un brillo similar al de la purpurina, pero sin tener que emplear microplásticos para ello, recoge el estudio compartido en la revista Nature Materials.

Además, los cristales provienen de algas marinas y pigmentos minerales, por lo que este tipo de purpurina no contamina el medio ambiente, es biodegradable y, en el caso de llegar al mar, estaría regresando a su lugar de origen.

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