Casi un mes. Es el tiempo que tres menores tutelados por la Comunidad de Madrid han permanecido en paradero desconocido. Ha sido este martes cuando se ha producido el rescate por parte de varios agentes de la Policía Municipal y Nacional. Sus padres les habían mantenido retenidos durante casi un mes, después de no haberlos devuelto al centro de menores en el que residían tras una visita. Ambos están acusados, entre otros delitos, de sustracción de menores.

Las 21.00 horas del domingo 27 de agosto. Fue ese el momento en el que entró una llamada a las comisarías de la Policía Nacional. Provenía de un centro de menores situado en el distrito de Villa de Vallecas. Los trabajadores del lugar alertaban de que tres niños todavía no habían regresado.

Los tres menores, de 9, 4 y 2 años, habían pasado todo el fin de semana junto a su padre. La madre tenía prohibido visitarles debido a su toxicomanía, motivo por el que perdieron la tutela. 

Todo ello estaba establecido en el proceso de readaptación familiar al que estaban sujetos por haber perdido la tutela. Ya habían conseguido superar la primera y segunda fase del proceso. Estas establecen que las visitas deben realizarlas bajo vigilancia, en la etapa inicial, y que, luego, podían realizarlas saliendo del centro durante el día sin ningún control. La condición en esta segunda parte es que deben regresar por la noche. 

La familia se encontraba en la tercera, en la que se permite que pernocten con los progenitores. En el caso de estos tres niños, solo el padre estaba autorizado para realizar este tipo de visitas. Al haber incumplido el proceso al no devolver a los niños al centro de menores el domingo, lo más probable es que deban iniciar el proceso de nuevo. No obstante, se trata de una decisión que correrá a carga del juez que se haga cargo del caso.

Momento del rescate

Cuando llegó la denuncia de desaparición a la Policía Nacional, el propio día en el que se produjo la desaparición, según informan desde la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, comenzó la operación de rescate. Aunque los agentes sospechaban que los menores podrían estar en el domicilio en el que residían los padres, situado en la calle Antonio Antoranz, en Carabanchel, necesitaban una autorización judicial para poder entrar en este. Finalmente, la consiguieron este martes, 19 de septiembre.

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Fue ese momento en el que se personó la Policía Nacional y Municipal. Allí se encontraron al padre con actitud agresiva. Había colocado numerosos objetos para impedir el acceso de los agentes al domicilio. Llegó incluso a arrojar un líquido a la cara a uno de los policías.

Minutos después, los agentes detectaron que podría haber un colchón ardiendo dentro de la casa, por lo que decidieron entrar inmediatamente. Para ello, hicieron uso de un ariete, un arma que se utiliza para romper puertas. Una vez dentro, comprobaron que había apilados varios objetos, como sillas, que estaban en llamas, lo que provocó que fuese necesaria también la intervención de los bomberos.

Además, según ha detallado la vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, los padres "azuzaron un perro contra los agentes". Al detectar la presencia de este animal, los agentes tuvieron que pedir la asistencia del Servicio veterinario municipal de urgencias (Sevemur).

Tras el registro del domicilio, encontraron a los tres menores escondidos en la habitación más alejada de la entrada, en el interior de un armario empotrado. Al ser rescatados, fueron atendidos por efectivos del Samur-Protección Civil por inhalación de humo. Tras ello, fueron trasladados de vuelta al centro de tutela en el que residían por agentes del Grupo de Menores de la Policía Nacional (Grume).

Por su parte, los padres han sido detenidos como presuntos autores de un delito de sustracción de menores e incendio provocado. También están acusados de atentado contra la autoridad.