Es una de las especies de hormigas invasoras más peligrosas y feroces para humanos y fauna. La hormiga roja de fuego, Solenopsis invicta, ha llevado a gobiernos como el de Estados Unidos a invertir hasta 6.000 millones de dólares en su erradicación tras permanecer en el país desde hace unos 30 años llegada de Sudamérica y haber provocado la muerte de decenas de personas con su picadura. Y se sigue expandiendo. 

Hace unos días el CSIC publicaba un estudio en la revista Current Biology en el que alertaba del establecimiento en Europa de esta feroz hormiga hasta la isla italiana de Sicilia. Allí, un equipo internacional liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) ha hallado hasta 88 nidos de este insecto. Pero no era la primera vez que pisaba tierras europeas. 

La hormiga roja de fuego podría haber llegado a España en 2007, cuando una trabajadora de Málaga sufrió un shock anafiláctico o reacción alérgica fuerte por sus picaduras mientras trabajaba manipulando madera que había llegado desde Perú. Todo quedó en una anécdota. Ahora, los investigadores del CSIC apuntan a que su establecimiento en la Península Ibérica se podría dar en el año 2050. "Lo que no me explico es que llevando tanto tiempo en Estados Unidos haya tardado tanto en aparecer en Europa", comenta Alberto Tinaut, zoólogo, experto en estos insectos y profesor e investigador en la Universidad de Granada. Tinaut cree que el caso de 2007 podría ser un "error de identificación", pero también asegura que su llegada a España es muy factible. 

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"Hay dos sistemas principales de propagación de un hormiguero. El primero es por la propia reina ya fecundada que vuela. Tiene cierta capacidad de desplazamiento a distancia pero sería difícil. Luego hay otra forma más lenta cuando el propio hormiguero produce gemaciones y se va expandiendo más lentamente a través de la marcha, se desplaza andando por tierra", explica el zoólogo. Aunque la más factible y habitual es otra en la que interviene la mano humana. "Lugares como los invernaderos son vías de propagación por el transporte de macetas. Las hormigas se meten en la tierra y luego son llevadas a otros países, entrando por los puertos", sentencia Tinaut, que además avisa: "Hay que extremar la precaución en los grandes puertos del Mediterráneo. Las autoridades deberían incrementar los mecanismos de vigilancia de tierra que proceda de otro sitio". 

Su lugar favorito, la urbe

Tinaut, seguro de que acabará llegando a España, pone de manifiesto los lugares favoritos de esta especie, conocida por ser muy agresiva, depredadora y tener un potente veneno. "Todos aquellos terrenos alterados por el hombre como las zonas de cultivo, cunetas, urbanizaciones... son sus sitios preferidos. En estos sitios tienen una predominancia sobre otras especies existentes importantes ya que la fauna no es lo suficiente diversa", desgrana. "Donde el espacio es natural y la diversidad es alta parece como si esta se convirtiera en una barrera para la hormiga". 

Así, como ha venido ocurriendo en países como Estados Unidos, los hormigueros se podrían encontrar en praderas y lugares recreativos para el ser humano. "Nos afecta en los sitios que nos movemos, en lugares ya alterados". Además, Tinaut añade que, aparte de ser un peligro para el ser humano por su picadura y para la agricultura, también lo es para la fauna autóctona. "Pueden entrar en un nido de aves y matar las crías con su veneno. Tienen una efecto nocivo sobre la fauna", asevera. 

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En menos de un siglo, esta hormiga se ha establecido en gran parte de Estados Unidos, México, el Caribe, China, Taiwán y Australia, y solo ha podido ser erradicada en Nueva Zelanda. Desde el CSIC aseguran que 12 de las 19 especies que se encuentran identificadas como invasoras por la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) han provocado costes de hasta 46.000 millones de euros, de ellos, unos 9.400 millones se han gastado en su gestión o computan como pérdidas económicas por los daños que se han producido. La mayoría de este dinero invertido ha sido a causa de la presencia de la hormiga roja de fuego en EEUU y Australia.