Una investigación reciente publicada en la revista Current Biology ha descubierto 88 nidos de la hormiga roja de fuego ubicados cerca de la ciudad de Siracusa, en Sicilia (Italia). Esta especie exótica es catalogada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como preocupante en el conjunto de la Unión Europea. ¿Cuál es la amenaza que supone? 

"La hormiga roja importada (Solenopsis invicta) está clasificada como una de las peores especies exóticas invasoras a nivel mundial, impactando en los ecosistemas, la agricultura y la salud humana", detallan los autores del estudio. Es la primera vez que esta especie es detectada en el continente europeo y podría llegar a España. 

Gran capacidad de invasión

La hormiga roja de fuego es una especie invasora de Sudamérica que, además de afectar a los cultivos y ecosistemas, también puede tener consecuencias graves en la salud si nos pica. Y es que su picadura es muy dolorosa e irritante, pudiendo provocar un choque anafiláctico e incluso la muerte. 

Sin embargo, se ha expandido por otras zonas de América del Norte, Asia y Australia por su capacidad de invasión. Los expertos temen que pueda extenderse por Europa. "Los lugareños nos informaron sobre frecuentes picaduras de hormigas en el área desde, al menos, 2019, lo que sugiere una presencia prolongada de Solenopsis invicta que es coherente con la gran área invadida y la gran cantidad de nidos maduros", indican los investigadores. 

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El estudio revela que el 7% del territorio de Europa es apto para que se establezca esta especie. Una cifra que puede crecer por la crisis climática, apuntan los expertos de Meteored. "Además, descubrieron que el 50% de las ciudades europeas son vulnerables a la invasión, sobre todo las que tienen grandes puertos marítimos". 

Cuáles son los peligros

La hormiga roja de fuego ya se está propagando y, según recogen en el portal meteorológico, es cuestión de tiempo que se establezca en España.

Además de causar daños en los ecosistemas, estas hormigas pueden dañar las infraestructuras, carreteras, tierras de cultivo e incluso ser perjudicial para la fauna. "En todo el mundo causan daños por valor de miles de millones de dólares al año y puede ser muy difícil deshacerse de ellas", indican.