Los gatos de la raza cheetoh, una de las más recientes, tuvo sus inicios en 2001, cuando la criadora profesional Carol Drymon, con afijo Wind Haven Exotics, se propuso el objetivo de desarrollar una nueva raza de gatos de aspecto similar al de los félidos salvajes, pero con un carácter fuertemente orientado hacia la vida hogareña.
Para ello, Carol utilizó bengalíes, que proceden del cruce del gato salvaje de Bengala con gatos domésticos sin raza, y de ocicats, que a su vez proceden del cruce de siameses y abisinios.
Cheetah, o chita, es el nombre dado en inglés al guepardo, y ante la similitud física del patrón de manchas con los gatitos surgidos del cruce, la criadora escogió el nombre para bautizar a la nueva raza.
Tras más de un año y medio de investigación, la primera camada en mostrar el aspecto que la fundadora perseguía nació en 2003, dando lugar a esta raza que se encuentra reconocida en fase experimental por La Asociación Internacional del Gato (TICA), y totalmente reconocida por United Feline Organization (UFO), una asociación felina local centrada en Estados Unidos.
Tras la camada inicial, Carol Drymon solicitó la ayuda de otros criadores de renombre en todo Estados Unidos para que la ayudaran a establecer y fijar los estándares de la nueva raza. Mientras se mantiene el proceso abierto de reconocimiento, la fundadora y criadora es la única persona que puede asignar a otros interesados en criar cheetoh o a utilizar el nombre de la raza. Actualmente se admiten cinco colores en el estándar de los cheetoh.
Atrevidos, dependientes y muy activos
Aunque físicamente los gatos cheetoh poseen una apariencia muy similar a varias especies salvajes, con marcadas rosetas en una base clara, su carácter es profundamente afectuoso, confiado y dócil. La fundadora indica que los gatos cheetoh muestran una pronunciada dulzura hacia todos los miembros del hogar, sin tener un cuidador favorito. Son aptos para la convivencia con niños de todas las edades, otros gatos y animales presentes en la familia.
Son gatos de comportamiento activo, enérgicos y que necesitan una alta estimulación ambiental, por lo que no se recomiendan para quienes quieren un gato tranquilo que no exija grandes atenciones.
Otro detalle a destacar de los cheetoh es que pueden hacerse considerablemente grandes, más que los ejemplares de las dos razas utilizadas en su desarrollo, lo que aumenta la impresión inicial de estar ante un gato de procedencia salvaje.
Para ampliar información sobre los cheetoh, se puede contactar con La Asociación Internacional de Criadores de Cheetoh (TICBA en sus siglas en inglés). Sugerimos, sin embargo, que se valore la adopción responsable como alternativa para introducir un nuevo miembro felino en el hogar, acudiendo a los centros de recogida de animales donde podrán asesorar para encontrar al gato que más se adapte a nuestras necesidades y estilo de vida.
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