Así fue el macabro crimen de la Guardia Urbana que ahora estrena Netflix en una serie con Úrsula Corberó

Combo de Rosa Peral detenida y Úrsula Corberó en un fragmento de 'El cuerpo en llamas' de Netflix
Combo de Rosa Peral detenida y Úrsula Corberó en un fragmento de 'El cuerpo en llamas' de Netflix
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Combo de Rosa Peral detenida y Úrsula Corberó en un fragmento de 'El cuerpo en llamas' de Netflix

Diversos crímenes han sucedido en España a lo largo de los años, llegando algunos a acaparar gran parte de la atención pública por lo escabroso del mismo o los datos que van surgiendo de la investigación. Uno de los últimos casos más llamativos ocurrió en mayo de 2017, cuando los restos carbonizados de Pedro, un policía de Barcelona, aparecieron en el interior de un coche en un pantano.

El 'Crimen de la Guardia Urbana', nombre que adquirió el caso, consiguió despertar el interés de la sociedad española, sobre todo cuando las pesquisas comenzaron a desvelar todo un entramado de relaciones tóxicas y escándalos sexuales. 

El hallazgo y todo lo relacionado con él obtuvo tanta repercusión que, incluso, Netflix ha convertido esta historia real en una miniserie titulada El cuerpo en llamas, cuyo lanzamiento este viernes no ha estado exento de polémica.

La acusada Rosa Peral a 25 años de prisión y el acusado Albert López a 20.

Qué ocurrió

El 4 de mayo de 2017, una persona que había salido a correr por los alrededores del pantano de Foix, en Barcelona, se encontró algo inesperado: un coche calcinado. Dentro del maletero se localizaba el cuerpo sin vida de Pedro Rodríguez, un agente de la Unidad de Tráfico de la Guardia Urbana de 38 años.

Sin embargo, al principio fue difícil identificar de quién era el cuerpo, ya que estaba totalmente carbonizado. Fueron los Mossos d'Esquadra quienes descubrieron el cadáver, con la única pista de que el fallecido tenía tornillos con una numeración en la espalda, colocados en una operación quirúrgica.

Tras averiguar de quién se trataba, los agentes comenzaron a llamar al entorno de Pedro, quien se encontraba de baja y un tiempo antes había sido suspendido de empleo y sueldo tras haber agredido a un motorista que se había saltado un control.

Albert López y Rosa Peral.

Así, consiguieron dar con Patricia, su exmujer y madre de su hijo. Preocupada, la mujer advirtió de que Pedro debía haber visto al pequeño en esas fechas pero no se había presentado, algo raro en él ya que nunca había faltado a una de las citas.

Entonces fue cuando Patricia señaló que su exmarido tenía una nueva relación con otra mujer. Se trataba de Rosa Peral, un nombre que no resultó desconocido para los agentes por el caso de la 'pornovenganza', un escándalo que sacudió a su entorno de trabajo.

Los principales implicados

Los investigadores establecieron como sospechosos de haber cometido el asesinato a la pareja de Pedro, Rosa Peral, y el amante de esta, Albert López. Pero no solo se trataban de la pareja y su amante, sino que ambos eran también compañeros de la víctima en la Guardia Urbana, donde ya se conocía el nombre de Rosa Peral.

Y es que en 2008 se filtró desde su ordenador una fotografía suya en la que salía manteniendo relaciones sexuales con su subinspector. Según Rosa, éste había difundido la imagen como acto de venganza después de que ella le dejara, por lo que interpuso una denuncia. No obstante, al final, el hombre fue absuelto al no poder demostrarse el autor del envío masivo de la foto íntima.

Pero esta razón no era la única por la que el Crimen de la Guardia Urbana recibió tanta atención mediática. Rosa, además de la denuncia a su superior, también fue investigada, junto a Albert López por la muerte de un vendedor ambulante en agosto de 2014. Un juzgado acabó absolviendo a los dos imputados, pues consideró que el fallecimiento había sido accidental.

En 2017, Rosa Peral tenía 36 años y era la pareja de Pedro Rodríguez, con quien vivía en Vilanova i la Geltrú. Estaba divorciada del padre de sus dos hijas, que también vivían con ella, Rubén Carbo, compañero asimismo de ambos en el cuerpo policial.

El divorcio había sido el punto final a una relación llena de infidelidades por parte de Rosa. De hecho, una de las aventuras fue con Albert, muchos años antes de que cometieran el crimen y con el que volvió a mantener una relación secreta estando con Pedro.

Este triángulo amoroso fue lo que acabó con la vida de Pedro Rodríguez y el encarcelamiento de Rosa Peral y Albert López, cuyo juicio fue igual de inverosímil que la historia que protagonizaron.

Versiones de cada uno

El juicio con jurado popular arrancó el 3 de febrero de 2020, a principios de la pandemia del covid-19. Rosa Peral y Albert López habían sido detenidos pocos días después de identificar el cadáver y estaban acusados de haber matado a Pedro Rodríguez durante la madrugada del 1 de mayo de 2017, así como de haber escondido el cadáver en el interior de su coche y haberlo llevado hasta el pantano, donde lo quemaron.

Unas semanas antes del suceso, Albert le preguntó a un compañero cómo se desharía de un cadáver sin dejar pruebas, a lo que el colega le contestó que lo llevaría a una zona aislada y le prendería fuego dentro del maletero de un coche. "Y así fue como sucedió", señala la sentencia que los inculpó.

Según la fiscalía, los amantes asesinaron a Pedro de forma premeditada, puesto que pretendían retomar la relación deshaciéndose de la pareja de ella. Así, el fiscal del caso, Félix Martín, describió el crimen como una "diabólica y perversa prueba de amor" entre ambos condenados. 

Durante el juicio, Rosa y Albert se acusaron mutuamente en todo momento. Ella le acusaba a él de haber matado a su novio por celos, mientras que él la acusaba a ella de haberlo asesinado porque la había agredido de forma física. Además, Albert sostuvo que ella le pidió ayuda para deshacerse del cuerpo.

Rosa siempre mantuvo que era inocente y hasta se declaró "incapaz de matar a nadie", tal como reiteró en la vista de apelación. Para tratar de desmontar el veredicto del jurado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Albert indicó que aquella noche llegó a la casa familiar de Peral cuando su pareja ya había muerto.

Así, alegó su error había sido "callar" y encubrir el crimen. Según narró. cuando entró en el inmueble se había encontrado ante un "escenario post-violencia de género" que había derivado en "violencia doméstica", aunque Rosa no coincide con lo relatado por su amante.

Peral manifestó que era una "víctima", puesto que ella quería a Pedro y se iban a casar y tener un bebé. Asimismo, defendía que apenas habían pruebas determinantes contra ella, que no era capaz de matar. Por tanto, atribuyó el asesinado a López.

Finalmente, ocho de los diez miembros del jurado consideraron culpables a ambos. De este modo, sostuvieron que ambos crearon un plan para matar a la víctima: primero le habrían dado un golpe mientras dormía para luego usar su móvil, fingiendo que Pedro seguía vivo, y trasladar el cuerpo hasta las inmediaciones de la casa del exmarido de Rosa con el propósito de involucrarle.

Rosa Peral y Albert López fueron condenados a 25 y 20 años de cárcel, respectivamente, por asesinato con traición con el agravante de parentesco en el caso de ella, y debían indemnizar a la familia de la víctima con 885.000 euros. Ambos recurrieron la sentencia, sin éxito.

Tanto el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña como el Tribunal Supremo la ratificaron. Sobre la versión contradictoria de los acusados, el Supremo avaló que "actuaron de manera concertada a la hora de poner fin a la vida de la víctima, con independencia de que fuera solo uno o ambos el ejecutor material".

Intento de frenar su estreno en Netflix

El Crimen de la Guardia Urbana ha llegado este viernes a Netflix bajo el nombre de 'El cuerpo en llamas'. Además, también estará disponible 'Las cintas de Rosa Peral', un documental centrado en la pareja del agente asesinado y tendrá testimonios de la propia condenada desde prisión.

Ahora bien, este estreno no ha sido aplaudido por los involucrados, especialmente por Rosa, quien llegó a pedir al juzgado de primera instancia número 54 de Barcelona la paralización de la difusión de la serie. 

El juzgado recibió la semana pasada la petición de medidas cautelares instada por Rosa Peral en el marco de una demanda que presentó también contra la productora por el derecho al honor. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya inadmitió la petición.

Según informó el TSJC en un comunicado, se ha inadmitido la petición de medidas cautelares por falta de competencia, ya que esta corresponde al partido judicial de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), que es donde se encontraba antes de su ingreso a prisión.

Pero en Vilanova, tras hacerse cargo del caso, también lo rechazaron. La magistrada del juzgado 6 de Vilanova i la Geltrú desestimó la petición de paralizar el estreno al considerar que si bien la medida solicitada reviste indudablemente el carácter de urgente, la petición no respeta los presupuestos formales establecidos en el artículo 728 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC)". En concreto, "el deber de prestar caución". 

Ante esto, la abogada de Rosa Peral, Nuria González, ha criticado la resolución. "Se están riendo a nuestra cara", ha asegurado en una entrevista en Catalunya Ràdio, en la que ha criticado que la magistrada "haya rechazado tutelar el derecho a la intimidad de Peral y sus hijas porque ella no ha puesto un dinero que no puede tener porque hace tres años que no trabaja".

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