"Yo estoy aquí, ni más ni menos que por tontoelbote. Mi única culpa fue ser eso, un tontoelbote". Así terminaba Albert López su declaración en el juicio que acabó condenándolo, junto a su examante Rosa Peral, a cumplir 20 años de cárcel por el asesinato con alevosía del agente Pedro Rodríguez.
Ninguno de los dos reconoció los hechos, llevados a la ficción televisiva por Netflix en la serie El cuerpo en llamas, hasta este martes, cuando López reconocía ante la junta de tratamiento de la prisión de Quatre Camins de Barcelona, donde cumple su condena, todos los hechos que se le imputaron hace ya siete años, es decir, el asesinato del novio de Rosa Peral.
El crimen
La historia de este crimen no se entiende sin las relaciones que mantenían los acusados y el asesinado. Se trataba de un triángulo amoroso, en el que, a ratos, fueron más de tres.
El protagonista, o más bien, la víctima, fue Pedro Rodríguez, agente de la Unidad de Tráfico de la Guardia Urbana. Su cuerpo apareció el 4 de mayo de 2017 calcinado en el maletero de un coche, que también estaba hecho cenizas. Estas circunstancias hicieron muy difícil la identificación del cuerpo, que de no haber sido por unos tornillos que sobrevivieron a la quema, y que pertenecían a Pedro, que acababa de someterse a una cirugía de espalda, no hubiera quedado rastro de él.
Con esta prueba, comenzaron a tirar del hilo, como solo los policías saben hacer, y desentrañaron las complejas relaciones que existían entre Rosa Peral, que en aquel momento mantenía una relación muy reciente con Pedro, y que a su vez seguía viéndose con Albert, que había sido amante suyo durante su matrimonio anterior.
¿Quién es Albert?
La Guardia Urbana ya llevaba un tiempo en el foco mediático cuando ocurrió el crimen de Pedro. El caso de la Porno Venganza, en el que Rosa Peral había sido la principal afectada tras difundirse fotografías íntimas suyas por todo el grupo de policías, estuvo en boca de todos hasta que el principal acusado de difundir sus imágenes fue absuelto por falta de pruebas.
Años después, en agosto de 2014, fue uno de los protagonistas de esta historia, Albert López, quien se vio afectado por una polémica, tras la muerte de un vendedor ambulante en agosto de 2014. La investigación apuntaba a que este podría haberle empujado colina abajo, provocando su muerte. Rosa declaró haber sido testigo del suceso y exculpó a Albert, y el juicio les absolvió, considerando aquello como un fallecimiento accidental.
Además, durante el juicio que acabo con la condena de Albert y Rosa, uno de sus excompañeros de la Guardia Urbana, declaró que semanas antes del suceso, Albert le había preguntado cómo se desharía de un cadáver sin dejar pruebas, a lo que el colega le contestó que lo llevaría a una zona aislada y le prendería fuego dentro del maletero de un coche. Así es como sucedió. ¿Casualidad? La fiscalía no lo cree.
Comentarios