'Karoshi' o muerte por trabajo, ¿prefieres tu jornada laboral o un apocalipsis zombi?

Muerte por trabajo, ¿prefieres tu jornada laboral o un apocalipsis zombi?
Muerte por trabajo, ¿prefieres tu jornada laboral o un apocalipsis zombi?
Muerte por trabajo, ¿prefieres tu jornada laboral o un apocalipsis zombi?
Muerte por trabajo, ¿prefieres tu jornada laboral o un apocalipsis zombi?

A muy poca gente le gusta tener obligaciones laborales. Hay pocos afortunados que disfruten de su horario de 8 horas, cinco días a la semana, y luego les quede suficiente energía como para tener vida social, ir al gimnasio o, simplemente, ser felices. Así suele ser la dinámica española más común: los jueves saboreas el momento porque llega el viernes; el viernes degustas la libertad del fin de semana que se aproxima; el sábado vas a lo loco de fiesta o agradeces un momento de rélax en casa, el denominado Netflix & chill; y el domingo es de llorar. Aquellos que se han ido de fiesta pueden tener una resaca de mil demonios y los que han estado relajados el sábado puede que se levanten mejor, pero ambos van a llegar a la misma conclusión: al día siguiente es lunes. Los lunes no molan. Los lunes no deberían existir. Nos sale el instinto Garfield. ¿Todo por qué? Porque hay que currar. Y sí, la sensación es mortal. Bueno… para muchos es mortal, literalmente.

Hay iniciativas actuales proponiendo jornadas laborales de cuatro días o distribuir la carga de trabajo en jornadas presenciales y otras teletrabajando. Cada empresa es un mundo y, para bien o para mal, cada trabajador se tendrá que amoldar a las directrices que le impongan. Puede que no te guste el horario, el jefe, los compañeros, o directamente todo lo anterior, y está claro que estos factores pueden aumentar los niveles de estrés a cotas inimaginables desembocando en nada bueno. Hay casos serios de bajas por depresión, por estrés laboral o por exceso de trabajo. Ha llegado a tal nivel en ciertas partes del mundo, como en los países orientales, que en Japón, por ejemplo, hay un término acuñado a la muerte por exceso de trabajo, karoshi, en China se le denomina guolaosi, o en Corea del Sur gwarosa .

Sí, la explotación laboral desgraciadamente es una tónica general en muchísimas empresas, pero se tienen que dar casos extremos en muchos trabajadores para que llegue a un nivel tan brutal como para acuñarle una palabra específica. ¿Qué condiciones son necesarias para que hablemos de karoshi? ¿A qué punto tiene que llegar la carga de trabajo para que podamos catalogarlo como guolaosi? ¿Estás sufriendo tú gwarosa?

Muerte por exceso de trabajo

Las causas médicas más comunes de las muertes por karoshi son los infartos de miocardio y los derrames cerebrales debidos al estrés y a la desnutrición o el ayuno. El estrés mental del lugar de trabajo también puede hacer que los trabajadores se suiciden en un fenómeno conocido como karōjisatsu.

En Japón el primer caso de karoshi fue registrado sucedió en 1969 con la muerte por apoplejía de un trabajador del departamento de envíos de la mayor empresa del país, de 29 años y casado. Aunque se crea que sólo afecta de forma directa a los trabajadores explotados, en un informe de 1988 publicado por la Red de la Línea Directa de Karoshi, la mayoría de los clientes que consultaban no eran los propios trabajadores, sino las esposas de aquellos que habían muerto a causa del karoshi o corrían un alto riesgo de hacerlo, lo que indicaba que quienes estaban estresados por el trabajo no se daban cuenta de que la causa era el exceso de trabajo o sufrían presiones sociales para no expresarlo explícitamente o para no buscar ayuda.

De entre la larga lista de posibles causas de estrés laboral se sitúan trabajar toda la noche, a altas horas de la madrugada o en días festivos, con horarios largos y excesivos; reducción del número de empleados pero no de la cantidad total de trabajo; estrés debido a la impotencia por no poder alcanzar los objetivos fijados por la empresa; dimisiones forzadas, despidos e intimidaciones, por ejemplo, a empleados que trabajaban para una empresa desde hacía muchos años de forma leal por la necesidad de hacer recortes de personal… Y un largo etcétera.

En este estudio la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han aportado pruebas suficientes de la existencia de un mayor riesgo de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular entre las personas que trabajan muchas horas (≥55 horas/semana), en comparación con las personas que trabajan un horario normal (35-40 horas/semana). En 2016, en torno a 488 millones de personas estaban expuestas a trabajar más de 55 horas por semana. Se estima que 745.000 muertes por cardiopatía isquémica e ictus combinados fueron atribuibles a esta exposición. Las fracciones atribuibles a la población para las muertes fueron del 3,7% para la cardiopatía isquémica y del 6,9% para el ictus.

El estudio llega a la conclusión de que la exposición a largas jornadas laborales es frecuente y causa grandes cargas atribuibles de cardiopatía isquémica e ictus. La única manera de poder evitar estos trágicos desenlaces es de fomentar la protección y la promoción de la seguridad y la salud en el trabajo mediante intervenciones para reducir las peligrosas jornadas laborales prolongadas.

¿Apocalipsis zombi o ir a trabajar?

La figura de persona asalariada con familia que no tiene tiempo para absolutamente nada, excepto para trabajar, ha sido explotada en muchas creaciones de ficción de la cultura japonesa, destacando especialmente el padre de Shin Chan, Hiroshi Nohara, cuyo único placer era llegar a las tantas de la noche a su casa, siempre operativa por su mujer Misae, y tomarse una cerveza fresquita. La serie muestra la vida de una familia de clase media-baja (ojalá tener esa casa siendo de clase media-baja) donde Hiroshi únicamente tiene un día libre a la semana, los domingos. Los demás días trabaja de sol a sol en la oficina, y a veces en casa a destajo, para cumplir con las exigentes expectativas de la empresa. Muchas veces se puede contemplar que el nivel de hastío y agotamiento que tiene por trabajar tantas horas y tal intensidad es equiparable a la vida de su mujer, que se tiene que hacer cargo de las tareas domésticas y de la crianza de sus dos hijos, Shinnosuke e Himawari. Dos bombas de relojería que a la mínima la lían.

Hiroshi Nohara trabajando de noche en la serie de Shin Chan.
Hiroshi Nohara trabajando de noche en la serie de Shin Chan.
CAPTURA

Estos niveles de estrés debido al trabajo se pueden ver reflejados también en obras que a priori pueden resultar una exageración, pero que seguramente, si preguntas a varios trabajadores, se plantearían seriamente vivirlas. Por ejemplo, Netflix ha estrenado el anime Zom 100, que precisamente cuenta la vida de un joven que se adentra en el mundo laboral nipón como un asalariado más en una oficina. Al inicio está emocionadísimo, pero pronto se da cuenta de que la vida de currante ultraexplotado no es lo que esperaba. Trabajar nueve horas, cenar y seguir trabajando toda la noche. Incluso hacer eso días seguidos como tónica general y que los empleados lo vean normal. Si no puedes llevar ese ritmo tus superiores te tachan de débil y flojo. A pesar de que la serie tiene un tono de comedia, mostrando por ejemplo una competición de cuántas horas extra llevan sin cobrar los empleados o a ver cuáles de ellos son los primeros en orinar sangre por el estrés, no deja de ser el reflejo de una sociedad. Todo esto cambia cuando, de repente, ocurre un apocalipsis zombi. La humanidad está siendo completamente arrasada por hordas de no muertos y el protagonista de la obra, en vez de preocuparse por la situación, lo primero que piensa aliviado es "no tengo que ir a trabajar".

La serie usa un aspecto tan oscuro de la sociedad japonesa a su favor como un recurso cómico, el problema real es que el karoshi sigue ahí, con un montón de asalariados de sol a sol, metiendo horas como si no hubiera un mañana, día sí, día también. Por eso, aunque esta serie sea una exageración, seguro que si a más de uno de estos trabajadores le preguntasen qué prefieren, si ir a trabajar o que el mundo tal y como lo conocemos se fuera al traste, la respuesta sería la del protagonista del anime. 

Zom 100: Bucket List of the Dead.
Zom 100: Bucket List of the Dead.
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