Santa Olalla, la laguna más grande de Doñana, se seca por segundo año consecutivo

Imagen aérea de la laguna de Santa Olalla el 9 de agosto de 2023.
Imagen aérea de la laguna de Santa Olalla el 9 de agosto de 2023.
Carlos Ruiz-CSIC
Imagen aérea de la laguna de Santa Olalla el 9 de agosto de 2023.

Santa Olalla, la laguna más grande de Doñana, se ha secado por completo por segundo año consecutivo, según ha informado la Infraestructura Científica y Técnica Singular (ICTS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Hace unos días, una cámara de seguimiento mostró una imagen que hasta hace dos años era inédita: la completa desecación de la laguna. 

El Parque Nacional de Doñana fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1994 por su variedad de ecosistemas y su gran diversidad de especies, lo que lo convierten en "un enclave único en Europa", según detalla el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Sin embargo, en los últimos años, las lagunas de Doñana han sufrido un continuo deterioro que cada vez reduce más su periodo de inundación, evitando que muchas de ellas puedan inundarse por completo.

Los niveles no mejoran

Ahora, la La ICTS – Reserva Biológica de Doñana, a través del Programa de Seguimiento, ha constatado que el ciclo hidrológico 2021-22 ha sido el que ha mostrado los niveles de precipitación más bajos de los últimos diez años (283mm). En el año actual, como consecuencia de las altas temperaturas, los valores apenas han mejorado.

Un estudio de la Estación Biológica de Doñana, con los datos recopilados durante 40 años, ha asegurado que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana ya han desaparecido. La estación relaciona estos datos con las altas temperaturas y las bajas precipitaciones, así como con la sobreexplotación del acuífero que alimenta este sistema lagunar.

Además, también señala que el 19% de las lagunas que aún se mantienen tienen más de la mitad de su cubeta invadida por matorral y pinos y solamente un 10%, principalmente localizadas en la vera, se mantienen en buen estado.

Un ecosistema en peligro

La mayoría de las lagunas de Doñana son temporales, y se inundan gracias al agua del acuífero que, cuando se recarga con las lluvias, alcanza el nivel de superficie. Sin embargo, en la última década no se han producido grandes precipitaciones, por lo que se ha reducido la recarga del acuífero y no se ha podido contrarrestar la necesidad de agua para el consumo y cultivo de la población de Matalascañas.

Las lagunas permanentes, que mantienen agua todo el año y que cada vez son más escasas, eran tres hasta este año: Santa Olalla, la laguna Dulce y la del Sopetón. Ahora, la única que se podía seguir considerando permanente era Santa Olalla que, por su completa desecación, podría perder gran parte de su biodiversidad, lo que ya pasó en 2022, cuando sufrió la muerte de sus anguilas.

Por ello, desde la Estación Biológica de Doñana, se demanda la reducción urgente de la cantidad total de agua que se extrae del acuífero hasta unos niveles que permitan la recuperación del sistema lagunar y frenar la degradación del espacio natural. También proponen actualizar el sistema de evaluación del acuífero, restablecer la gobernanza de gestión del agua, proteger al sector agrícola e instaurar la Comisión de Trabajo Doñana 2030, aprobada por el Consejo de Participación del parque.

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