En la noche del pasado miércoles un grupo de soldados apareció en la televisión nacional de Níger y anunciaron la destitución del presidente Mohamed Bazoum. Un golpe de Estado. Miembros de la guardia presidencial retuvieron al mandatario dentro del palacio presidencial, bloquearon las entradas a los ministerios y cerraron las fronteras del país. Luego, nombraron jefe de Estado al general Abdourrahmane Tiani.
Bazoum, que fue profesor de filosofía, era el presidente electo de Níger tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas en febrero de 2021, que ganó al frente del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo. Sustituyó a Mahamadou Issoufou, que fue presidente del país desde 2011.
Pero lo más importante: desde la independencia de Níger en 1960, Bazoum era el primer dirigente electo que sucedía a otro. Desde aquel año, el país ha vivido cuatro golpes de Estado (y varios intentos frustrados). La normalidad que se creía haber alcanzado ya se ha truncado.
Lo de Níger podría ser un golpe de Estado más, de un país africano más, de una nación pobre más. Pero algo tiene este caso para que el levantamiento militar haya sorprendido y alertado en Occidente. ¿Qué hay en Níger para que la Unión Europea y Estados Unidos presencien los acontecimientos con profunda preocupación?
Un freno al yihadismo
Níger es una parte clave de la región africana del Sahel, un cinturón de tierra que se extiende desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo. La zona está plagada de yihadistas y acosada por regímenes militares donde levantamientos y asonadas se suceden año tras año. En ese contexto, Níger era el mayor aliado de Occidente en la región.
El Níger de Bazoum se ha visto como un baluarte contra esos desórdenes y la expansión de la influencia rusa en la región. De hecho, alberga bases militares francesas (Francia tiene allí 1.500 soldados) y estadounidenses. En esa línea, al gobierno destituido se le consideraba un socio clave en la lucha contra el yihadismo armado.
En EE UU, el Departamento de Estado describía a Níger como "importante como eje para la estabilidad en el Sahel" y "un socio fiable en la lucha antiterrorista" contra diversos grupos islamistas vinculados al Estado Islámico o a Al Qaeda. Por eso, el Secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, ha pedido la liberación inmediata del presidente Bazoum.
Y a la inmigración
En menor medida, a Europa le importaba la continuidad del presidente Bazoum porque ha colaborado a detener, o al menos a ordenar, el flujo de migrantes a través del Mediterráneo. Ha llegado a aceptar recuperar a cientos de migrantes de los centros de detención de Libia.
Además, hasta ahora, Níger ha sido un punto de tránsito clave de los traficantes de personas entre otros países de África Occidental y los situados más al norte. Bazoum también había tomado medidas contra ese tráfico.
La Francia nuclear necesita uranio
El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió el viernes que el golpe de Estado en Níger era "profundamente peligroso" para el país y la región, y urgió a la liberación del presidente Bazoum. "Francia condena absolutamente y con total firmeza el golpe de Estado contra un dirigente elegido democráticamente", declaró desde Papúa Nueva Guinea.
Francia "no reconoce a las autoridades resultantes del golpe de Estado dirigido por el general Tchiani", aseguraba un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores francés. Pero, ¿por qué lo de Níger preocupa tanto a Macron? Uranio, la explicación está en el uranio.
Francia cuenta con 19 centrales nucleares que suman 56 reactores. En tiempos normales, es el segundo productor de electricidad nuclear del mundo (aunque el año pasado, 32 de esos reactores estaban parados por problemas de corrosión y mantenimiento). Además, el Gobierno francés anunció en 2022 la construcción de hasta 14 nuevos reactores nucleares y que prolongaba la vida de los existentes.
¿Y dónde hay uranio?
En 2020, la energía nuclear representó el 67% de la producción total de electricidad francesa. Francia es el estado de la Unión Europea en el que más electricidad se genera a través de uranio. El país depende de la energía nuclear, o sea, del uranio. Y en Francia no hay uranio.
Pero en Niger, sí. El país africano produce el 7% de todo el suministro mundial de este metal radiactivo y es el tercer productor mundial. En el desierto de Níger están algunas de las mayores reservas del mundo de uranio. Su explotación supone para el país el 31% de sus ingresos por exportaciones.
Vítores a Rusia y a Putin
Sin embargo, el nivel de vida de los nigerinos es uno de los más bajos del mundo. A pocos les llegan los beneficios de la venta del uranio, de modo que la economía de Níger está basada en el pastoreo y la agricultura.
Por eso, este domingo, en una manifestación en torno a la Embajada francesa en la capital de Níger, centenares de personas vitoreaban a Rusia y a Vladimir Putin, al tiempo que lanzaban eslóganes contra Francia. Algunos hasta apedrearon la misión diplomática y prendieron fuego a una de sus entradas.
¿Más ruido de sables?
Macron ha respondido asegurando que "no tolerará ningún ataque contra Francia y sus intereses" y que París "responderá inmediatamente" a cualquier acto de violencia contra "los ciudadanos franceses, el Ejército, los diplomáticos y los derechos de paso franceses". Francia, antigua potencia colonial, y la Unión Europea han suspendido la cooperación en materia de seguridad y la ayuda financiera.
Enfrente, los militares nigerinos que derrocaron a Bazoum han acusado a Francia de querer "intervenir militarmente" para restituirle en el cargo. De momento, los líderes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, reunidos en una cumbre extraordinaria este domingo en la vecina Nigeria, han amenazado a los golpistas con una intervención militar si no reponen al presidente.
¿Y qué hace aquí el grupo Wagner?
La única voz a favor de golpe de Estado ha sido la del líder del grupo ruso Wagner, que al parecer lo ha calificado de triunfo. "Lo que ha ocurrido en Níger no es más que la lucha del pueblo nigerino contra sus colonizadores", ha declarado Yevgueny Prigozhin en un canal de Telegram afiliado a Wagner, aunque sus comentarios no han sido verificados de forma independiente.
Se considera que los mercenarios de Wagner, activos en otros lugares de la región del Sahel, ejercen su influencia en Níger. Ya se deja sentir en Malí y en Burkina Faso. Ante estos países, Rusia se presenta como una alternativa a Francia para darles estabilidad. De ese modo, Moscú gana influencia en África y votos en la ONU, cuando, por ejemplo, toca votar o condenar la invasión rusa de Ucrania.
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