Por qué Putin no puede vivir sin el Grupo Wagner: "Hacen el trabajo sucio para que el Kremlin pueda negar su participación"

Vladimir Putin y Yevgueni Prigozhin, líder de Wagner.
Vladimir Putin y Yevgueni Prigozhin, líder de Wagner.
Carlos Gámez
Vladimir Putin y Yevgueni Prigozhin, líder de Wagner.

La historia de desamor entre el Kremlin y el Grupo Wagner parece cada día mas cerca de la reconciliación. Y como suele suceder, lo hace a bombo y platillo. "Acérrimos partidarios de Putin", "soldados del comandante en jefe" o "luchadores por la patria" son algunas de las autodefiniciones que los mercenarios de Wagner hicieron el pasado 29 de junio en una reunión secreta con Putin en Moscú. Ocurría tan solo cinco días después de la insurrección armada en la que se habían hecho con el control de una ciudad rusa. Desde entonces, Putin ha pasado de acusarlos de traición a reconocer un encuentro de tres horas con los comandantes de la compañía de mercenarios. Los intereses del Kremlin por mantener a esta compañía supera al desafío a su liderazgo que supone una insubordinación armada.

El portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, reconoció el lunes que en la reunión también participó el líder de la organización, Yevgueni Prigozhin, pese a que habían asegurado que se encontraba en Bielorrusia. Según el Kremlin, "los propios comandantes dieron su versión de lo sucedido el 24 de junio y destacaron ser acérrimos partidarios y soldados del jefe de Estado y del comandante en jefe". Además, reconocieron "estar dispuestos a seguir luchando por la patria", en referencia a la oferta hecha por Putin de integrarse en el Ejército de la Federación Rusa.

Aunque el Ministerio de Defensa ruso ha absorbido en sus filas a los grupos militares privados en Ucrania, el Kremlin sigue necesitando a este grupo en otros lugares como Siria, Libia o el Sahel. Y no únicamente por la actividad bélica que desarrollan. "El Kremlin ha reconocido en el pasado que Wagner garantiza y defiende los intereses económicos y comerciales de Rusia en África", dice a 20minutos Mira Milosevich, investigadora del Real Instituto Elcano. "Esto quiere decir que los acuerdos de Wagner con los Gobiernos indirectamente protegen los acuerdos con Rusia", afirma.

Wagner, mucho más que un grupo paramilitar

Aunque la fecha exacta de cuándo comenzó Wagner a funcionar no está clara, su relevancia internacional empezó en el año 2014 durante el conflicto en el Donbás, en el este de Ucrania, y durante la anexión rusa de la península de Crimea. En ese año también participaron en la guerra civil siria junto a las tropas del presidente Bachar el Asad. No obstante, aunque su función militar es la principal, no es la única.

"Prigozhin ha financiado diferentes actividades, todas destinadas a hacer el trabajo sucio al Kremlin para que puedan negar su participación", reconoce Milosevich, que añade que son conocidos por la construcción en San Petersburgo de "las fábricas de trols y bots que realizan campañas de desinformación" en todo el mundo. 

En este sentido, Estados Unidos ya sancionó a Prigozhin por su papel en la campaña de interferencias y desinformación, especialmente contra la candidata demócrata Hillary Clinton, en las elecciones presidenciales de 2016 que ganó el republicano Donald Trump. No es el único sitio donde se le acusa de intervenir en procesos electorales. Varias investigaciones apunta a campañas de desinformación en Sudáfrica, Zimbabue, Zambia y Madagascar.

El Gobierno ruso ha tratado en estos años de tomar distancia con las supuestas actividades de Wagner, que describían como actos de una compañía privada que nada tenía que ver con ellos. Sin embargo, el motín ha servido para romper con esa estrategia. "Desde el principio Wagner ha dependido de las Fuerzas Armadas, del FSB (heredero del KGB), de GRU (la inteligencia militar) y del propio Putin", asegura Milosevich. El propio mandatario ruso ha reconocido que han dado a Wagner 86.000 millones de rublos (más de 900 millones de euros) durante la guerra en Ucrania.

No perder presencia en África

Tal es la relación entre los intereses rusos y las actividades de Wagner que el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, tuvo que contactar con su homólogo maliense, Abdoulaye Diop, para confirmarle que Rusia seguirá apoyándoles pese al motín de los mercenarios. Lavrov confirmó que "la invariabilidad de Rusia para brindar el apoyo necesario a Bamako de manera bilateral, incluido para superar problemas socioeconómicos agudos, aumentar la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas nacionales y capacitar al personal militar y a los agentes del orden".

Y es que esa es precisamente la actividad de Wagner en el continente africano: formación de militares, batallas junto a Ejércitos regulares o grupos armados, combatir a terroristas en el Sahel y dar seguridad personal a algún gobernante. "Se estima que tienen en torno a 5.000 mercenarios en todo el continente", afirma a este medio David Soler, analista de África subsahariana y fundador del portal África Mundi, que añade que las cifras podrían ser mayores. "Solo en República Centroafricana hay entre 1.000 y 2.000 personas afincadas", agrega.

En muchos de estos casos la remuneración por sus actividades se realiza mediante la explotación de recursos naturales: desde minas de oro hasta derechos para tala de madera. "Ese dinero va a Prigozhin, pero también al Kremlin", dice Soler. "Una investigación de la CNN demostró la salida de 16 aviones con toneladas de oro que iban de Sudán a Rusia y al final les servía para financiar la guerra". Estas concesiones gubernamentales fuera de la ley acaban generando un cierto control sobre las económicas de estos países.

Mapa del Grupo Wagner en el mundo.
Mapa del Grupo Wagner en el mundo.
Carlos Gámez

Países del Sahel como Burkina Faso, Mali o Guinea viven desde hace años una situación de gran inestabilidad, con golpes de Estado y el crecimiento del terrorismo yihadista. El sentimiento anticolonial francés de buena parte de la población ha llevado a prescindir de las misiones francesas en la zona y acudir a Wagner. Para el analista, la participación de este grupo se entiende como la presencia del propio Gobierno ruso, ya que la población no los distingue: "Hay un sentimiento prorruso muy fuerte, y estos Gobiernos temen que si se va Wagner estén dejando a su población sin seguridad".

¿Seguirá Prigozhin al frente?

Queda por saber si Prigozhin seguirá al mando de la compañía tras los desencuentros públicos con figuras relevantes del Kremlin. Aunque la reunión en Moscú apunta a un enfriamiento de las tensiones, lo cierto es que el oligarca ruso ha desparecido de la vida pública desde el motín.  

"No creo que Putin sea tan naif como para desaprovechar esa influencia que la ha dado Wagner en África y que es muy importante para él", dice Soler. "Será interesante ver qué pasa, porque es una organización que les hace las tareas más fáciles y baratas. El Gobierno ruso no pone recursos propios pero tiene a una empresa que actúa en su beneficio. Además, da dinero y le da buena imagen en muchos países", agrega.

Para Milosevich, Wagner dejará de tener la visibilidad que estaba ganando en Rusia y dejará de actuar en Ucrania, pero "seguirá desarrollando su trabajo en África". Sobre Prigozhin, reconoce que es pronto para saberlo, pero podría seguir manejando el negocio en África desde Europa, algo que, según la analista, "ha hecho durante este tiempo".

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