¿Qué tiene que ocurrir para que mi gato me contagie de toxoplasmosis? Mitos, riesgos y precauciones

Una mujer embarazada con su gato.
Una mujer embarazada con su gato.
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Una mujer embarazada con su gato.

Desde hace varias décadas, la relación entre los gatos y el parásito de la toxoplasmosis ha generado numerosos debates y, a su alrededor, también han aparecido diferentes mitos sobre su contagio y, especialmente, su relación con las mujeres embarazadas. Pero, ¿qué hay de cierto y qué no sobre este problema de salud que afecta a ambas especies?

Lo primero que debemos saber es que la toxoplasmosis es una infección por el parásito Toxoplasma gondii que, en humanos, puede contraerse principalmente por exposición a las heces de gato infectadas, por comer carne o verduras mal cocinadas o por la transmisión de madre a hijo durante el embarazo. 

No obstante, debemos aclarar que no es un parásito que afecte tan solo a los gatos, ya que también afecta a otras especies de animales como los de granjas u otros animales de sangre caliente, tal y como explica la Dra. María Nieves Alabarcez, bióloga y etóloga.

Como uno de los principales motivos de transmisión es a través de los gatos, recientes estudios publicados (como el liderado por Jaroslav Flegr, o el de Sophie Zhu) han llegado a la conclusión de que cuantos más gatos convivan junto a nosotros, mayor es el número de parásitos pero, ¿qué hay de la exposición a los mismos?

Cuando afirmamos que el contagio a las personas se puede dar a través de las heces de nuestro gato, hay también que aclarar lo complicado que es que una persona adquiera toxoplasmosis a través de su compañero felino (especialmente si es casero). ¿Por qué? Porque se tienen que dar una serie de factores que, incluso en colonias felinas bien cuidadas y atendidas, son difíciles de aparecer.

"Sin entrar en mucho detalle en el ciclo del parásito de la toxoplasmosis, nuestros gatos se pueden contagiar tan solo a través de algún animal silvestre que cacen que se haya alimentado previamente de heces infectadas", detalla Alabarcez.

Este es el primer factor que se tiene que dar: nuestro gato debe tener acceso a animales silvestres o, en su defecto, a alimentos mal cocinados, como la carne, que pueda contener el parásito y que también supone un riesgo para las personas.

Incluso si se diera este primer escenario, que nuestro gato tenga toxoplasmosis no quiere decir que nosotras vayamos a infectarnos, ya que se tienen que dar otros factores: "Es imposible que nos infectemos solo acariciando al gato, ya que sólo podemos contraer el parásito a través de sus excrementos", afirma Alabarcez.

Para que las heces de nuestros gatos sean infecciosas, tienen que haber pasado entre cuatro y cinco días desde su deposición

"Los humanos nos contagiamos por manipular con la mano directamente la materia fecal de nuestros gatos y, hay que aclarar que, para que ésta sea infecciosa, tienen que haber pasado entre cuatro y cinco días desde su deposición", añade doctora.

¿Esto qué quiere decir? Que si mantenemos una buena higiene en el arenero de nuestro minino, recogiendo sus heces a diario, no existe ningún riesgo de contagiarnos con el parásito y, mucho menos, si nos lavamos las manos o utilizamos guantes (el riesgo está en tener que tocarlas directamente con la mano).

"Sabiendo todo esto, como consejo final, si queremos evitar cualquier riesgo de contagio de toxoplasmosis, tan solo tenemos que eliminar las deposiciones de nuestros gatos antes de los cuatro días", recomienda Alabarcez. "En cualquier caso, casi todos los diagnósticos de toxoplasmosis en humanos se dan a partir de la ingesta de alimentos (verduras o carne mal cocinadas y contaminadas), y no por los gatos".

Mujeres embarazadas y gatos

Como ya hemos comentado, una forma de contagio del parásito es a través de la placenta, de madre (infectada) a hijo. Este hecho ha causado numerosos abandonos de mininos en las calles, movidos por la falsa creencia que, la simple convivencia con un gato en el hogar pone en riesgo la salud del bebé.

Esto no es real. Tal y como explica la doctora Alabarcez, se tienen que dar los anteriores escenarios para que se pueda producir un riesgo de contagio y, tomando las medidas de precaución recomendadas, es imposible que nos pongamos en peligro o a nuestro embarazo.

Por ello, debemos evitar siempre el abandono de gatos si pasamos a esperar un bebé, primero de todo porque es un delito y, segundo, porque solo tenemos que tomar medidas de precaución (lo que cada uno considere necesario dentro de los mínimos recomendados por los expertos).

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