¿Puede ser peligroso para su salud que mi gato coma los animales que caza?

Un gato cazando en el jardín de casa.
Un gato cazando en el jardín de casa.
Henrik Veres / PIXABAY
Un gato cazando en el jardín de casa.

Como sucesores del Feliz Lybica, los gatos domésticos todavía conservan  muchas características genéticas, físicas, fisiológicas y comportamentales de su ancestro, entre las que se encuentra el instinto predatorio y su afán por cazar presas pequeñas. Es normal que disfruten de esta actividad que les proporciona muchos beneficios sin embargo, también puede ser algo arriesgado en caso de que digieran algo inadecuado.

"Los gatos domésticos pueden cazar casi de todo, algunos con más práctica y otros con menos, pero el instinto cazador lo tienen casi todos", explica Ixone Capataz, veterinaria de AniCura San Fermín Hospital Veterinario. "Pueden cazar todo aquello que se mueva y les genere interés como insectos, roedores, pájaros pequeños, ranas, lagartijas, etc.".

Sin embargo, aunque en la mayoría de los casos nuestros mininos no ingieren su presa tras cazarla (ya que no tienen la comida cubierta con los piensos), hay ocasiones en los que sí puede ocurrir, en cuyo caso tendremos que estar atentos a cualquier efecto adverso que pueda presentar nuestra mascota.

"Se debe tener cuidado puesto que algunas veces estas cazas no están exentas de riesgos. Algunos insectos pueden ser peligrosos, por ejemplo, las abejas y otros insectos con veneno pueden producir reacciones alérgicas graves si llegan a picar", detalla Capataz.

Además, el riesgo también puede darse provocado por la mano humana. "Algunos ratones, por ejemplo, pueden haber ingerido rodenticida y, a pesar de ello, no haber muerto aún, siendo portadores de este veneno químico que si el gato lo ingiere podría afectarle a él", añade la veterinaria.

"Hay que tener cuidado también con los cuerpos extraños, ya que, si llegan a comerse los huesos de sus presas, éstos pueden provocar daños en el sistema digestivo", advierte. "También los parásitos externos pueden contagiarse de unos animales a otros, como las pulgas y las garrapatas, frecuentes en roedores y algunos pájaros; e igual ocurre con los parásitos internos como los nemátodos (gusanos intestinales) o la tan conocida toxoplasmosis o la leptospirosis".

"Debemos estar atentos a cualquier cambio que notemos en el gato: debilidad, apatía, falta de apetito, etc."

Si queremos proteger a nuestros felinos, cacen o no cacen, la mejor opción es llevar un buen calendario de desparasitaciones internas y externas, así como de vacunaciones en el caso de que entren en contacto con otros gatos.

"Por supuesto, debemos estar atentos a cualquier cambio que notemos en el gato: debilidad, apatía, falta de apetito, vómitos, diarreas, etc. En caso de observar algún tipo de síntoma deberemos llevarlo al veterinario para que pueda determinar el origen del mismo y aplicar el tratamiento correspondiente en caso necesario", recomienda Capataz.

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