Todos los afectados por el brote de botulismo comieron las tortillas precocinadas sin conservar correctamente y sin calentar

Los casos de botulismo por comer una tortilla precocinada ascienden a nueve.
Los casos de botulismo por comer una tortilla precocinada ascienden a nueve.
Carlos Gámez
Los casos de botulismo por comer una tortilla precocinada ascienden a nueve.

La sociedad científica que aglutina en España a los médicos expertos en enfermedades infecciosas y microbiología clínica (Seimc) ha constatado que los afectados del brote de botulismo en España —hay cinco casos confirmados y otros cuatro más bajo investigación—consumieron  la misma marca de tortillas de patata precocinadas sin conservarlas ni cocinarlas correctamente. 

"En todos los casos bajo investigación por el Ministerio de Sanidad, la historia incluye no solo el consumo de la tortilla sino la mala conservación o la ausencia del cocinado final de esa tortilla", aseguró a 20minutos Javier Membrillo, vicepresidente y portavoz de la Seimc.

Las causas son todavía desconocidas, pero todo apunta a un problema con unos lotes aislados defectuosos.

Membrillo ha recordado que la enfermedad de botulismo alimentario se da porque una bacteria produce la toxina si los alimentos no están bien conservados y no están bien cocinados. Y agrega: "Aunque esa tortilla hubiese sufrido algún problema en la cadena de fabricación, si se calienta correctamente la toxina se inactiva".

"Uno de los afectados en el brote dejó la tortilla nueve días a temperatura ambiente y se la comió sin cocinar".

Membrillo participó este lunes en la reunión de expertos en botulismo convocada por la dirección general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad para compartir datos y aportar opiniones sobre el manejo de síntomas y el tratamiento de los pacientes del brote de las tortillas. Un día después, ha confirmado a 20minutos que son nueve los pacientes del brote, cuatro de ellos sospechosos, y que varios están graves y en la UCI. Eso sí, considera que ha pasado un tiempo prudencial como para pensar que no aparecerán muchos más casos.

El Ministerio de Sanidad no había conseguido, al menos hasta el lunes, encontrar la toxina botulínica en las tortillas del Grupo Palacios, empresa que paró la producción y pidió retirar su tortilla a la fresca de todos los establecimientos por la alerta de la AESAN. Los expertos dicen que será "difícil" de probar microbiológicamente la intoxicación de las tortillas porque la empresa fabrica más de 100.000 al día. Lo que sí se ha probado ya, a día de hoy, indican, es "una relación epidemiológica de cuadros coincidentes por un consumo incorrecto del alimento precocinado".

Hay que cocinar las tortillas

Según Membrillo, de la Seimc, "el problema es que hay muchas personas que esas tortillas precocinadas se las comen tal cual las encuentran o las compran y las guardan en malas condiciones, las dejan a lo mejor a temperatura ambiente en vez de refrigeradas, y luego las consumen después de varios días sin cocinarlas".

Uno de los afectados en el brote, ha asegurado Membrillo,  "dejó la tortilla nueve días a temperatura ambiente y a continuación se la comió sin cocinar". Otro caso es el de una persona sin hogar, "que la ha comprado y se la ha comido sin terminar de cocinar porque no tenía donde calentarla".

Según la Seimc, "el mejor consejo que podemos dar es seguir las instrucciones del etiquetado del alimento que vamos a consumir". Así no solo se logra inactivar la toxina botulínica, sino que se evitará otras muchas enfermedades producidas por alimentos mal conservados.

Según explica Membrillo, "generalmente para inactivar la toxina del botulismo tenemos que tenerla 10 minutos a 80 grados. Pero estos alimentos vienen con un precocinado parcial y lo que hay que hacer es seguir las instrucciones del etiquetado", insiste.

La tortilla precocinada no se come jugosa, se come hecha como dice la etiqueta

Para la sociedad de enfermedades infecciosas, España es un país con "bastante seguridad alimentaria y unos controles exhaustivos", pero el consumidor tiene que seguir las instrucciones de los alimentos. "Hay muchas personas que les puede gustar comer una tortilla jugosa o poco hecha, pero si está precocinada eso va a llevar un riesgo adicional que no es razonable. La tortilla precocinada no se come jugosa, se come hecha como dice la etiqueta".  

El botulismo es una bacteria que es bastante ubicua, asegura Membrillo. Por eso en las urgencias emergen casos de vez en cuando "asociados principalmente a personas que hacen conservas en su casa y no siguen el procedimiento para evitar que al interior queden bacterias que puedan crecer y producir la toxina".

Este experto dice que son casos aislados, que nada tienen que ver con el brote asociado a las tortillas, que más le recuerda a este experto a otro brote previo de listeriosis detectado en 2019 por la contaminación un lote de carne mechada en una fábrica de Sevilla.  

Síntomas de los pacientes del brote de botulismo

Sobre los efectos que sufren los pacientes afectados de botulismo, Membrillo ha explicado que suele haber una primera fase indistinguible de una gastroenteritis, que no siempre aparece. "Podemos intoxicarnos y no tener esos síntomas digestivos. Sin embargo, luego, 12 a 36 horas  después, aparecen síntomas neurológicos que se describen como una parálisis descendente, de arriba a abajo". 

Los síntomas empezarían por sequedad de boca, visión borrosa o dificultad de hablar o tragar y pueden avanzar con una debilidad general de los miembros superiores que puede llegar a parálisis y causar debilidad de la musculatura respiratoria e incluso llevar al fallecimiento del paciente.

"Tenemos un tratamiento, un suero antitoxínico, que va a inactivar la toxina circulante, aunque que no va a eliminar los efectos que ya ha producido, previamente. Como hay un riesgo vital, en la mayor parte de los casos se necesita ingresar en cuidados intensivos, para recibir soporte respiratorio", explica.

Son ingresos hospitalarios de larga estancia, además. "Estamos hablando de una recuperación que se mide en semanas sino en uno o dos meses". 

En muchos casos se logra la recuperación completa de los pacientes, pero en otros quedan síntomas crónicos de por vida: "No parálisis, pero sí cansancio, debilidad o algún déficit neurológico menor".

El experto insiste en que de no tener un diagnóstico temprano y si no se trata adecuadamente, el botulismo puede ser mortal, aunque en el contexto de este brote actual no se haya declarado ninguna muerte.

Tanto si pensamos que puede haber o no botulismo, ante cualquier comida precocinada o restaurante que nos produzca síntomas digestivos, recomienda consultar al médico de atención primaria.

"A veces no lo hacemos porque pensamos que vamos a curarnos, pero podemos evolucionar a botulismo y esa consulta médica avanzada es la que permite que las autoridades hacer saltar las alertas  si hay un número de casos que puedan estar relacionados con un alimento".

"Es lo que ha ocurrido en este caso", explican en la Seimc, "que incluso sin tener la demostración microbiologica de la presencia de la toxina botulínica en las tortillas precocinadas, el hecho de que varias personas consulten con cuadros compatibles y declaren haber comido una tortilla en concreto es lo que nos ha permitido identificar la empresa sospechosa y retirar todo el lote. La impresión que tenemos ahora mismo es que lo más probable es no encontremos más casos, salvo que haya algún 'despistado' que no se haya enterado de que la tortilla que compró hace dos semanas tiene que devolverla o tirarla a la basura".

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