La complicidad y el amor entre Mariluz Castro y Antonio Roldán siguen intactos después de 43 años juntos. "¿Seguís enamorados?", les preguntamos. "Sí", dice él, con una amplia sonrisa. "No lo cambio por nada", responde ella. Aunque la suya pueda parecer, a priori, una bonita historia de amor más, sólo hace falta conocerla un poco más para dilucidar su carácter especial. La de esta pareja, natural de la provincia de Córdoba, es la historia de amor entre dos personas con discapacidad intelectual que lucharon por estar juntas en una época en la que a las personas con discapacidad todavía se les apartaba de la sociedad y, por ende, se les impedía casarse o tener hijos.
Precisamente por su excepcionalidad, un periódico cordobés recogió entre sus páginas la historia de Mariluz y Antonio hace 44 años y el cantante Víctor Manuel quedó tan impresionado al leerla durante una parada de su gira, que decidió plasmarla en la que, a día de hoy, es una de las canciones más populares del artista: ‘Solo pienso en ti’. "Es la que más satisfacciones me ha dado en toda mi carrera", dice el artista en la Gala más IN, de Grupo SIFU. "La canción supuso poner sobre la mesa una problemática y sirvió para que la sociedad tomará conciencia de que las personas con discapacidad tienen y pueden acceder a una vida totalmente plena, como todos", asegura Antonio Zalmoral, director de Asistencia de Promi, entidad pionera en la integración de las personas con discapacidad intelectual.
Demostrar su derecho a amar
La historia de amor de Mariluz y Antonio surgió en los años 70, una época en la que "se creía que las personas con discapacidad no estaban capacitadas para amar", cuenta el director. Fue en esa década en la que el cardiólogo Juan Pérez Marín, realizando un censo del pueblo de Cabra (Córdoba), fue consciente de las condiciones tan indignas en las que vivían estas personas, ocultas en casa muchas de ellas, por lo que decidió crear un centro con el que acogerlas y darles una oportunidad laboral. Esos fueron los orígenes de la Fundación Promi, entidad pionera en la integración laboral de las personas con discapacidad intelectual, al ser una de las primeras en crear un Centro Especial de Empleo.
De una forma simple e inocente, la química actuó en ellos y no pudimos hacer otra cosa que apoyarles y luchar
Mariluz y Antonio fueron de las primeras personas en llegar al centro residencial y laboral creado por Promi. Él trabajaba como casero en un cortijo y fue llevado por su padre, mientras que ella se encontraba en una situación de abandono tras el fallecimiento de sus abuelos maternos, quienes la criaron. "La asistenta social me dijo que si venía a Cabra y me fui con 19 años con los ojos cerrados", cuenta.
Ambos comenzaron a vivir en el centro residencial de Promi y a trabajar como limpiadora y carpintero. A los pocos días de llegar, sus caminos se cruzaron. Antonio recuerda, como si fuera ayer, el día que conoció a Mariluz. "Le ayudé a subir las maletas cuando llegó. Me gustó mucho, me enamoré", dice mientras sonríe. Por eso, cuenta, a los pocos días "le pregunté si quería ser mi novia". Pero ella se hizo rogar: "Estaba en la puerta bordando y le dije que cuando pasara un tiempo". En esos primeros meses, cuentan, "paseábamos juntos por el jardín e íbamos al cine con Remedios, una amiga. Después empezamos a ir solos".
Salmoral relata los inicios de la relación: "De una forma simple e inocente, la química actuó en ellos, al igual que en todas las personas. Se miraron, se empezaron a buscar, a darse la mano y a tener una relación. En ningún momento se les cortó. No pudimos hacer otra cosa que apoyarles y luchar con ellos". Mari Luz y Antonio decidieron casarse tres años después, "para tener una familia", cuenta ella. "En su momento hubo que pedir un permiso especial al obispo y, finalmente, pudieron casarse y vivir su historia de amor", señala el director.
Por aquel entonces ambos vivían ya juntos en un piso tutelado de la Fundación Promi y decidieron tener hijos "como otra familia cualquiera". Fueron tres: Juanma, el mayor, y Francisco y Antonio, mellizos. Ambos se pusieron "muy contentos" y les hizo "mucha ilusión" ser padres, pero a los pocos años fue la hermana de Antonio quien se hizo cargo de los tres niños. "Llegó un momento en que por muchos apoyos que se les ponían, ellos tenían otro tipo de necesidades y ya no podíamos mantenerlos con ellos en un piso tutelado", cuenta Salmoral. Sin embargo, aseguran, hablan por teléfono a menudo con ellos y les visitan con cierta frecuencia. En una semana, además, nos cuentan ilusionados, se marcharán de vacaciones con sus hijos y más familiares. "Yo deseando estoy de irme de viaje", cuenta Mariluz.
Un amor que perdura intacto con el paso de los años
En la relación de Mariluz y Antonio, asegura Salmoral, encontramos "todos los tabús juntos: discapacidad, amor y sexo. Era una bomba entonces". Sin embargo, señala, "la revolución vino con la canción de Víctor Manuel", ya que dio visibilidad a una realidad oculta que, a día de hoy, todavía no está completamente normalizada. "Sigue siendo un poco tabú. Muchas veces solemos tener un trato infantil y todavía hay actitudes de no tratarles de igual a igual, pero son personas que tienen las mismas necesidades y los mismos sentimientos, incluso pueden ser más puros y reales que los de cualquier otro tipo de persona", señala Salmoral, quien cuenta que ya son muchos los casos de personas con discapacidad intelectual que se han casado y tienen una "vida normalizada".
Durante nuestra conversación, Mariluz y Antonio echan de nuevo la vista atrás y recuerdan el día que conocieron a Víctor Manuel. "Vino a hacernos una visita, estuvo con nosotros y le contamos nuestra historia", aseguran. La primera vez que escucharon ‘Solo pienso en ti’, dicen, les hizo "mucha ilusión y alegría", aunque admiten "no saberse toda la letra". El año pasado, con ocasión del 75º cumpleaños del intérprete asturiano, Amaral, Andrés Suárez, Dani Martín, Iván Ferreiro, Jorge Drexler, Rozalén, Santi Balmes y Sidonie versionaron el popular tema. "Ha ayudado a que se vuelva a hablar de los derechos de las personas con discapacidad, de que pueden acceder a una vida totalmente plena como todos", cuenta Salmoral. No obstante, Mariluz y Antonio, que han coincidido varias veces con Víctor Manuel, admiten preferir su versión: "Nos gusta más la antigua".
"Hey, solo pienso en ti. Juntos de la mano se les ve por el jardín. No puede haber nadie en este mundo tan feliz", reza el estribillo del popular tema de Víctor Manuel. Y es que, 43 años después, el significado de la canción sigue vigente. Mari Luz y Antonio continúan su historia de amor tan enamorados como el primer día. "Antonio, te quiero", le dice Mariluz. Aún se les puede ver por los jardines de Promi juntos de la mano. Él le lleva a ella flores todos los días y, aunque viven ahora en residencias separadas, se ven a diario en el centro ocupacional y pasan los fines de semana juntos. "Nos gusta comer juntos e ir de paseo", cuenta Mariluz.
A día de hoy, Mariluz y Antonio, quien sufre demencia, aseguran ser "felices por habernos casado y por ser padres de unos chiquillos". Apenas conscientes de la trascendencia de su historia de amor, lanzan un sencillo mensaje para todos aquellos que aún puedan censurar las relaciones de amor entre personas con discapacidad intelectual: "Cada uno que haga su vida como quiera".
Promi, 50 años de lucha por la discapacidad
"Antonio y Mariluz son la memoria de Promi", asegura Salmoral. La entidad continúa luchando, 50 años después, por los derechos de las personas con discapacidad. "Entendemos que es de justicia ofrecer los apoyos necesarios para que puedan acceder a todo aquello que hace que una persona se desarrolle plenamente", señala. Como ellos, decenas de personas con discapacidad intelectual se benefician de alguno de sus servicios, repartidos por toda la provincia de Córdoba.
Por un lado, cuentan con un centro de formación, donde se imparten las especialidades de Técnico en Atención a Personas en situación de Dependencia y Técnico Superior en Integración Social. Desde hace cinco años, además, atienden a niños y jóvenes en distintos centros de atención infanto-juvenil.
Por otro lado, tienen distintos tipos de centros residenciales: para adultos con discapacidad intelectual y necesidades de apoyo intermitentes; para personas con un nivel de afectación grave y grandes necesidades de apoyo; para personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta graves y para mayores. Además, cuentan con "centros de día ocupacionales donde estas personas realizan actividades y se relacionan con otros compañeros durante las mañanas", cuenta Salmoral.
Estamos avanzando mucho, vamos en muy buen camino, pero ahora hay que luchar también por la concienciación social
Pero el eje central de Promi es su Centro Especial de Empleo, al que llaman ‘Crisálida’. "Proporcionamos empleo a muchas personas con discapacidad a través de enclaves laborales y de empresas colaboradoras que nos piden personal con todo tipo de discapacidad. Tenemos gabinete de selección de personal, de asesoramiento y de formación para adaptarles al puesto de trabajo". La integración laboral de estas personas es mucho más sencilla de lo que parece, explica el director: "A veces hace falta solo una mínima ayuda para que puedan desempeñar su puesto de trabajo con los mismos niveles de adaptación que otro tipo de persona".
A lo largo de estas cinco décadas, explica Salmoral, las personas con discapacidad intelectual han logrado un mayor acceso a ayudas económicas y a un puesto de trabajo. "Estamos avanzando mucho, vamos en muy buen camino, pero ahora hay que luchar también por la concienciación social, porque si ahora tenemos tantos problemas de bullying escolar a niños que no tienen discapacidad, imagínate que es lo que pueden sufrir las personas con discapacidad... Tenemos que seguir trabajando y apostando por una sociedad más igualitaria, que vele por los derechos de las personas con discapacidad y que acoja a todas las personas, tenga las características que tengan", afirma.
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